martes, 30 de junio de 2009

BREVE ANÁLISIS DE LA SOCIEDAD ACTUAL

La sociedad actual es preocupante. Los medios de comunicación masiva son cada vez mas “crueles”. Hace un tiempo, estuve presente en la “Exposición Magistral: Realidad del Periodismo Peruano”, por el reconocido comunicador social Raúl Tohla, en el “teatrín de biblioteca” de la Universidad Peruana Unión. En aquél tiempo era conductor del noticiario semanal: “Cuarto Poder”. Se le hizo un pregunta: “¿Cuál es el fin de la televisión?”, él con tranquilidad y sin problemas respondió: “entretener”. Su respuesta nos hizo entender el porqué la televisión peruana, así como otros países, presenta y emite programas tan inmorales, cargados de “sexo, sangre, engaños, mentiras, etc.” Hombres vestidos de mujer conduciendo un programa, programas cómicos que lo único que saben hacer para supuestamente ser “amenos” es lucir a mujeres semidesnudas. En fin, tantas cosas que faltan palabras y probablemente hasta libros para escribir.

Existen en algunos colegios del estado donde en su afán por “educar” a los jóvenes sexualmente, les regalan preservativos, explicándoles cómo se usa y cómo hacer para evitar contagiarse con alguna enfermedad venérea. ¿Eso es educación? ¿Han bajado las tasas de contagio de estas enfermedades? No. ¿Por qué? Porque están apuntando a la rama del problema y no al problema en sí.

La sociedad habla de “no a las drogas” y promueven el cigarro y/o tabaco (aunque para lavarse las manos cual Pilato ante Jesús, pongan en letras pequeñas: “Fumar en exceso es dañino para la salud”), la cerveza de la mima forma ( “si maneja no tome y si toma no maneje”, explícale eso a un ebrio que se cree Súperman…), las drogas y el sexo promiscuo con solo: “usa tu cabeza, usa condón”. Esas son realmente grandes tragedias que hace pensar en que, este mundo cada día va de peor a mal.

Hace un par de años me encontré con un médico que, mientras le colportaba y le explicaba que la masturbación no era buena. Él me dijo con sorna: “esas son cucufaterías, la masturbación es lo más sano que puede haber. No es malo, no hace loco, es tan normal y recomendable para descubrir tu sexualidad”.

Un psicólogo me dijo que la religión hace de los jóvenes atrasados e ingenuos en pleno siglo de la postmodernidad. Me dijo que en la actualidad el sexo es sin barreras ni límites. Lo que importa es sentirse bien. La religión reprime la naturaleza del hombre.

Es por ello que hoy no es nuevo ver a dos personas del mismo sexo luchando por sus “derechos” y queriéndose casar por religioso. Y en otros lugares hasta queriendo adoptar a un menos como hijo. Tamaña barbarie, pero no son inventos, basta con echarle un ojo a la televisión cada mañana.

La oración ¿Penitencia del cristiano?

Un día Jesús estaba orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “…Señor, enséñanos a orar…” (Lc. 11:1) ¡Gran pedido!, me emociona este acontecimiento cada vez que lo leo.

Pero, al leer este verso, rápidamente puedo formular las siguientes preguntas: ¿Los discípulos de Jesús nunca habían orado? ¿No era cierto acaso que ellos eran judíos? Acaso ¿los judíos no oraban?

Este pedido es interesante, pues, Juan[1] le pide a Jesús que le enseñe a orar. Claramente podemos entender que le hace ese pedido porque quería aprender, demostrando así, que no sabía orar. Porque yo no voy a pedir que me enseñen algo que ya sé.

El pedido a Jesús, si bien es cierto lo hizo Juan, el discípulo amado, lo hizo en representación de todos los discípulos, ya que dice: “enséñanos

Pareciera que Jesús enseñaría a orar ese día, por primera vez, a sus discípulos… pero, era así en realidad, sin duda alguna.

