Por
Joel Turpo Chaparro - UPeU
Las estructuras de la iglesia son las formas de su organización, a través de las cuales ella trabaja para ejecutar su tarea misional.[1] La estructura tradicional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día[2] opera en cuatro niveles: iglesias locales, asociaciones, uniones, y la sede de la iglesia mundial, o Asociación General. En cada una de estas estructuras tiene un grupo de dirigentes que cumplen funciones semejantes. Los dirigentes están constituidos por un cuerpo de administradores y un grupo de directores de departamentos. Estos dirigentes existen en cada uno de los niveles.[3] Además de esto, incorporada a estas entidades, están varias instituciones y ministerios, mantenidos por la iglesia relacionados con áreas como educación, publicación, salud y comunicación.[4]
En sus inicios la Iglesia Adventista era una organización diferente, en el último congreso de la Asociación General el año 2005, Bediako señala en su informe: “En 1863 había un total de 125 iglesias con una membresía de 3.500. Había 22 ministros ordenados y ocho ministros con licencia. El diezmo total fue de USD $ 8.000”… “Hoy hay más de 60.000 congregaciones Adventistas, con una membresía mundial bautizada que sobrepasa los 13.3 millones. El diezmo en el año pasado fue de casi mil ochocientos millones de dólares americanos, un promedio de más de USD $ 4.8 millones por día en contribuciones.[5]
El presente trabajo revisará la organización de la iglesia desde su organización hasta nuestros días, enfatizando las tensiones y cambios actuales en su estructura.
Reseña histórica
George R. Knight examina la evolución de la estructura organizativa de la IASD en su libro Organizing to Beat the Devil: The Development of Adventist Church Structure,[6] donde
divide la historia de la IASD en tres ciclos históricos:
1. El primer ciclo testifica de agitaciones de cambio en la década de 1850, la organización de la IASD entre 1860 y 1863, y su optimización entre 1863 y 1900.[7]
Los fundadores de la IASD creían que organizarse implicaba participar de los planes del demonio pero surgieron tensiones que hicieron presión para que los ministros tuvieran credenciales, para mantener la unidad doctrinal, y para legalizar las propiedades que derivaron en la organización de la iglesia en 1863 y en una modificación del concepto de organización y de “Babilonia”.
2. El segundo comienza con pedidos de cambio a fines de la década de 1880, la reorganización entre 1901 y 1903, y ajustes entre 1903 y comienzos del siglo XXI.[8]
Al finalizar el Siglo XIX surgen nuevos desafíos: los grandes endeudamientos de la organización y las estructuras existentes eran inadecuadas para satisfacer las demandas de una iglesia que se había extendido por el mundo. La reorganización de 1901-1903 mantuvo una fuerte estructura central en contra de las protestas de aquellos que abogaban por un individualismo radical que tenía tendencias hacia el congregacionalismo.
3. En la década de 1980 se ven los comienzos de una agitación sustancial que parece dar inicios a un tercer ciclo. La pregunta real que subyace, bajo el “tercer ciclo”, es si la denominación es todavía lo suficientemente flexible para cambiar, o si el principio de estructura de rigor mortis triunfará. Esta pregunta tiene que ver con la identidad, es decir, ¿obtendrán los adventistas del siglo XXI la identidad de sus estructuras (e instituciones) o de su misión? La mayoría de las reestructuraciones en el pasado de la iglesia adventista han resultado en un equipamiento más eficiente para la misión.[9]
Silvia C. Scholtus resume la explicación de Knigth mediante el siguiente cuadro[10]:
Se puede apreciar que después de una propuesta inicial de organización, ocurren tensiones que derivan en una redefinición sobre la función de la organización esto lleva a volver a utilizar la organización definiendo su función para la misión. Ocurre otra etapa de tensiones que derivan nuevamente en una reorganización para la misión. Según Knight, actualmente se está en otra etapa de redefinición por señales que indican tensiones y conflictos sobre la función de la organización que derivarán en otra reorganización. [11] En el siguiente cuadro se puede apreciar la propuesta lineal de los ciclos sobre historia de la organización de la IASD.[12]
Esto indica que estamos viviendo en una época de tensiones que conllevaran inevitablemente al cambio.
