domingo, 31 de octubre de 2010

EL MENSAJE DEL REMANENTE EN EL TIEMPO DEL FIN: EL MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES DE APOCALIPSIS 14: 6-12 - Parte II


3. El juicio pre-advenimiento

Otra de las verdades bíblicas que es proclamado por el primer ángel es el juicio. Este juicio, como se mencionó antes, es el mismo de Daniel 7: 9-11 (cf. Dn 8: 14). Como declara Jackes Doukhan “Por lo tanto, parece que el texto de Daniel 7 está más en la mente del autor que cualquier otro texto de Apocalipsis 14”.[26] No sólo eso, el contexto tanto de Apocalipsis 14 (con su unidad más cercana que son los capítulos 12 al 14) como de Daniel 7, es prácticamente el mismo.[27]
En ambos casos es presentada una bestia espantosa con los mismos elementos. Se ve también el tiempo que el cuerno pequeño persigue a los santos y pisotea el santuario (cf. Dn 8: 12-13), que son 1 260 días/años. Luego que se desarrolla la persecución por parte del cuerno pequeño, se inicia el juicio, y luego ocurre la venida del Hijo del Hombre.
Al ver la historia y comparándola con la profecía, los 1 260 días/años se cumplió en toda la edad media, desde el año 538 hasta 1798 d.C. Después de este cumplimiento, a partir de 1798 d.C., por lo tanto, comienza el juicio, pero no exactamente en esta fecha.[29]
Esto permite concluir que el juicio tanto de Daniel como Apocalipsis comienza en la misma fecha y antes de la II Venida. Este juicio es registrado básicamente en el NT: Jn 5: 29; Heb 10: 26-30; 2 Cor 5: 10; 1 P 4: 17; Ap 20: 12; Ap 22: 12
Estos pasajes dan a entender explícita e implícitamente la existencia de un juicio previo a la parusía. Aunque ninguno de ellos indican la fecha, de algo hay que estar seguro, la Biblia nos habla de un juicio pre-advenimiento. Al parecer, en el segundo retorno de Jesucristo, él sólo vendrá a dar el veredicto. Si Cristo vendrá a dar únicamente el veredicto ¿no se supone que tuvo que haber un juicio previamente? Precisamente este es el juicio de Apocalipsis 14: 7.
Ahora se quiere responder a la pregunta ¿En qué consiste este juicio? Para contestar a este interrogante, se tiene que plantear otra ¿Cuál es la base para el juicio pre-advenimiento?

Según el paralelismo de Daniel 7 y 8, tanto el juicio como la purificación del santuario celestial, inician en la misma fecha (al iniciar la purificación), a saber 1844 d.C. A partir de este año se juzga tanto a los santos como al cuerno pequeño, y a la vez se purifica a estos mismos santos y al santuario celestial.
Para poder comprender mejor el juicio y la purificación del santuario de Daniel, se debe de tomar como base el pensamiento hebreo, específicamente a la luz del santuario terrenal judío. Delimitando aun más, se necesita encontrar un evento donde se juzgue y a la vez se purifique tanto al santuario terrenal como a los hebreos.
Justamente aquel evento es el Día de Expiación. En este día Dios juzgaba y purificaba tanto a los hebreos como al santuario. Como Doukhan expone:

“Hasta el día de hoy, los judíos celebran el Kippur como un día de juicio o de expiación. Durante todo el año uno se puede olvidar de Dios y de la religión, y cometer delitos. Pero hasta el villano más grande, si es judío, se arrepentirá el Día de Expiación y temblará al sonido del shofar, la señal del juicio divino. Los judíos identifican al Kippur con el Día del Juicio”.[30]

Levítico 16: 16, 30, 33-34 expresan la expiación tanto del pueblo como del santuario:

“Hará, pues, expiación por el lugar santo a causa de las impurezas de los hijos de Israel… así hará también con la tienda de reunión que permanece con ellos en medio de sus impurezas […] porque en este día se hará expiación por vosotros para que seáis limpios; seréis limpios de todos vuestros pecados delante del Señor […]”.

