martes, 20 de noviembre de 2012

En el Principio: Cómo Interpretar Génesis 1


"En el principio Dios creó los cielos y la tierra". --Génesis 1:1
Tal es la belleza, majestad y simplicidad con que comienza el relato de la creación registrado en Génesis. Sin embargo, un análisis del capítulo 1 del Génesis no es tan simple y directo como puede sugerir la lectura casual del texto bíblico. La interpretación moderna de la cosmogonía bíblica (comprensión de los orígenes) en Génesis 1 es extremadamente complicada. Se la clasifica en no literal y literal. Describiremos brevemente siete de las interpretaciones y evaluaremos cada una de ellas a la luz de la información bíblica.

Interpretaciones más relevantes de Génesis 1
Interpretaciones no literales
Los eruditos que sostienen una interpretación no literal de Génesis tratan el tema de diferentes maneras. Algunos consideran Génesis 1 como mitología1; otros lo ven como poesía2; algunos lo consideran como teología3; y aún otros lo ven como un simbolismo.4
Todos estos puntos de vista no literales tienen en común la suposición de que el relato de la creación de Génesis no es un relato literal directamente histórico de la creación.
Interpretaciones literales
Los que aceptan una lectura literal del relato de la creación también difieren en cuanto a la cosmogonía bíblica de Génesis 1. Señalaremos tres de ellas.
Perspectiva de la brecha activa. Este punto de vista es conocido también como teoría de la "ruina-restauración". De acuerdo con esta perspectiva,5 Génesis 1:1 describe una creación originalmente perfecta que tuvo lugar en algún momento desconocido del pasado (hace millones o billones de años). Satanás era el soberano de este mundo, pero a causa de su rebelión (Isaías 14:12-17), entró el pecado en el universo. Dios juzgó la rebelión y redujo el mundo al estado caótico y arruinado descripto en Génesis 1:2. Los partidarios de esta perspectiva traducen Génesis 1:2 como "la tierra se volvió desordenada y vacía".
Para esta postura, Génesis 1:3 y los versículos subsiguientes presentan una descripción de una creación posterior en la cual Dios restauró lo que había sido arruinado. Generalmente intercalan la columna geológica entre el período de tiempo de la primera creación (Génesis 1:1) y el caos subsiguiente, y no en conexión con el diluvio bíblico.
Perspectiva de una pre-creación "desordenada-vacía". De acuerdo con esta interpretación, los términos hebreos tohu ("desordenado") y bohu ("vacío") en Génesis 1:2 describen el estado "informe-vacío" de la tierra. El texto se refiere al estado anterior a la creación de la que se habla en la Biblia. Esta perspectiva tiene dos variaciones principales basadas en dos análisis gramaticales diferentes.
La primera variación considera a Génesis 1:1 como una cláusula dependiente, comparando los antiguos relatos de la creación extra-bíblicos del Cercano Oriente.6 De esta manera la traducción propuesta es: "Cuando Dios comenzó a crear los cielos y la tierra". Por lo tanto Génesis 1:2 equivale a un paréntesis en el que se describe el estado en que se encon-traba la tierra cuando Dios comenzó a crear ("estando la tierra...") y Génesis 1:3 en adelante describe la obra real de la creación ("Y dijo Dios...").
La otra variación importante considera a Génesis 1:1 como una cláusula independiente, y como una declaración resumida o introducción formal o título, que es elaborado después en el resto del relato.7 Se considera Génesis 1:2 como una cláusula circunstancial conectada con el versículo 3: "Y la tierra estaba desordenada y vacía... Y dijo Dios: Que sea la luz".
En el caso de la perspectiva pre-creacionista desordenada y vacía, apoyada por cualquiera de los análisis gramaticales ya mencionados, Génesis no presenta un comienzo absoluto de tiempo para el cosmos. No está implicada la creación de la nada y no hay indicación de la existencia de Dios antes de la materia. No se menciona nada de la creación de la materia original descripta en el versículo 2. La oscuridad, el abismo y el agua de Génesis 1:2 ya existían al comienzo de la actividad creadora de Dios.
De paso, podríamos notar otra perspectiva pre-creacionista. Esta toma el versículo 2 como una cláusula dependiente "cuando.."., lo cual difiere de la primera variante al interpretar las palabras tohu y bohu, y los términos para "oscuridad" y "abismo", todo como significando "nada". De esta manera el versículo 1 es visto como un resumen; el versículo 2 dice que inicialmente había "nada", y el versículo 3 describe el principio del proceso creador.8
Perspectiva inicial "informe-vacía". Una tercera interpretación literal de la cosmogonía bíblica es la perspectiva inicial "informe-vacía". Esta es la perspectiva tradicional, que goza del apoyo de la mayoría de los intérpretes judíos y cristianos a través de la historia.9 De acuerdo con esta comprensión, Génesis 1:1 declara que Dios creó de la nada la materia original llamada cielos y tierra en el momento de su principio absoluto. El versículo 2 aclara que en el principio cuando la tierra fue creada, estaba en un estado de tohu y bohu, informe y vacía. El versículo 3 y los subsiguientes describen el proceso divino de formar lo no formado y de llenar lo vacío.
Esta interpretación tiene dos variantes. Algunos ven todo el versículo 1 y el 2 como parte del primer día de la semana de la creación de siete días. Podríamos llamar a esto la interpretación de "no brecha".10 Otros ven los versículos 1 y 2 como una unidad cronológica separada por una brecha en el tiempo del primer día de la creación descrita en el versículo 3. Esta perspectiva es denominada comúnmente como de la "brecha pasiva".11
Evaluación
El espacio no nos permite una evaluación detallada de todos los pros y contras de cada perspectiva que hemos resumido, pero presentaremos los contornos básicos de la información bíblica en lo que concierne a las teorías acerca del origen de la materia y de la vida, y su existencia primitiva.
Interpretaciones no literales