Sorprendentemente, no era que los discípulos nunca habían orado, o que ellos ignoraban la oración a Dios. Ellos habían orado tantas veces, incontables veces, oraban a diario, oraban mucho, oraban en el templo, en casa, al tomar los alimentos, oraban al sembrar, al cosechar, oraban por las lluvias, por el sol, por las bendiciones, etc.

Los discípulos de Jesús acostumbraban a decir siempre a sus hermanos de la sinagoga (iglesia para nuestros tiempos): “estoy orando por ti”, y pedían también: “ora por mi”, pero, ¡NO ORABAN!

¿De qué hablas?, ¡un momento por favor Heyssen! ¿Estás diciendo que Juan, Pedro, Jacobo, Mateo, Tomás Felipe, Bartolomé, Andrés, Santiago hijo de Alfeo, Tadeo, Simón NO ORABAN?, Puedo aceptar de Judas Iscariote, el que traicionó a Jesús, pero ¿que los demás, los once discípulos buenos, NO ORABAN? estás hablando simplemente herejías.

Lamento decirles que, efectivamente, todos los discípulos así como Judas NO ORABAN.

Pero, no es que no doblaban sus rodillas para orar tres veces al día, o por los alimentos, etc. Sino que NO ORABAN, simplemente, porque cuando hacían lo que ellos llamaban “oración”, estaban haciendo cualquier otra cosa, pero nada que se pueda llamar verdaderamente ORAR.

Es por ello que digo que no oraban, porque no sabían orar.

Cuando tuvieron su encuentro con Jesús, y pasaban tiempo junto a su maestro se daban cuenta de que Jesús oraba siempre, a cada momento.

Entonces los discípulos siguiendo al maestro lo imitaban o trataban, queriendo hacer lo mismo. Pero en ese afán, se cansaban, se dormían, se aburrían, y dejaban de “orar”.

Había momentos en que más de un discípulo probablemente, haciendo un esfuerzo y venciendo el sueño, seguía a escondidas a su Maestro a orar. Pronto, varios de sus discípulos hacían lo mismo, pero en seguida se cansaban. Jesús seguía orando, ellos abrían sus ojos de manera disimulada y veían que orar para Jesús no era igual que para ellos.

En una oportunidad, en la ciudad de Rancagua, Chile, conocí a un joven estudiante de teología. Él se levantaba a orar en la madrugada, y como yo también era estudiante, y me preparaba para ser pastor, no podía quedarme atrás. Así que, salía tras él, comenzaba a orar y se me acababan las palabras para seguir mi oración. Me dolían las rodillas, y me quedaba dormido por segundos, me despertaba y seguía mi oración, parecía un “martirio” orar.

Muchas veces quise ser un hombre de oración, cuando leía libros o escuchaba sermones que motivaban a la oración, me decía: “sí, Heyssen, tengo que orar, mañana mismo empezaré a orar”, pero empezaba a orar y en la oscuridad aún no encontraba la riqueza de la oración, pues me cansaba, me aburría, me dolían las rodillas, me sentía un hipócrita porque no sabía ni lo que balbuceaba ya que por segundos me quedaba dormido. De esa forma desistí muchas veces de ser un hombre de oración.

En varias oportunidades he escuchado: “si quieres que Dios te bendiga, ora, ora, ora, amanezca orando”, y la oración en muchos cristianos se ha convertido tan igual a una “penitencia”.

Es que se enseña que cuanto más oras o cuanto más madrugas Dios se compadecerá de ti y te dará lo que deseas o cumplirá tus pedidos.

Loca forma de razonar, pues nos computamos como con el derecho de que Dios tiene que cumplir si o sí lo que le pedimos porque simplemente “ORAMOS” o nos sacrificamos.