Razones que provocan esta crisis
A continuación enumeraremos algunas de las razones que provocan la tensión de reestructurar la organización de la IASD:
1. La organización de la iglesia ha sido constituida para el cumplimiento de la misión, esto lleva a Knight a preguntar ¿es ésta la forma mejor y más eficiente de realizar la misión escatológica de la iglesia? Responde que muchos laicos y religiosos están dando una respuesta negativa a esta pregunta. Expresan preocupación acerca de una estructura que alrededor del mundo tienen tantos ministros ordenados en oficinas como “haciendo su ministerio”.[13] Knight agrega que el adventismo trata de la misión de predicar el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12 antes que de la misión de crear la perfecta estructura burocrática. Es en este punto donde encontramos el clímax del problema de identidad en la IASD. El autor dice que la denominación ha ido paulatinamente aumentando su identidad en base al tamaño y número de sus estructuras e instituciones en lugar de su misión[14]. En su artículo titulado“El adventismo: 150 años después”, publicado el año 1994 menciona que decadas de desarrollo y cambio han ido creando una burocracia cuyo sostenimiento es extremadamente costoso y parece ser cada vez menos funcional para llevar a cabo la misión de la iglesia en la forma más eficiente.[15]
2. El peligro del congregacionalismo donde grandes segmentos de adventistas del séptimo día cansados de pagar el costo de la maquinaria administrativa ven el futuro de la denominación en estos términos.[16] Como resultado, hay cada vez más feligreses que no están enviando alguna (y a veces ninguna) de sus contribuciones por los canales correspondientes de la organización. En el decir de Knight, al erosionarse la “marca de la lealtad”, es probable que la opción de mantener el status quo en la organización eclesiástica llegará a ser cada vez más económicamente impracticable.[17] A esto José Barbosa agrega que uno de los puntos de acusación aparte del estilo de vida, la teología, es la estructura administrativa de la iglesia que amenaza de ser congregacionalista, esto por causa de la presión por la ordenación de las mujeres, empleo inadecuado del diezmo, etc.[18]
3. El auge de los ministerios independientes, en algunos casos las organizaciones particulares están trabajando, no tanto contra los propósitos de la denominación, sino tornándose críticos destructivos del liderazgo de la iglesia, así se está minando la confianza de los miembros al respecto de la organización.[19] Estas críticas mencionan entre otras cosas que el diezmo debe ser usado para la manutención del ministro, sin embargo la iglesia se ha desviado de la verdad del sagrado deber, tanto que se ha tornado confusa teológicamente a punto de abandonar las verdades de la Palabra de Dios y comienza a predicar un falso evangelio, inclusive hasta usan el diezmo para pagar a los abogados. Entonces los críticos se preguntan ¿requiere Dios que devuelva mis diezmos para apoyar la apostasía? Entonces se vuelve para un ministerio independiente que, dicen, mantiene la fe histórica de los adventistas. Otra acusación, esta vez por parte del comité de estudio del mensaje de 1888, asevera que los líderes de la Iglesia Adventista a abandonado y rechazado el verdadero mensaje de la justificación por la fe, y más aun que nunca lo aceptaron genuinamente, y que intencionadamente lo han mantenido oculto a la iglesia y al mundo.[20]
4. También se pueden encontrar críticas provenientes de la administración de la iglesia por ejemplo Reinder Bruinsma, presidente de la iglesia en los Países Bajos, señala que en materia administrativa, la organización eclesiástica y la terminología adoptada por la iglesia adventista fueron inspiradas por modelos eclesiásticos usados en los siglos diecinueve y veinte en Norteamérica y por las estructuras políticas vigentes. Esta influencia se puede ver claramente en la adopción de un sistema presidencial por parte de la iglesia adventista. Del mismo modo, otras instituciones adventistas importantes fueron tomadas y adaptadas de otras denominaciones norteamericanas. La escuela sabática—para adultos y niños—fue sin duda copiada de la escuela dominical que se originó a fines del siglo dieciocho y que para 1870 ya se había consolidado entre los evangélicos. [21]
5. Otra crítica dentro de la iglesia es dado por Russell Burrill, profesor de evangelismo y crecimiento de iglesia en el seminario teológico de Andrews y que fue director del instituto de evangelismo de la división norte Americana, quien señala que la iglesia apostólica fundada en la comunión y el liderazgo compartido cayó en el siglo IV, cuando Constantino, al unirse a la iglesia cristiana, trajo practicas “eclesiásticas romanas” como el concepto de la iglesia institucionalizada, el predominio del clero, el hecho de que el pueblo no estaba autorizado para ministrar, ni leer las escrituras, lo cual produjo la apostasía.