Considerando todas las interpretaciones no literales, no históricas, debemos tomar en cuenta dos hechos bíblicos significativos:
1. El género literario de Génesis capítulos 1-11 indica la intención de la naturaleza literal del relato.12 El libro de Génesis está estructurado por la palabra "generaciones" (hebreo toledoth) en conexión con cada sección del libro (13 veces). Esta es una palabra utilizada en otros lugares en el contexto de genealogías interesadas en el cómputo exacto del tiempo y la historia. El uso de toledoth en Génesis 2:4 muestra que el autor tenía la intención de que el relato de la creación fuera tan literal como el resto de las narraciones del Génesis.13 Otros escritores bíblicos consideran que los capítulos 1-11 de Génesis son literales. De hecho, todos los escritores del Nuevo Testamento se refieren afirmativamente a Génesis 1-11 como historia literal.14
2. La evidencia interna también indica que el relato de la creación no debe tomarse simbólicamente como siete largas edades conformándose con el modelo evolucionista, como lo sugieren muchos críticos y eruditos evangélicos. Los términos "tarde y mañana" significan un día literal de 24 horas. En otros lugares de la Escritura, la palabra día con un número ordinal es siempre literal. Si los días de la creación son simbólicos, Exodo 20:8-11 el conmemorar un sábado literal no tiene sentido. Las referencias a la función del sol y la luna para las señales, estaciones, días y años (Génesis 1:14), también indican tiempo literal, no simbólico. Por lo tanto, debemos concluir que Génesis 1:1-2:4a indica que la creación se llevó a cabo en siete días literales y sucesivos, de 24 horas.15
Aunque las interpretaciones no literales deben ser rechazadas en lo que niegan (específicamente, la naturaleza histórica y literal del relato del Génesis), sin embargo tienen un elemento de verdad en lo que afirman. Génesis 1-2 afecta a la mitología, no para afirmar una interpretación mitológica, sino como una polémica en contra de la antigua mitología del Cercano Oriente.16 Génesis 1:1-2:4 está estructurado muy probablemente de una manera similar a la poesía hebrea (paralelismo sintético),17 pero la poesía no niega la historicidad (ver, por ejemplo, Exodo 15, Daniel 7, y alrededor de 40 por ciento del Antiguo Testamento, los cuales están en forma de poesía). Los escritores bíblicos a menudo escribieron en poesía para enfatizar la historicidad.
Génesis 1-2 presenta una teología profunda: la doctrina de Dios, la creación, la humanidad, el sábado y podríamos continuar así. Pero la teología en las Escrituras no se opone a la historia. En verdad, la teología bíblica está enraizada en la historia. De la misma manera, existe un profundo simbolismo en Génesis 1. Por ejemplo, el lenguaje del Jardín del Edén y la ocupación de Adán y Eva, aluden claramente a la imaginería del santuario y a la tarea   de los levitas (ver Exodo 25-40).18 Por eso el santuario del Edén es un símbolo o tipo del santuario celestial. Pero el hecho de señalar más allá de sí mismo no quita mérito a su propia realidad literal.
Aun Gerhard von Rad, erudito crítico que rehúsa aceptar lo que afirma Génesis 1, confiesa honestamente: "Lo que se dice aquí [Génesis 1] intenta sostener la verdad completa y exactamente como se da".19