En la ciudad de Iquitos, me llamaron tristemente la atención algunos estudiantes de teología. El director de colportaje había desafiado a los jóvenes a orar a las 3 de la mañana. Les dijo: “si quieren bendiciones oren mucho, lloren, clamen, supliquen, etc.” Esas palabras me impactaron porque hubo un tiempo en que creí lo mismo, y pensaba lo mismo. Para esas fechas ya estaba escribiendo este libro, así que había cambiado mi manera de ver a la oración.

Aquella madrugada quise ver si el desafío había calado en los jóvenes del grupo, y para mi sorpresa, Sí. Pronto vi a mis amigos postrados en fila, algunos acomodándose a cada minuto pues el piso no era pulido, y algunos que se tenían sobre la pared durmiendo.

Después de casi una hora y otros más, uno por uno regresaba a su cama y continuaban su sueño. Sin embargo, la hora de levantarnos era a las 5:00 am. pues el culto grupal era a las 6:30 am. Para tristeza mía, los jóvenes que habían aceptado el desafío, tenían rostros demacrados, estaban dormitando y algunos de mal carácter, por el sueño interrumpido probablemente.

Razoné y dije: “tal vez es porque no se han acostumbrado, y será en cuestión de días y se volverá en un hábito y no será como hoy”, los días continuaban y efectivamente el desafío había impactado tanto que la gente continuaba haciéndolo.

Pero después de dos semanas, más de uno dejó de orar, y en tres semanas nadie lo hacía.

Preocupado por esto fui al director y le dije lo que yo había observado en mis compañeros durante esas tres semanas, y su respuesta fue: “es que son faltos de fe, y no son perseverantes, así nunca será personas victoriosas”.

Cuando me entrevisté con alguno de los jóvenes y les dije el porqué no siguen madrugando y orando una hora, me dijeron: “es que cansa, en mi trabajo tengo sueño, pereza, y para remate, no vendo ni un libro. No experimento las bendiciones de Dios por más que oro mucho, creo que Dios no me escucha.”

Lamentablemente en la actualidad existen muchas personas que viven así, cristianos, adventistas del séptimo Día, del remanente de Dios experimentan estos chascos. Tratan de ser personas de oración, cristianos de oración, claman, lloran, madrugan y dan balazos y no casan nada. A esto responden a manera de consuelo: “no es la voluntad de Dios.”

Algunos actúan como si ellos fueron los amos y Dios el siervo: “Dios, bendíceme, ayúdame en el nombre de Jesús… o, sáname, haz esto y aquello, etc.”

Los discípulos de Jesús, hacían eso todos los días, oraban pero sin saber orar. Por eso cuando vieron a Jesús tantas veces orar se les antojaba, deseaban orar, pero cuando intentaban fracasaban.

¿Por qué? ¿Por qué fracasaban si ellos eran buenos hombres? ¿Acaso Dios no los escuchaba realmente? Ellos fracasaban y les era difícil orar como Jesús porque no sabían orar.

Es decir que hay una clave para orar. Esa clave es nada más y nada menos que el amor.

-¡¿Qué?!-, Sí, el amor, enamórate de Dios, ámalo con todo tus fuerzas, tu mente y corazón y verás que la oración si tiene sentido, no verás la hora para encontrarte con Jesús, para conversar con Él. El tiempo te parecerá corto, sobrarán temas para hablar con Jesús.

Hace algún tiempo existía una promoción de línea telefónica para celulares, ésta consistía en hacer una “supercarga noche”, te daban 300 minutos por sólo 12 nuevos soles, pero sólo puedes usar esos minutos de 11:00 pm. a 7:00 am. Lo que me llamó la atención es que en el edificio que vivo los jóvenes se levantan (también yo lagunas veces), a las 4: 00 am. Conversan con sus novias, amigos y familiares, pues aprovechan esa promoción telefónica. Ahí ningún joven parece tener sueño. Y no desean que pasen los minutos y amanezca pues desean seguir conversando con sus novias.