En este día los judíos se presentaban en el santuario ante Dios para participar del juicio que Él iba a emitir. Por un lado estaban los penitentes, y por otro, los impenitentes. Sólo los que estaban arrepentidos de sus pecados y confiaban tanto en la sangre del macho cabrío, la intercesión del sumo sacerdote, y principalmente en la misericordia y la justicia divina, eran salvados (era un juicio a favor de los santos). Los rebeldes, eran condenados (un juicio en contra de los impíos, Lev 20: 3; Num 19: 13, 20). En este evento se observaba tanto la justicia como la misericordia de Dios.
Este mismo día de expiación, en paralelo con Daniel 8: 14 y 7: 9-11, tiene también una cosmovisión escatológica. Así como se purificaba el santuario terrenal en este día, de la misma forma el santuario celestial es purificado en Daniel 8: 14. Y así como se juzgaba al pueblo el 10 de Tishri, así también son juzgados en Daniel 7. Como declara Roy Gane “No es simplemente un día ceremonial oficiado por un sumo sacerdote israelita; esto es un climax escatológico ante una lucha cósmica sobre señorío y adoración”.[31]

Teniendo esto como base, se puede comprender mejor el juicio proclamado por el primer ángel:
(1) En este juicio participan tanto los santos como los rebeldes. Los santos, según el contexto de Apocalipsis 14, son aquellos que han aceptado el evangelio eterno (14: 6), “guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús” (v. 12), no se contaminan con Babilonia (v. 8), y esperan la II venida (v. 14). En el caso de los rebeldes, ellos son los apóstatas que han rechazado la verdad del evangelio, pisotean la ley de Dios, y desconfiar del testimonio de Cristo.
(2) El juicio es a favor de los santos y en contra de los rebeldes. Esto hace suponer que los santos no deben de sentir miedo ante el juicio pre-advenimiento, por el contrario, deben estar siempre regocijados al saber que el juicio en el cielo es a favor de ellos. Los únicos que deben de sentir pavor son los impenitentes.
(3) En el juicio pre-advenimiento se pronuncia la misericordia y la justicia de Dios tanto para los santos como para los rebeldes.
(3.1.) Misericordia: el hombre desde que pecó está destituido de la gloria de Dios y condenado a la muerte eterna (Ro 6: 23). No obstante, Dios envió a su Hijo para redimir el hombre y tomar su lugar con el fin que él pueda obtener la vida eterna. Para este acto redentor, Dios perdona y limpia los pecados de cada ser humano por medio de su sangre. Depende de cada persona si acepta o no este don divino.
(3.2.) Justicia: Dios no sólo perdona al pecador sino también lo justifica. En este acto Dios ama al pecador pero aborrece el pecado. Puesto que el hombre pecó, Dios elimina el pecado en él y lo cubre con el manto de justicia de Cristo quedando declarado justo. Sin culpa. No obstante, aquellos que no aceptan ni la sangre ni el manto de justicia de Cristo, quedan declarados condenados.

Por lo tanto, este juicio es para salvación. Salvación para aquellos que van con fe ante la presencia de Dios para “recibir oportuno socorro” (Heb 4: 16) y ser declarados justos e inocentes. Y perdición, para los que rechazan este don.

(4) Aquellos que fueron partícipes del juicio y llegaron a ser declarados justos, mostrarán sus frutos de justicia. Ahora vivirán como tal, guardando los mandamientos.
(5) El principal objetivo de este juicio, según Roy Adams, es la vindicación, tanto de Dios, su santuario, y los santos.[32] A través de este juicio, los seres celestiales declararán “Porque sus juicios son verdaderos y justos…” (Ap 19: 2), y se habrá mostrado tanto la justicia como la misericordia de Dios ante las huestes angelicales.
Por medio de este juicio, el remanente invita al mundo entero a aceptar o rechazar la salvación por parte de Dios. Proclama e invita a aceptar esta verdad que tiene como eje el evangelio. Llama al mundo para ser partícipes de este juicio con el fin de que Dios los declare justos, como si nunca hubieran pecado. Todo esto gracias al acto redentor de Cristo y su intercesión en el cielo. Se sabe muy bien que, sin la justicia de Cristo, nadie podrá ir al cielo. Precisamente aquella justicia es imputada gracias al acto de Jesús en su santuario.
El remanente, al cumplir la misión, no debe de dejar de predicar este mensaje. El mundo necesita no sólo el amor de Dios, sino también la justicia de Cristo, el cual es uno de los objetivos del juicio pre-advenimiento.