Por lo tanto, nosotros afirmamos la naturaleza histórica, literal, del registro del Génesis. Pero, ¿cuál de las interpretacio-nes literales es la correcta?
Interpretación literal
Primero, debemos rechazar inmediatamente la teoría de la brecha activa o ruina-restauración basada puramente sobre una base gramatical. Génesis 1:2 claramente contiene tres oraciones sustantivas --y el significado fundamental de las oraciones sustantivas en hebreo expresa algo fijo--, un estado,20 no una secuencia o acción. De acuerdo con las leyes de la gramática hebrea, debemos traducir "la tierra estaba desordenada y vacía", y no "la tierra se volvió desordenada y vacía". Por lo tanto, la gramática hebrea no deja lugar para la teoría de la brecha activa.
¿Qué diremos de la interpretación de la pre-creación informe-vacía en la cual el estado tohu-bohu de Génesis 1:2 viene antes de la creación divina? Algunos sostienen esta interpretación traduciendo el versículo 1 como una oración dependiente. Pero las líneas más importantes de evidencia favorecen la lectura tradicional de Génesis 1:1 como una oración independiente: "En el principio, Dios creó los cielos y la tierra". Esto incluye la evidencia de los acentos en hebreo, de todas las versiones antiguas, léxico/gramaticales, consideraciones sintácticas y estilísticas, y los contrastes con relatos antiguos del Cercano Oriente.21 El peso de la evidencia me guía a aceptar la postura de la lectura tradicional.
Otros sostienen la perspectiva de la pre-creación informe-vacía interpretando Génesis 1:1 como un resumen del capítulo completo (comenzando la creación real sólo en el versículo 3). Pero si Génesis 1 comienza solamente con un título o resumen, entonces el versículo 2 contradice al versículo 1. Dios creó la tierra (versículo 1), pero la tierra pre-existe a la creación (versículo 2). Esta interpretación simplemente no puede explicar la referencia a la existencia de la tierra ya en el versículo 2. Rompe la continuidad entre el versículo 1 y el versículo 2 en el uso del término tierra.22 Por lo tanto yo concluyo que Génesis 1:1 no es simplemente un resumen o título de todo el capítulo.
En contra de la sugerencia de que todas las palabras en Génesis 1:2 simplemente implican "la nada", se debe señalar que los versículos 3 y siguientes no describen la creación del agua, pero suponen su existencia previa. La palabra tehom "abismo", combinada con tohu y bohu juntas (como en Jeremías 4:43) no parece referirse a la nada, sino más bien a la tierra en un estado informe-vacío cubierta por agua.
Esto nos guía a la posición inicial de informe-vacía. Una lectura directa de la corriente del pensamiento en Génesis 1: 1-3 ha guiado a la mayoría de los intérpretes judíos y cristianos en la historia de la interpretación a esta posición, por lo que se la conoce como la perspectiva tradicional.
El flujo natural de Génesis 1-2
Yo concuerdo con esta perspectiva, porque encuentro que sólo esta interpretación sigue coherentemente el flujo natural de estos versículos, sin contradicción u omisión de ningún elemento del texto.
El flujo de pensamiento en Génesis 1-2 es el siguiente:
a. Dios existe antes de toda creación (versículo 1).
b. Hay un comienzo absoluto de tiempo con respecto a este mundo y las esferas celestes que lo rodean (versículo 1).
c. Dios creó los cielos y la tierra (versículo 1), pero al comienzo eran diferentes que ahora, estaban "informes" y "vacíos" (tohu y bohu; versículo 2).
d. En el primer día de la semana de la creación de siete días, Dios comienza a formar y llenar el tohu y bohu (versículos 3 y subsiguientes).
e. La actividad creadora de Dios de "formar y llenar" se lleva a cabo en los seis días literales y sucesivos de 24 horas.
f. Al fin de la semana de la creación, los cielos y la tierra están terminados (Génesis 2:1). Lo que Dios comienza en el versículo 1 está completo ahora.
g. Dios descansa en el séptimo día, bendiciéndolo y santificándolo como un recordativo de la creación (2:1-4).

La ambigüedad de cuándo
Los puntos anteriores aparecen en forma clara en el flujo de pensamiento de Génesis 1-2. Sin embargo, hay un aspecto crucial en este proceso de creación que el texto deja abierto y ambiguo: ¿Cuándo ocurrió el comienzo absoluto de los cielos y la tierra en el versículo 1? ¿Fue al comienzo de los siete días de la creación o en algún momento anterior? Es posible que las "materias primas" de los cielos y la tierra en su estado informe-vacío hayan sido creadas mucho antes de los siete días de la semana de la creación. Esta es la teoría de la "brecha pasiva". También es posible que las "materias primas" descriptas en Génesis 1:1,2 estén incluidas en el primer día de la semana de la creación de siete días. 

Esta es la llamada teoría de la "no brecha".
Esta ambigüedad en el texto hebreo tiene implicaciones para interpretar el Precámbrico de la columna geológica, si uno equipara aproximadamente el Precámbrico con las "materias primas" descriptas en Génesis 1:1-2 (por supuesto, esta evaluación es discutible). Existe una posibilidad de un Precámbrico joven, creado como parte de la semana de la creación de siete días (quizás con la apariencia de mucha antigüedad). También existe   la posibilidad de que la "materia prima" fuera creada en un momento del comienzo absoluto de esta tierra y las esferas celestes que la rodean, hace probablemente millones o billones de años. Este estado inicial informe-vacío es descripto en el versículo 2. Luego el versículo 3 y los siguientes describen el proceso de formar y de llenar durante la semana de la creación de siete días.


Concluyo que el texto bíblico de Génesis 1 da lugar para cualquiera de estas teorías: (a) un Precámbrico joven (creado como parte de los siete días de creación), o (b) rocas terrestres pre-fósiles mucho más antiguas, con un largo intervalo entre la creación de lo inanimado "materia prima" sobre la tierra descriptas en Génesis 1:1 y 2 y los siete días de la semana de la creación, descripta en Génesis 1:3 en adelante. Pero en cualquiera de los dos casos, el texto bíblico requiere una cronología corta para la vida en la tierra. No se da lugar para ninguna brecha de tiempo en la creación de la vida sobre esta tierra: ésta apareció entre el tercero y sexto días literales y sucesivos de 24 horas de la semana de la creación.