Entonces se pueden dar cuenta que no importa el horario cuando se trata de conversar con alguien que amas realmente. Creo que nadie haría ese esfuerzo de levantarse en la madrugada y conversar con alguien que sólo conoce por nombre y que a veces saluda.

Al menos yo no voy a conversar con alguien y contarle mis ocas si no conozco a esa persona.

Es así que las conversaciones son atractivas, cuando amas a esa persona o encuentras cosas interesantes o te importa.

En una relación debe existir amor, sucede así en los esposos, si el esposo realmente ama a sus esposa, no buscará únicamente su conveniencia, es decir, dame, de comer, dame esto y el otro. Si hay amor en él, por su esposa, también la escuchará, la agradará, etc.

No sé si están entendiendo, lo que quiero decirles es que si yo oro sin amor a Dios, van a ocurrir muchas cosas como las que he estado mencionando antes. Por ejemplo:

Me voy a cansar.

Me voy a aburrir.

Voy a buscar lo que deseo únicamente.

Voy a pedir lo que yo quiero.

No me va a importar si agrado o no a Dios.

No voy a disfrutar conversar con Dios.

En conclusión, será un martirio y no una delicia estar en la presencia de Dios.

Los discípulos de Jesús. En esta ocasión no soportaron más y uno de ellos, Juan, le dijo a Jesús, que les enseñe a orar como Juan enseñó a sus discípulos.




[1] Roberto Badenas, Encuentros (Buenos Aires: ACES, 1997), 101.

La verdadera LIBERTAD

“Las primeras letras del himno nacional del Perú rezan: “Somos libres, seámoslo siempre…” La pregunta clave es: “¿SON LIBRES LOS PERUANOS?”. No solo en el Perú, la declaración universal de los derechos humanos de igual modo, proclaman que el hombre debe ser libre. Es un principio ético.

Pero, hay tantos jóvenes como tú Gabriel, que dicen: “soy libre, no le rindo cuentas a nadie, vivo la vida y no dejo que la vida me vida, voy a donde quiero, hago lo que quiero, bebo y como lo que quiero, fumo, estoy con las chicas que quiero, miro y pienso lo que me place, etc.”Sin embargo como Gabriel, a corto, mediano o largo plazo trágicamente entienden su desgracia: “son prisioneros”, y lo son no porque llevan grilletes, o cadenas sino porque quisieran hacer lo bueno en algún momento, y no lo hacen. Quisieran ser buenos jóvenes y no pueden, y no pueden no porque no quieren, sino que quieren pero no pueden. En otras palabras se convierten en meros esclavos.

Ahora no es común ver esclavos. Pero en la antigüedad el asunto era más que terrible.

En la Biblia Jesús un día habló de la verdadera libertad diciendo: “Y conoceréis la verdad y la verdad los hará libres” (Jn. 8:32).

“Jesús estableció un principio que aún hoy es difícil aceptar: Los seres humanos no nacen libres, llegan a serlo.”[1] Quiere decir que desde que el hombre nace, nace esclavo, porque solamente al llegar a conocer la “Verdad” se hará libre. Desde este punto surgen dos interrogantes:

La primera: ¿Esclavos de qué somos?

La segunda: ¿Esclavos de quién somos?

La Biblia se encarga de respondernos en ese mismo pasaje: “… todo el que comete pecado, es esclavo del pecado” (Jn. 8:34). Es decir que somos esclavos del pecado al cometer pecado.

Y en cuanto a la segunda cuestión, si cometemos pecado llegamos a ser esclavo de: … Juan, en su primera carta nos dice: “En cambio, el que practica pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio…” (1Jn. 3:8). Es decir, al ser esclavos del pecado, somos esclavos de Satanás, el enemigo de Dios.

Por lo tanto, todo hombre es esclavo del pecado y de Satanás desde que nace. Ello explica porqué muchas veces los jóvenes (en realidad todos los seres humanos), se encuentran viviendo una vida desgraciada. Sumergidos en vicios, hábitos y sufrimientos que poco a poco los van aniquilando.