4. El creacionismo

En un mundo donde el centro del universo y del conocimiento es el hombre, y en algunas religiones la naturaleza, el remanente proclama “Adorad al Creador” (Ap 14: 7). Este mensaje reconoce a Dios como el eje y originador de las cosas (ver también Gn 1: 1). Alguien de quien depende el inicio de la vida y su sustento (Heb 1: 3). Como Creador que es, la honra y la gloria es solamente para Él. Esto implica que ni el hombre ni la naturaleza deben de autoproclamarse el centro del universo, ni mucho menos auto adorarse o dejarse adorar, o ser instrumento de adoración (Is 40: 25, 26; 45: 18). El mensaje del primer ángel invita a adorar al Creador, no a la creación. Como declara Carballosa:

“La humanidad ha estado en rebeldía contra Dios. Los hombres han adorado ‘a las criaturas antes que al Creador’ (Ro 1: 25). Los humanistas y racionalistas han atribuido la existencia del universo a causas fortuitas y han negado la misma existencia de Dios. Ahora, en la consumación de los siglos, los hombres son llamados a reconocer y adorar al soberano Creador del cielo y tierra (Hch 14: 15-17)”.[33]

En el contexto escatológico, poner a Dios como centro y no a la creación, es sumamente importante. Mientras en el Mensaje del primer ángel (Ap 14: 7) el centro es el Creador, y es Él quien es adorado; las bestias de Apocalipsis 13 se auto proclaman el centro de la humanidad y a la vez exigen adoración (13: 12-15). Por un lado, Dios como Creador tiene el poder propio para “hacer maravillas” tanto en el cielo como en la tierra; por otro, la bestias “hacen grandes señales” a tal punto de engañar a los moradores de la tierra (13-14).
Esto nos permite concluir que la razón principal de la controversia final será en base a las siguientes preguntas ¿Quién es el centro del universo? ¿Quién debe ser adorado: Dios o su creación, Dios o el hombre? Específicamente hablando ¿Dios, o las bestias espantosas de Apocalipsis 13? A quien se le debe rendir homenaje ¿A aquellas bestias que hacen obras y señales prodigiosas, o a Aquel que ha creado los cielos y la tierra?
Cuando Juan escribió “adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” es posible que haya estado pensando en Éxodo 20: 4 y 11, referencia que varios eruditos han expuesto. Como por ejemplo los editores de la 4ta edición del Griego del Nuevo Testamento. Ellos notan en el margen que Apocalipsis 14: 7b es una alusión a Éxodo 20: 11.[34] De igual manera la Anchor Bible, con el comentario de J. Massyngberde, declara:

“El ángel heraldo en el 14: 6, 7 anuncia la reafirmación del decálogo y la adoración de un solo Dios, en oposición a la adoración de la imagen (13: 15) el cual violó los mandamientos. La referencia a Dios como Creador es entendido en la luz de la referencia al cielo, tierra, y el agua debajo de la tierra en Éxodo 20: 4”.[35]