Por

Richard M. Davidson (Ph.D, Andrews University) es el director del Depto. de Antiguo Testamento en el Seminario Teológico Adventista, Andrews University, Berrien Springs, Michigan. Es autor de varios artículos y libros, incluyendo Typology in Scripture (Andrews University Press, 1981), Love Song for the Sabbath (Review and Herald, 1987), e In the Footsteps of Joshua (Review and Herald, 1995).



Notas y referencias
   1. Ver, por ejemplos, Hermann Gunkel, Schöpfung und Chaos (Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1895); B.S. Childs, Myth and Reality in the Old Testament, Studies in Biblical Theology, 27 (London: SCM Press, 1962), pp. 31-50.
   2. Ver, por ejemplos, D. F. Payne, Genesis One Reconsidered (London: Tyndale, 1964); Henry Blocher, In the Beginning: The Opening Chapters of Genesis (Downers Grove, II.:Inter-Varsity Press, 1984), pp. 49-59.
   3. Ver, por ejemplos, Conrad Hyers, The Meaning of Creation: Genesis and Modern Science (Atlanta: John Knox, 1984); Davis Young, Creation and the Flood: an Alternative to Flood Geology and Theistic Evolution (Grand Rapids: Baker, 1974), pp. 86-89.
   4. Ver, por ejemplos, Derek Kidner, Genesis: An Introduction and Commentary, Tyndale Old Testament Commentaries (Downers Grove, II.: Inter-Varsity Press, 1967), pp. 54-58; P. J. Wiseman,   Creation Revealed in Six Days (London: Marshall, Morgan, y Scott, 1948), pp. 33-34; Robert C. Newman y Herman J. Eckelmann, Jr., Genesis One and the Origin of the Earth (Downers Grove, II.: Inter Varsity Press, 1977), pp. 64,65.
   5. Ver, por ejemplos, Arthur Custance, Without Form and Void (Brockville, Canada: By the Author, 1970): y la Scofield Reference Bible (1917, 1967).
   6. Ver, por ejemplos, las siguientes traducciones modernas de Génesis 1:1-3: la New Jewish Version (NJV), la New American Bible (NAB) católica, y la New English Bible; ver también E. A. Speiser, Anchor Bible: Genesis (Garden City, N.Y.: Doubleday, 1964), pp. 3, 8-13.
   7. Ver, por ejemplos, Gerhard von Rad, Genesis: A Commentary, Old Testament Library (Philadelphia: Westminster, 1972), p. 49; Bruce Waltke, "The Creation Account in Genesis 1:1-3; Part III: The Initial Chaos Theory and the Precreation Chaos Theory", Bibliotheca Sacra 132 (1975), pp. 225-228.
   8. Ver, por ejemplo, Jacques Doukhan, The Genesis Creation Story: Its Literary Structure, Andrews University Seminary Doctoral Dissertation Series, 5 (Berrien Springs, Mich.: Andrews University Press, 1978), pp. 63-73.
   9. Por una lista mayor de defensores, y una defensa más detallada de esta posición, ver Gerhard Hasel, "Recent Translations of Genesis 1:1", The Bible Translator 22 (1971), pp. 154-167; e ídem, "The Meaning of Gen. 1:1", Ministry (Enero 1976), pp. 21-24.
10. Ver, por ejemplo, Henry Morris,   The Biblical Basis for Modern Science (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1984); e ídem, The Genesis Record (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1976), pp. 17-104.
11. Ver, por ejemplo, Harold G. Coffin, Origin by Design (Hagerstown, Md.: Review and Herald, 1983), pp. 292-293, una posibilidad. Además Clyde L. Webster, Jr., "El Génesis y la edad de la Tierra: Qué nos dice la datación radiométrica", Diálogo Universitario 5:1 (l993), pp. 5-8.
12. Ver Walter Kaiser, "The Literary Form of Genesis 1-11", en New Perspectives on the Old Testament, J. Barton Payne, ed. (Waco, Texas: Word, 1970), pp. 48-65.
13. Doukhan, pp. 167-220.
14. Ver Mateo 19:4, 5; 24:37-39; Marcos 10:6; Lucas 3:38; 17:26, 27; Romanos 5:12; 1 Corintios 6:16; 11:8, 9, 12; 15:21, 22, 45; 2 Corintios 11:3; Efesios 5:31; 1 Timothy 2:13, 14; Hebreos 11:7; 1 Pedro 3:20; 2 Pedro 2:5; 3:4-6; Santiago 3:9; 1 Juan 3:12; Judas 11, 14; Apoc. 14:7.
15. Por mayores evidencias ver Terrance Fretheim, "Were the Days of Creation Twenty-Four Hours Long? YES", en The Genesis Debate: Persistent Questions About Creation and the Flood, Ronald F. Youngblood, ed. (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1990), pp. 12-35.
16. Ver Gerhard Hasel, "The Polemic Nature of the Genesis Cosmology", The Evangelical Quarterly   46 (1974), pp. 81-102; idem, "The Significance of the Cosmology in Genesis 1 in Relation to Ancient Near Eastern Parallels", Andrews University Seminary Studies 10 (1972), pp. 1-20.
17. Ver Gordon J. Wenham, Word Biblical Commentary: Gen 1-15 (Waco, Texas: Word, 1987), pp. 6-7, para encontrar un diagrama de la simetría comparada de los días de la creación.
18. Ver Gordon Wenham, "Sanctuary Symbolism in the Garden of Eden Story", Proceedings of the World Congress of Jewish Studies 9 (1986), pp. 19-25.
19. Von Rad, p. 47.
20. Ver Gesenius' Hebrew Grammar, E. Kautzsch y A. E. Xowley, eds. (Oxford:Clarendon Press, 1910, 1974), 454 [par. 141 i]; R. L. Reymond, "Does Genesis 1:1-3 Teach Creation Out of Nothing?" Scientific Studies in Special Creation, W. E. Lammerts, ed (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1971), pp. 14-17.
21. Ver Hasel, "Recent Translations", y "The Meaning of Gen. 1:1".
22. Gesenius' Hebrew Grammar, p. 455 (par. 142 c), que identifica el vs. 2 como una frase circunstancial contemporánea con la oración principal del vs. 1 (no del vs. 3).