En los tiempos de Jesús, un esclavo no era una “persona”, un esclavo era una “cosa”, a los ojos de la ley. No tenía absolutamente derechos; su “amo” o “dueño”, lo podía vender, regalar, expulsar, golpear y hasta matar. Su amo le ponía nombre. Su amor era su propietario, y si llegaba a casarse, su esposa llegaba a ser esclava; de igual modo sus hijos. Es decir un esclavo no tenía derecho a nada, sólo hacía lo que el amo quería, era una herramienta viva. El esclavo no tenía tiempo para él, sino sólo para su “amo” o su señor, todo lo que hacía, todo su trabajo era monitoreado y enfocado para su amo, lo que comía, bebía era lo que el amo le daba. El esclavo no tenía tiempo para él, sólo para su amo.

El joven o ser humano que es esclavo de Satanás, jamás podrá ser feliz. Un esclavo no puede ser feliz. Dios nos creó para vivir libres, libres realmente, no esclavos, no prisioneros, pero esa libertad se alcanza, conociendo la verdad, y la verdad nos hará libres. ¿Quién es la verdad? Jesús lo dijo: “…Yo soy el camino, la verdad y la vida…” La verdad no es un concepto. La verdad es Alguien, y es: Jesús, Dios.

Entonces, se llega ser libre únicamente cuando conoces a Jesús, a Dios. No hay otro camino, no hay otra forma. El ser humano es libre cuando conoce a Jesucristo. Surge entonces otra ingénita:

¿Quién no conoce a Jesús? Casi todos los seres humanos han escuchado sobre Jesús. Lo llevan en la billetera, en el cuello, en las estampillas. ¿Quién no conoce a Jesús? Y si “todos” conocen a Jesús ¿porqué siguen viviendo como esclavos?

SIMPLE, lo conocen por teoría. Conceptualmente claro que sí. Pero de la forma real, no. Conocer a Jesús no es de palabras. Conocer a Jesús no es ir a la iglesia simplemente sino que es mucho más, es vivir, gustar de él. Es vivir como él vivió, en estrecha comunión con Dios. Conocer la verdad es conocer a Jesús.”




[1] Miguel Ángel Núñez, Libres para elegir (Lima: Fortaleza Ediciones, 2008), 95.

ENTREVISTA A CLIFFORD GOLDSTEIN EN LA UPEU-LIMA

Clifford R. Goldstein, redactor de la Escuela Sabática trimestral desde 1999, ha tenido una larga y distinguida carrera en la escritura y la redacción. Ha escrito 16 libros y numerosos artículos de divulgación. Él ha sido redactor de revistas como Liberty, así como de Shabbat Shalom.

El Pr. Clifford Goldstein, judío por descendencia, nació en Albania, Nueva York y es un amante de la filosofía. Actualmente Clifford Goldstein describe su vida como “muy tranquila”, no obstante una descripción de esta para los días su juventud podría ser calificada de muchas maneras pero “vacía”. Antes de su conversión, los amigos que tenía en la Universidad de la Florida solían llamarlo “obstaculizador” y esto debido a los encuentros verbales muy fluidos que él sostuvo contra cierto predicador de la calle; Clifford fue un muchacho que figuró en cuanto a rebelión y a escepticismo filosófico se refiere, pues se identificaba con esta corrientes de pensamiento. Cuando Clifford se convirtió, comenzó a utilizar sus talentos para la propagación de la verdad y su intelecto para la gloria de Dios.

Él posee una licenciatura en inglés otorgada por la Universidad de la Florida y una maestría en lenguas semíticas antiguas por la Universidad de Juan Hopkins. Está casado con Kimberly y tiene dos hijos, Zacarías y Hannah. Además de la escritura, los pasa tiempos de Clifford son practicar esquí de nieve y jugar hockey en la calle, junto con su hijo delante de la Casa Blanca.