La conexión entre la “adoración al Creador” del primer ángel con el decálogo, especialmente el 4to mandamiento, genera una relación entre la adoración, el 2do y 4to mandamiento de la ley de Dios. En especial, en el día sábado. Ekkehardt Müeller comenta: “Lo escrito en 14:7 especifica el cuarto mandamiento. Adorar a Dios como Creador también implica guardar su día santo, el día que Él instituyó en la creación como una conmemoración de la creación”.[36]
Por lo tanto, existe una relación estrecha entre la “adoración” y “los mandamientos”, especialmente los primeros cuatro.[37] Al parecer, en un contexto escatológico, aquella persona que no desea adorar a la bestia ni a su imagen, obedecerá fielmente a los cuatro primeros mandamientos.
De igual manera, para este primer mensaje no existe ni el evolucionismo (ni evolucionismo teísta)[38] ni la vida después de la muerte. Ambos puntos de vista son enemigos de la creación de Dios. Por un lado el evolucionismo trata de contrariar el inicio de la vida, por el otro, la inmortalidad del alma, el fin de la vida.
En este contexto escatológico, donde el mensaje bíblico de la creación está siendo distorsionado y atacado por distintos pensamientos y religiones, el remanente proclama “El ser humano fue creado por Dios, y no vino de la naturaleza, puesto que ella también vino de Él. Tanto cielos como tierra fueron hechas por su Palabra en seis días literales y no en un lapso de tiempo mayor. Por ser nuestro Creador, a él se le debe adorar. No a la bestia ni a su imagen, sino a Él. Aquella adoración se manifestará a través de la observancia de los cuatro primeros mandamientos”.



Referencias Bibliográficas

[26]Jackes Doukhan, The Vision of the End (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1987), 60, 133. Ver también Ibíd., Secretos de Apocalipsis, 133-4.

[27]Beale ha sugerido Daniel 4 como paralelo de Apocalipsis 14: 6-8 por la variedad de elementos semejantes encontrados en ambos pasajes (G.K. Beale, The New International Greek Testament Commentary NIGTC: The Book of Revelation [Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing Company, 1999], 750-4). No obstante, creemos que Daniel 7 es más explícito y aceptable puesto que no sólo se encuentran elementos parecidos a los de Apocalipsis 14 sino que el contexto escatológico también es el mismo, algo que en Daniel 4 no ocurre.

[28]Ver también Jackes Doukhan, Secretos de Apocalipsis, 134.

[29]Mientras Daniel 7 afirma que el juicio pre-advenimiento se realizará después de los tres tiempos y medio (1260 años), en cualquier fecha después de 1798 d.C.; Daniel 8 nos da la fecha específica: el juicio ha de comenzar después de haber concluido las 2 300 tardes y mañanas, a saber, en 1844 d.C.

[30]Jacques Doukhan, Secretos de Daniel, 129.

[31]Roy Gane, “Judment as Covenant Review”, JATS 8, nro. 1, 2 (1997): 184.

[32]Roy Adams, The Sanctuary: Understanding the Heart of Theology (Hagerstown: Review and Herald, 1993), 128.

[33]Evis Carballosa, Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios (Grand Rapids: Editorial Portavoz, 1997), 283.

[34]Ver Ranko Stefanovic, Revelation of Jesus Christ, 416.

[35]J. Massyngberde Ford, The Anchor Bible: Revelation, I. Howard Marshall y Donald A. Hagner, eds. (Nueva York: The Anchor Bible Doubleday, 1975), 248.

[36]Ekkehardt Müeller, “The End Time Remnant in Revelation”, JATS 11, no. 1/2 (2000): 194.

[37]Anthony MacPherson propone un paralelismo entre Apocalipsis 13 y Éxodo 20 con el cual concluye que el ataque de las bestias de Apocalipsis 13 será básicamente a los cuatro primeros mandamientos, ver Anthony MacPherson, “The Mark of the Beast as a ‘Sign Commandment’ and ‘Anti-Sabbath’ in the Worship Crisis of Revelation 12-14”, AUSS 43, no. 2 (2005): 277.

[38]Para una defensa del creacionismo, frente al evolucionismo teísta, ver Norman Gulley, “El desafío de la evolución teísta a la doctrina bíblica de la creación”, Theo 19, nro. 2 (2004): 228-53.


Por


Oscar Mendoza Orbegozo

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