miércoles, 14 de noviembre de 2012

LA "ORACIÓN DE GUERRA ESPIRITUAL" Y SU INFLUENCIA EN LA IGLESIA



La oración de “guerra espiritual” es una manera de entender y abordar, entre los  evangélicos, el conflicto con los seres espirituales malignos. La propuesta básicamente es actuar con agresividad ante el enemigo, no ser pasivo ante las “asechanzas del diablo”. La manera de ser agresivo es involucrarse en un estudio exhaustivo del enemigo, identificarlo con exactitud y desarrollar una estrategia para derrotarlo. Los propulsores de esta propuesta sustentan sus concepciones, más que pasajes bíblicos, en experiencias vividas. El presente estudio pretende mostrar la cosmovisión, la teología, y la influencia de este movimiento en la Iglesia Adventista.

Cosmovisión de la oración de guerra espiritual
Peter Wagner, uno de los más acuciosos exponentes de este énfasis[1], sostiene que el mundo de las tinieblas actúa en el marco de una organización jerárquica[2]. Existen tres categorías de demonios: los que operan “a ras del suelo”, los que operan en el ámbito del “ocultismo” y los que gobiernan territorios, localidades, culturas.  A estos demonios selectos se les asignan sectores topográficos como valles, ríos, montañas, barrios, ciudades, naciones[3]; se los llama “espíritus territoriales”, son los más poderosos y ejercen ese poder sobre jurisdicciones de tal manera que no permiten que la gente de su territorio responda al mensaje de Jesucristo.
Este accionar del mundo espiritual requiere de parte del pueblo de Dios una estrategia. Y la propuesta es “la oración de guerra a nivel estratégico”. Lo que caracteriza a este estilo de oración es la agresividad. Consideran que el cristiano tiene el derecho y la autoridad para tomar la iniciativa y ser agresivo contra los demonios selectos. Ser pasivo en esta cosmovisión de guerra es peligroso; por lo tanto es imprescindible optar una actitud de  ataque contra los espíritus territoriales. La metodología a seguir es, en primer lugar, identificar el territorio y nombrar al demonio que ejerce dominio sobre dicho territorio. De ser posible, es aconsejable descubrir el nombre propio del demonio. Si esto no se logra, se intenta identificar al demonio con un nombre funcional como “espíritu de duda”, “espíritu de engaño” etc. En segundo lugar, preparar espiritualmente a los ministros y dirigentes mediante la confesión, el arrepentimiento y la remisión de pecados de su jurisdicción, pues ellos son las “puertas de entrada de una ciudad, nación o territorio”. En tercer lugar, organizar equipos de intercesores especialmente dotados y llamados para la guerra espiritual. La característica de los intercesores es orar de dos a cinco horas diarias. Mucho de su tiempo lo pasan escuchando a Dios y profetizando victoria contra los demonios ya identificados. En breve, la oración de guerra a nivel estratégico allana el camino para que la evangelización de determinada localidad se pueda llevar a cabo con éxito.
Teología de la oración de guerra a nivel estratégico
Ante esta percepción del mundo de las tinieblas se levanta una pregunta ¿existe sustento bíblico para apoyar el concepto y práctica de la oración de guerra a nivel estratégico? Peter Wagner, admite que no hay en todo el Nuevo Testamento ni una prueba fehaciente, ni un incidente claramente indicador de que se lleva a cabo una “guerra espiritual estratégica”. Wagner admite que cada uno de los ejemplos que él ofrece puede interpretarse de otra manera. Por eso él dice ofrecer cierta evidencia, pero ninguna prueba[4].
Un pasaje que merece especial atención es el de Daniel 10:13-14,20-21:
El príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí que Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme; y quedé allí con los reyes de Persia. He venido, pues, para hacerte entender lo que ha de acontecer a tu pueblo en los últimos días; porque la visión es aún para días. Y dijo: -¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para combatir con el príncipe de Persia. Y cuando yo haya concluido, he aquí que viene el príncipe de Grecia. Pero te voy a declarar lo que está registrado en el libro de la verdad. Ninguno hay que me apoye contra éstos, sino sólo Miguel, vuestro príncipe” (RVA).
De este texto ellos infieren que el “príncipe de Persia” y “el príncipe de Grecia” son “espíritus territoriales” que tienen dominio sobre un territorio específico y que la oración de Daniel, de tres semanas, era una actitud de guerra estratégica.
Algunos otros textos que usan para respaldar su tesis son:
Juec. 9:22-25. Habla de “un espíritu de discordia” entre Abimelec y los habitantes de Siquem.
1Sam. 16:14. Un espíritu malo estaba sobre Saúl.
1Rey 22:21-23. Un espíritu de mentira estaba sobre Acab.
Is 24:21-22. El Señor castigará al ejército de lo alto en lo alto.
Daniel 10:13-14,20-21. Los príncipes de Persia y de Grecia se oponen al ángel que vino a ayudar a Daniel.
Ez 28:12-19. El Rey de Tiro, encarna a un espíritu.
Hech. 19. Diana, diosa de los efesios.