La presente entrevista se realizó en ocasión de la visita de Clifford Goldstein al Perú. A continuación se utilizará “BO” para Berit Olam y “CG” para Clifford Goldstein:

BO: ¿Cómo fue que Ud. se convirtió al adventismo?

CG: Bien, esto es una larga historia, muy larga historia. Sólamente me limito a decir que yo he sido siempre un buscador sincero de la verdad y que en mi búsqueda de la verdad, Dios me condujo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

BO: ¿Qué experiencias laborales Ud. ha desempeñado en la Iglesia Adventista?

CF: Inicialmente trabajé como editor de una revista para dirigir a los judíos, luego me nombraron editor de otra revista que divulga nuestra iglesia: la revista Liberty (Libertad), que es una revista sobre libertad religiosa y estuve frente a esta por 8 años. Durante los últimos siete u ocho años, ya estuve a cargo a cargo de la dirección editorial de las lecciones de Escuela Sabática que son para uso en todo el mundo.

BO: ¿Cómo sintió el llamado de Dios para estudiar teología?

CG: Bueno, tengo que confesarlo, me cuesta confesarlo pero, nunca estudié teología. Por supuesto he estudiado y leído ampliamente, tengo 26 años en la iglesia adventista dedicado a esta actividad, además tengo estudios de post grado en lenguas semíticas antiguas, pero estudio propiamente de teología no, sólamente mi amplio estudio personal y lectura al respecto.

BO: Cuál es su apreciación respecto a lo que está sucediendo en estos momentos en Medio Oriente?

CG: Bueno, no soy optimista, soy bastante pesimista en cuanto a lo que está ocurriendo allí, no creo que algo bueno vaya a resultar, incluso podría ser que los resultados de esa crisis allí en Medio Oriente desaten acontecimientos finales, no sé, pero no veo con buenos ojos lo que está ocurriendo allí.

BO: ¿Cuál es el mensaje que Ud. brinda a la Iglesia Adventista del Perú?

CG: “El que perseverare hasta el fin, éste será salvo”.

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Corresponsales: Ronald Aquije Herencia y Heyssen Cordero Maraví.

¿CULTOS A LA CARTA?

Introducción

En una ocasión, exponía con gran entusiasmo un plan de acción misionero ante los jóvenes de mi distrito. Después de intentar persuadirlos al trabajo en equipo, de pronto un joven universitario que había estado de visita se puso en pie y con gran elocuencia planteó una pregunta al auditorio para luego dirigirse específicamente a mi persona: “ese tipo de programa o culto como quieran llamarlo ¿le gustará a las personas que se pretende llegar?”. Debo confesar que me sorprendió su pregunta porque después de ello, se sentó suavemente para escuchar las respuestas que generó su incógnita.

La adoración se ha convertido en las últimas décadas en un tema controversial por los postulados de la alta crítica y el apogeo del postmodernismo.

Chris Jack menciona que el tema de la adoración da lugar incluso a debates enardecidos, porque cada uno desea adorar como mejor le parece, esto a nivel de congregación e individualmente. Mostrando claramente que no es un tema sencillo, por su importancia y alcance.

La adoración no es un tema nuevo. No obstante, ha sido este tema, el motivo de la rebelión de Satanás.Y constituye el tema en el tiempo del fin. No sorprende entonces que el mensaje del primer ángel, en el libro de Apocalipsis invite a adorar al creador (Ap. 14:7).

La pregunta que se puede formular por efecto es: líder de iglesia ¿estoy entendiendo el tema de la adoración en el contexto del culto en la iglesia?