Burrill señala que lo mismo le aconteció a la IASD, que fue fundada en base a la comunidad (grupos pequeños interactivos) y el desarrollo de grandes instituciones. Sin embargo actualmente ha enfatizado demasiado a la iglesia institucional, cayendo así en las herejías de “Babilonia la grande” pues estas no solo se relacionan con las doctrinas sino también con la estructura, y es en este aspecto que tenemos que “salir de babilonia”, esto como un llamado a abandonar la estructura local, que es el “vino de Babilonia” para nuestras practicas eclesiásticas.[22]
Por institucionalismo Burrill se refiere a la preponderancia de la estructura, los edificios, la organización burocrática, el programa, que se sitúa antes y por encima de la gran comisión evangélica y de lo que tiene que ver con las relaciones entre los miembros. En la iglesia institucionalizada, la institución es lo que se trata de preservar a toda costa. La vida gira alrededor de la idea de agrandar la propia institución ante todo. Este es el concepto católico medieval de la iglesia. Este es el vino de babilonia que debe ser eliminado.[23]
Sugerencias de reorganización
Barry Oliver en su tesis doctoral SDA Organizational Structure. Past, present, and future ha demostrado ampliamente que la actual estructura organizativa del adventismo no debe verse rígida, sino flexible.[24]
Una de las sugerencias para la reestructuración es propuesta por Knight quien propone tres niveles de organización.[25] En el primer nivel estaría la Asociación General, el segundo nivel lo ocuparían las Divisiones regionales cuya responsabilidad sería similar a las divisiones actuales pero que asumiría varias de las funciones de las uniones actuales. Deberían elevarse de
ñade que cualquier reestructuración en el futuro se beneficiará de (1) la sabiduría colectiva de la iglesia mundial, (2) una comprensión de los principios inspirados de eclesiología y (3) un buen análisis de la historia de la organización de la IASD.
Sin embargo consideramos importante el aporte de Alberto Timm[26], que considera, en su reflexión, que el problema no radica en la estructura de la iglesia, sino en el compromiso del cuerpo ministerial que trabaja en las iglesias en torno al propósito por el cual fue creada la iglesia y por lo cual existe la organización, que es mantener la unidad de la fe en nuestro mensaje y doctrinas, y facilitar el cumplimiento de la misión por medio de los métodos. Sin embargo en los diferentes continentes de nuestro planeta las circunstancias varían, pues, lamentablemente en EE.UU, Europa, y otros lugares se ha perdido el espíritu de compromiso con la unidad de la fe y el cumplimiento de la misión. El problema radica en que los pastores no están involucrados en el cumplimiento de la misión sino en el mantenimiento de la iglesia. Por lo tanto este no es un problema de la administración o de la estructura sino de los pastores como un todo. Por lo tanto el verdadero cambio se debe dar en la vida y compromiso del cuerpo ministerial de la iglesia.
Vientos de cambio
En la actualidad la IASD esta tomando muy en serio el tema de la reestructuración de la organización ya que el 11 de octubre del 2005 fue votado nombrar la Comisión de ministerios, servicios y estructura por el comité ejecutivo de la conferencia general en el concilio anual de la iglesia,[27] con la tarea de revisar el diseño denominacional de la organización.[28]
El segundo encuentro de la comisión, celebrado en Silver Spring, Maryland, el 5 y 6 de octubre del 2006 la comisión presentó dos reportes, el primero concerniente a la flexibilidad y el segundo concerniente a la unión de las iglesias. El tercer encuentro fue celebrado el 10 y 11 de octubre del 2007 entregando el reporte que fue presentado al concilio anual en Silver Spring, Maryland, el 15 de octubre del 2007 en dos tratados:
El primero titula Principles and Practices in Organizational Flexibility for Seventh-day Adventist Denominational Structure,[29] donde recomienda aprobar la declaración de flexibilidad de la estructura, con las directrices para la implementación de alternativas.
El Segundo tratado titula Union of Churches Recommendations to the Commission on Ministries, Services and Structures[30] donde se recomienda la aprobación de la inclusión de uniones de iglesia como una estructura aceptable en la organización denominacional para el mejor cumplimiento de la misión.
Para efectos de una mejor comprensión de la votación y las reacciones a esta citamos el informe que fue dado el 16 de octubre del 2007 por la agencia de noticias adventista:
La estructura de la iglesia carece de mérito a menos que actúe como "un instrumento de misión", dijeron los miembros de la Comisión de Ministerios, Servicios y Estructuras de la iglesia Adventista del Séptimo Día, al comité ejecutivo de la iglesia el 15 de octubre.
El informe de dos partes, presentado por miembros de la comisión, apeló por que los oficiales de la iglesia evalúen la organización y operación de la iglesia adventista. La comisión propuso que la estructura de la iglesia debe adaptarse a las influencias y restricciones culturales, políticas, legales y geográficas.
La estructura tradicional de la iglesia opera en cuatro niveles: iglesias locales, asociaciones, uniones, y la sede de la iglesia mundial, o Asociación General.