Una revisión de la literatura de este movimiento evidencia que muchos de los pasajes que utilizan para buscar respaldo bíblico a “la oración de guerra a nivel estratégico” son sacados fuera de su contexto histórico, exegético y teológico. Por ejemplo el pasaje de Daniel 10:13-14,20-21, ya citado, ha sido tomada fuera de su contexto. Lo que el texto afirma de manera inequívoca es que sí existen seres espirituales que son enemigos de Dios, y que en el ámbito de lo invisible se libra un conflicto cósmico que afecta la realidad visible de la creación. Sin embargo, el texto no tiene interés alguno en proponer una clasificación jerárquica de seres espirituales ni establecer límites geográficos específicos para estos seres que se oponen a la voluntad de Dios. Daniel no intenta identificar ni nombrar a los demonios selectos, tampoco los menciona en su oración. Es evidente en este texto que la preocupación del profeta es el bienestar de Israel y la intervención de Dios en la realidad de Israel. Alomía[5], comentando estos pasajes admite que existe un conflicto cósmico real entre las huestes del bien y del mal señalando el liderazgo victorioso del Mesías. Daniel es partícipe en el conflicto pues había asuntos cruciales que debían cumplirse a favor del pueblo del pacto. El decreto liberador de Ciro cumplido en un inicio estaba siendo contrarrestado en Judea y los informes negativos de los gobernadores encarados de esa región se esforzaban por anular las facilidades con que fueron favorecidos los repatriados. La gravedad de la situación es puesta en su dimensión real revelando que los sucesos del pueblo de Dios estaban marchando en medio de un gran conflicto o savah gadol. El conflicto sin embargo no era simplemente humano pues Gabriel habla de una lucha de alcances cósmicos que involucra al mismo Mesías quien viene en auxilio de Gabriel para que las cosas pudieran prosperar a favor del pueblo de Dios.
Implicancias del movimiento de oración de guerra en la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
La cosmovisión que la Iglesia Adventista tiene del conflicto cósmico está sostenida por una consistente hermenéutica bíblica. Por un lado, el texto bíblico es claro que Dios es el soberano absoluto y no hay nada ni nadie que pueda comprometer esa soberanía. Asimismo, nos plantea que Satanás, como enemigo de Dios y de la creación, ha sido categóricamente derrotado, que la batalla cósmica ha sido ganada por el Dios creador (Col 2:15, Ap 12:7-8). Sin embargo, el enemigo derrotado, se nos presenta como alguien que continúa destruyendo y causando desastres en todos los ámbitos de la vida. Satanás se nos presenta como el león rugiente listo para devorar (1 Pe 5:8) y como quien engaña con herejías y produce ceguera espiritual (1 Jn 4: 1-4). Es el dueño de reinos (Lu 4:5-6); controla el mundo (1 Jn 5:19) está detrás de los reinos de este mundo (Rm 15:15), es el dios de este siglo (1 Co 4:4), es el que gobierna las tinieblas y ejerce el poder en los que viven en desobediencia (Ef 2:2), entre otros rasgos.
Esta paradoja es característica en la Biblia. Por un lado es claro que el enemigo ha sido derrotado y no tiene posibilidad de imponer su reino eternamente. Por otro, el derrotado sigue ejerciendo poder sobre la creación (hasta su final destrucción luego del milenio). Estas dos realidades mantienen el conflicto cósmico. La actitud del creyente, en este conflicto, es darle mayor relevancia a lo que Cristo logró en la Cruz en términos de redención. Asimilar para sí la victoria y los méritos logrados por Cristo en el calvario. La guerra se debe librar en el marco de la oración que nos enseñó Jesús: “Hágase tu voluntad y no la nuestra”. Al orar “hágase tu voluntad” uno clama que se haga presente en forma real y concreta el reino de Dios. A través de la oración de fe, el dominio de Satanás es invadido por el dominio de Dios. Sin embargo, cuando el creyente orienta su accionar a “una guerra espiritual estratégica” magnificando el poder de Satanás, está retornando a una cosmovisión animista peligrosa. El modelo de “guerra espiritual estratégica” ha inaugurado, pues, un cristianismo animista que tan sólo representa otro extremo de la fe. Esta perspectiva hace que los creyentes teman cruzar por zonas de la ciudad supuestamente tomadas por espíritus malignos; adquirir reliquias antiguas, cultivar ciertas plantas tradicionales, etc. Vuelven a vivir en esclavitud de los denominados “espíritus territoriales”.
A pesar de una concepción bíblica de la IASD, hay un influencia tangencial del movimiento “guerra espiritual estratégico” en algunos programas que la Iglesia Adventista está impulsando en estos últimos años, a nivel latinoamericano. Aunque no ha sido absorbida la filosofía ni la cosmovisión de esta propuesta sí se ha recogido algunos elementos de la nomenclatura propia del accionar de este movimiento. Entre ellos podemos mencionar: “La ventana 10/40”,  “Intercesores”,  “Las caminatas de oración”, “cuarenta madrugadas de oración”. Una contrastación de estos programas utilizados por el movimiento de guerra espiritual y la Iglesia adventista permite advertir sus semejanzas y diferencias.
La ventana 10/40
El concepto de “la ventana 10/40”, en el movimiento de guerra espiritual, es parte de una estrategia denominada “cartografía espiritual” consistente en identificar en el mundo los territorios donde Satanás tiene mayor dominio. David Barrett, editó la Word Christian Enciclopedia  y posee la base de datos estadísticos más amplia del cristianismo mundial. Allí identifica un área que abarcaba desde el Norte de África, pasando por el Oriente Medio y algunos sectores de Asia, hasta Japón. Sus cálculos asistidos por el ordenador, mostraban que por lo menos el 95% de la población sin alcanzar y el número mayor de no cristianos residen en esta área. Luis Bush, por su parte, observó que esta zona estaba situada entre las latitudes 10° y 40° norte, y trazó un rectángulo en el mapa que llamó “Ventana 10/40”. Ellos creen que esta zona es un área donde el enemigo tiene mayor dominio, prueba de ello es la presencia de los centros del budismo, confucionismo, hinduismo, Islam, sintoísmo y taoísmo. Y que los epicentros de esta ventana lo constituyen los países de Irán e Irak, donde Satanás posee sus más grandes fortalezas. Esta información les ayuda orientar su esfuerzo intercesor a fin de preparar dicho territorio para una acción evangelística agresiva.