LA ADORACIÓN

Un estudio refirió que, el tema de la adoración, sería el tema de los años 1990.Hoy, después de casi dos décadas, y en el transcurso de este tiempo, claramente la iglesia cristiana en general está evidenciando esta realidad. Tanto evangélicos protestantes, así como católicos, son testigos de disidencias e incluso apostasías por cuestiones teológicas sobre el cómo adorar. Y es que la adoración se encuentra en el corazón de cualquier actividad religiosa, pero puede ser este tema, un asunto divisorio por una sencilla razón: La adoración es el problema central del Gran Conflicto.

¿Cambiar el envase?

En la obra Plantar el Futuro. ¡Hay muchas iglesias! ¿Por qué plantar más?, con maestría el autor escribe un capítulo titulado “¿Qué pueden aprender los adventistas de la Coca-Cola?”, allí anima a que se puede cambiar el envase de nuestro mensaje, “donde sea apropiado” sin cambiar “el producto”, ni comprometer la verdad. La idea es clara, y hay coherencia en lo que propone, pero, algunos han mal entendido la idea y es por ello que es propicio la cuestión: ¿hasta qué punto debemos cambiar el “envase”?

Tristemente, la mayoría se iglesias protestantes, y carismáticas han cambiado demasiado el “envase” que simplemente el producto a penas y se ve. Pero, ¿qué de las iglesias adventistas y sus cultos?

No podemos “tapar el sol con un dedo”, el asunto es que el postmodernismo está calando lentamente, que no es sorprendente ver a congregaciones adventistas con un “un sistema de cultos, tan similar o igual a los hermanos evangélicos y pentecostales”, donde a leguas se nota que su preocupación es “ganar a los perdidos” aunque para ello tengan que rebajar el evangelio (música secular con letras cristianas, predicadores extravagantes e irreverentes, coreografías y sermones superficiales, entre otros), este asunto es también presentado brevemente por Oscar Plenc quien los denomina seeker services.Es decir en un culto de este tipo, el foco de la adoración no es el Adorado sino el adorador. La pregunta ya no es ¿este culto será al agrado de Dios? Sino como aquél joven universitario que me hizo la pregunta “¿este culto será al agrado de las personas?”. Mas la adoración debe ser vista a la luz de la Biblia y ésta debe ser el punto de partida como bien aseveró Horne P. Silva, en su definición de culto.

Pero el problema no es minúsculo como se observa, cuando se entiende que a Dios si le importa el cómo deben adorarlo. Así por ejemplo cuando notamos lo que aconteció en la tan estudiada actitud de Caín a diferencia de su hermano Abel (Gn. 4:1-8). Así se pueden ver algunas lecciones respecto al tema:

Los adoradores y su conocimiento

Caín y Abel, dos adoradores diferentes. Esto es visible nítidamente por el impacto que provocaron ante YHWH, debido a que uno aceptó y a otro no. Sin embargo, es preciso notar que, ambos fueron educados por los mismos padres y enseñados de manera similar en lo que concierne a cómo adorar a YHWH. No obstante la forma en qué ambos procedieron fue muy diferente.

Es claro que ambos adoradores habían sido instruidos por sus padres, sobre la manera de cómo deberían adorar a YHWH, pero a parte de eso, está en juego: ¿cuál era la voluntad de YHWH frente a este asunto? No hay muchos detalles en la Biblia, sin embargo, aunque no se menciona qué es lo que quería YHWH, se puede inferir que el actuar de Abel estaba muy ligado o más cerca a lo que Dios quería, pues se dice: “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿por qué te has ensañado y porqué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? ” (Gn. 4:6,7).

Por lo expuesto, pareciera ser más probable que YHWH dio instrucciones del cómo debían proceder los adoradores, pero Caín por razones que no especifican las Escrituras optó por desobedecerlas, actuando simplemente a su manera.No obstante, se nota que consecuentemente, ambos hermanos se presentan a adorar a Dios en condiciones iguales en cuanto al conocimiento que tenían de los requerimientos divinos para el acto de adoración.