Al parecer los Adventistas del Séptimo Día recogen el concepto de “La ventana 10/40” limitándolo al contexto geográfico y estadístico pero no toma la carga animista que conlleva este concepto. Además identifican esta zona como prioritaria para desplegar sus esfuerzos evangelísticos, utilizando una variedad de estrategias, generalmente, tradicionales. Y en una aplicación para la iglesia local, consideran la ventana 10/40 a zonas, barrios o pueblos no evangelizados, donde se deben direccionar los esfuerzos misioneros.
La oración intercesora
El concepto de intercesores, como un don espiritual, surge en los años setenta pero se afianza la década del ochenta y se consolida en la década de los noventa. Charles Spurgeon fue pionero en implementar en su iglesia un sótano lleno de intercesores debajo de la plataforma como su “sala motor”[6]. “El don de intercesión -en este contexto- es la capacidad especial que Dios concede a ciertos miembros del cuerpo de Cristo para que oren durante largos períodos de tiempo en forma regular y vean contestaciones frecuentes y específicas a sus oraciones en un grado mucho mayor que el que se espera del cristiano medio”[7]. El concepto de cartografía espiritual alimenta la actividad de los intercesores, éstos desarrollan el don espiritual de discernimiento de espíritus que le permiten identificar espíritus malignos y atarlos espiritualmente.
La Iglesia Adventista, concibe la oración de intercesión, como parte de un ministerio promovido por el Departamento de los Ministerios de la Mujer. En este contexto la oración intercesora “Es un tipo especial de oración. Es cuando oramos por los otros. A través de ella pedimos cosas específicas a Dios, basados en sus promesas[8]. Esto puede realizarse en momentos específicos, como después o antes de los servicios sabáticos, en los grupos pequeños o em lugares y momentos predeterminados por conceso. Los motivos de oración son necesidades de la feligresía, entre las que se destacan la oración por la conservación de los recién convertidos, por las familias, por enfermedades, por el cumplimiento de la misión, etc.
Las caminatas de oración
Las caminatas de oración fueron ideadas, entre otros, por John Huffman para el programa Misión Latinoamericana “Cristo para la Ciudad”.[9] Entre otras acciones, los intercesores, organizados en equipos, oran caminando por el vecindario, por lo menos, en un período de dos semanas, luego de cual evalúan sus impresiones espirituales sobre el lugar, esto les provee los temas de oración para direccionar su intercesión.
En el contexto adventista, las caminatas de oración, han sido incluidas en el programa de oración intercesora de los Ministerios de la Mujer. La caminata de oración consiste en “Orar mientras se camina. La caminata de oración es simplemente orar con entendimiento[10]. Esto se puede realizar los viernes de noche, los sábados de tarde o los fines de semana.
Conclusión
            Luego de un análisis mesurado del tema podemos concluir con las siguientes reflexiones:
a.      El movimiento “Oración de guerra espiritual a nivel estratégico” liga la misiología a la demonología. Para cumplir la misión se requiere hacer una expulsión de demonios de los territorios elegidos. Esta conducta explicaría, en parte, las manifestaciones sobrenaturales en sus servicios. Y se me ha mostrado también que no debemos entrar en controversias con las teorías espiritistas, porque tal controversia tan sólo confundirá las mentes. Estas cosas no debieran ser introducidas en nuestras reuniones. No debiéramos esforzarnos por refutarlas. Si nuestros ministros y maestros se dedican al estudio de esas teorías erróneas, algunos se apartarán de la fe al prestar oídos a espíritus seductores y a doctrinas de los demonios. No es la obra del ministro evangélico proclamar las teorías de Satanás (Ev 453).
b.      La Palabra de Dios evidencia el desarrollo de un conflicto cósmico entre las fuerzas del bien y del mal donde el hombre se ve involucrado: Las huestes de Satanás son numerosas, y por eso el pueblo de Dios debe extenderse por todo el mundo para plantar el estandarte de a verdad en los lugares oscuros del planeta, y para realizar sus esfuerzos más fervorosos a fin de destruir el reino de Satanás (Carta 91, 1900). (Ev.17:5).
c.       La atención del cristiano en este conflicto, en lugar de direccionarlo hacia el enemigo derrotado, debe ser orientada hacia Cristo el vencedor El mejor ataque al enemigo es una dependencia de Dios La oración sincera mueve el brazo del Omnipotente: La oración mueve el brazo de la Omnipotencia. por la oración, los hombres "sojuzgaron reinos, obraron justicia, obtuvieron promesas, cerraron las bocas de los leones, apagaron la violencia del fuego" -y llegamos a saber lo que esto significa cuando oímos acerca de los mártires que murieron por su fe-, "pusieron en fuga a ejércitos de gente extranjera" (Heb. 11: 33, 34). (Palabras de vida del gran maestro, pp. 135, 136).
d.      Ser creativos al diseñar estrategias de trabajo para el cumplimiento de la misión. Aunque la creatividad incluye la adaptación es mucho mejor ser originales.

BIBLIOGRAFÍA

Alomía Merling: Daniel, el profeta mesiánico vol. 2. Lima: Ediciones Theológica, 2007.

Campos Bernardo. La guerra espiritual, un desafío a la misiología actual.Lima: Vida Nueva, 2006.

Departamento de los Ministerios de la Mujer de la División Sudamericana, Sugerencias de Actividades de oración para los viernes de noche. Sábados de  tarde, o fines de semana. (Presentación de Microsoft Oficce Power Point, 2003).

Departamento de los Ministerios de la Mujer de la División Sudamericana, Cómo el Ministerio de la Mujer puede trabajar en la iglesia local (Presentación de Microsoft Oficce Power Point, 2003).
Orme John H. “Arrepentimiento identificacional y guerra espiritual estratégica: Un estudio hermenéutico”, Kairós. 26 (Enero-Junio 2000).
Voth Esteban. “La guerra espiritual: ¿Realidad o ciencia-ficción” Kairós, 30 (enero-junio 2002).

Wagner C. Peter. Oración de guerra. Nashville: Editorial Caribe, 1993.
Wagner C. Peter. Siete principios poderosos que no aprendí en el seminario. Miamai, Florida: Editorial Vida, 2003.

Yonggi Cho. Mi compañero el Espíritu Santo. Deerfield, Florida: Editorial Vida, 1970.


[1] C. Peter Wagner, Oración de guerra (Nashville: Editorial Caribe, 1993), 12.

[2] Bernardo Campos. La guerra espiritual, un desafío a la misiología actual. Sostiene que Ef 6:12 refiere un tipo de jerarquización: Principados (gr.archai), Potestades (exousia), gobernadores (dunamis) y huestes espirituales (kosmokratoras).  Los archai son príncipes satánicos de alto rango que están sobre naciones y regiones de la tierra. La palabra exousía tiene una connotación tanto de gobierno natural como de gobierno sobrenatural. Según entendía el apóstol, había fuerzas sobrenaturales que "estaban detrás" de las estructuras humanas.

[3] Esteban Voth. “La guerra espiritual: ¿Realidad o ciencia-ficción” Kairós, 30 (enero-junio 2002) 18, 19.
[4] Esteban Voth. “La guerra espiritual: ¿Realidad o ciencia-ficción” Kairós.  20, 21.
[5] Merling Alomía, Daniel, el profeta mesiánico vol. 2 (Lima: Ediciones Theológica, 2007), 381-398.
[6] C. Peter Wagner, Siete principios poderosos que no aprendí en el seminario (Miamai, Florida: Editorial Vida, 2003), 80.

[7] C. Peter Wagner, Oración de guerra (Nashville: Editorial Caribe, 1993), 212, 213.

[8] Departamento de los Ministerios de la Mujer de la División Sudamericana, Cómo el Ministerio de la Mujer puede trabajar en la iglesia local (Presentación de Microsoft Oficce Power Point, 2003).

[9] C. Peter Wagner, Oración de guerra (Nashville: Editorial Caribe, 1993) 202.

[10] Departamento de los Ministerios de la Mujer de la División Sudamericana, Sugerencias de Actividades de oración para los viernes de noche. Sábados de  tarde, o fines de semana. (Presentación de
Microsoft Oficce Power Point, 2003).
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