El medio de adoración

A diferencia de la interpretación común protestante de que Dios se disgustó con Caín porque simplemente había egoísmos en el corazón del adorador, es claro que el asunto de fondo, no radica solo en eso, sino que, esa ofrenda debía anunciar la muerte de Cristo por los pecados de todos los hombres (Gn. 3:21 cf. Jn. 1:29).

No obstante, es razonable inferir a la luz del texto bíblico que, Caín había ofrendado a Dios antes, ya que ambos parecen tener edad adulta. Esto lleva a pensar que YHWH había sido adorado antes por Caín y que lo había hecho bien.De esta manera Caín era conocedor del cómo debía presentarse ofrenda y qué cosa a YHWH. Por lo tanto, se puede concluir que Dios se desagradó de Caín, simplemente porque como adorador era un desobediente y quiso adorar a Dios a su manera, lejos de la voluntad divina. Mostrando así un “culto a la carta”, es decir a sus gustos y/o conveniencias.

El Adorado frente a las adoraciones

YHWH, el fin de la adoración de estos hermanos, se pronuncia ante las acciones de sus adoradores. Eminentemente lo hace con mucha claridad. A uno acepta y otro rechaza, rechaza su adoración, y lo hace en el momento. Las Escrituras se encargan de adjetivar a Abel como “justo” (Mt. 23:35; Heb. 11:4), evidentemente por su adoración. En cambio a Caín no se lo cataloga igual. Desde la perspectiva del texto estudiado podemos concluir:

Primero, la adoración teocéntrica. Los dos hijos de Adán y Eva no presentaron ofrendas a ningún ser, astro o cosa creada, sino solo a YHWH, lo que pone en manifiesto la religión monoteísta de los pioneros de la humanidad. Esta es la esencia de la adoración, la adoración debe ser dirigida y presentada a Dios, a esto le denominamos, adoración teocéntrica exclusiva.

Segundo, la adoración como obediencia a su voluntad. El segundo principio es evidente al ver la actitud de los adoradores al presentar sus ofrendas, es notable que los padres de estos hombres habían instruido de cómo debían adorar a Dios, así, el segundo principio es el de que no hay “maneras” de adorar a Dios sino una “manera” y esa es: en respuesta a la voluntad divina.

Tercero, el Adorado evalúa la adoración que recibe. Finalmente toda adoración es evaluada por YHWH. Les muestra su agrado y desagrado en respuesta de la adoración recibida y les comunica su veredicto. Así, es evidente un marcado cuadro de “conflicto entre la verdadera y falsa adoración”. La verdadera adoración representada por Abel y la falsa a través de los actos de Caín. De esta manera, existe un conflicto porque por adorar de manera adecuada a YHWH, Caín (que representa a los hijos de los hombres o de Satanás) actúa perversamente contra Abel. En el marco del Gran Conflicto los adoradores fieles de YHWH serán perseguidos y hasta sometidos a muerte (ej. Dn. 7:25 cf. Mt. 5: 10,11; 24: 9,10), se puede entonces ver un símil minúsculo del gran conflicto a través de la adoración de estos dos hijos de Adán.

CONCLUSIONES

Como líderes de iglesia estamos llamados a evitar que el postmodernismo haga de las suyas en el rebaño que Dios nos ha dado. Cuando hagamos un plan de acción misionero, programa de culto, reunión, campamento, y cualquier otra actividad, no nos concentremos tanto en el “hombre” sino en Dios, pues al centrar nuestros cultos en el hombre fácilmente se convertirá en un “culto a la carta”. Así como Abel, siguió los lineamientos de Dios, pero Caín simplemente los desobedeció poniendo sus criterios o su “estilo propio”, y fue esa su perdición. Entonces sí importa la forma, aunque algunos no lo vean así. .Ahora no es el fin de este artículo desanimar a la realización de un culto inspirador y bonito, al contrario, sin embargo la prioridad debe ser Dios, pues él se merece toda la adoración por los siglos de los siglos Amén.


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