El informe sobre flexibilidad implicó que algunos aspectos de ese arreglo podrían ser, sin necesidad, difícil de manejar. En algunas áreas del mundo, adherirse al modelo tradicional de estructura de la iglesia fue considerado por la comisión como "inoperante y financieramente no factible". En otros casos, los miembros de la comisión decidieron otorgar a los líderes locales más margen para decidir cual método de estructura encaja mejor con sus necesidades.
Después de votar aceptar el informe de la comisión, los delegados también acordaron permitir concesiones para modelos múltiples de estructura de iglesia, incluyendo cambios en la forma de emplear personal y servicios administrativos. Tal vez, el ajuste de mayor alcance es la aceptación de uniones de iglesias -grupos oscilando desde menos de 2,000 miembros a más de 10,000 - como vínculos administrativos [con todas las de la ley] entre iglesias locales y la Asociación General.
La estructura de tres niveles se consideró como una forma "aceptable" para utilizar con efectividad los recursos de la iglesia y ayudar a adelantar su misión cuando no lo puedan hacer las asociaciones y uniones tradicionales. Un puñado de uniones de iglesias funciona en la actualidad en Europa.
Con anterioridad, tales uniones han funcionado solo bajo circunstancias "excepcionales" y no fueron un modelo de estructura de iglesia preferido.
Lowell C. Cooper, un vicepresidente de la iglesia mundial y vicepresidente de la comisión, dijo que aunque la estructura de la iglesia pueda parecer jerárquica, tal evaluación sería una "caricatura injusta" porque los niveles de administración de la iglesia están allí para colaborar y cooperar con reciprocidad, no para ejercer mando o control, dijo él.
Con su recomendación de aceptar plenamente uniones de iglesias, miembros de la comisión enfatizaron con prontitud que una unión de iglesia no sería establecida antes de probar su factibilidad financiera y habilidad para servir las necesidades de sus miembros y promover la misión de la iglesia.
Leyendo del informe, Cooper explicó que la actual estructura de la iglesia está atada a decisiones tomadas cuando la iglesia adventista era pequeña y con base, mayormente, en Estados Unidos. "Mucho ha cambiado", dijo, agregando que la estructura de la iglesia debería ser estirada para acomodar su actual componente internacional.
"Por mucho tiempo hemos estado esperando por un documento como este", dijo Atte Helminen, presidente de la iglesia en Finlandia, donde varias asociaciones pequeñas están unidas dentro de un país.
"Es importante que aquellos que son fuertes escuchen la voz de los que no son tan fuertes", dijo el presidente de la iglesia mundial y de la comisión, Jan Paulsen, al explicar que muchos países pequeños similares podrían del mismo modo beneficiarse convirtiéndose en uniones de iglesias.
Reinder Bruinsma, presidente de la iglesia en los Países Bajos, dijo a los delegados que la uniones de iglesias funcionan especialmente bien donde la iglesia es relativamente pequeña y donde "demasiada energía iría a demasiados niveles de administración que sirven a demasiadas pocas personas" si la estructura tradicional estuviera en función.
Vernon Parmenter, secretario asociado a nivel mundial, señaló que muchos niveles locales de administración de la iglesia reclaman que la iglesia está "gobernada en exceso" y que se les deja con muy poco dinero para esfuerzos de alcance local y de misión.
Aunque las preocupaciones financieras podrían influir en la estructura de la iglesia, el informe advirtió que cualquier cambio estructural impulsivo o arbitrario -que pueda perjudicar la "identidad y unidad global" de la iglesia no sería favorable.
Saustin Mfune, presidente de la iglesia en Malawi, preguntó por qué, si solo algunas regiones de la iglesia favorecen la formación de uniones de iglesias, este asunto había llegado a ser una preocupación para la iglesia mundial. Explicó que en su región, establecer una unión de Iglesias podría terminar en canalizar mayores recursos y empleados de la iglesia hacia un área en detrimento de otras.
Paulsen dijo que ningún grupo de Iglesias sería obligado a convertirse en unión de Iglesias, pero que era importante para la sede de la iglesia permitir a cada región de la iglesia confeccionar su estructura a fin de cumplir mejor su misión. "La decisión tiene que ser hecha en cada nivel local", dijo.
Los líderes de la comisión también enfatizaron, sin embargo, que bajo el arreglo, grupos de iglesias no pueden declararse a sí mismos, en forma independiente, uniones de iglesias. Después de exhaustivo estudio, sólo el comité ejecutivo en la sede mundial de la iglesia puede establecer uniones de iglesias, que entonces serían oficialmente aceptadas en la Sesión de la Asociación General.
La comisión, la cual incluye representantes de la sede de la iglesia y de las regiones locales de la iglesia, se ha reunido dos veces al año desde sus inicios durante el Concilio Anual en 2005.
Conclusión
La Iglesia ha experimentado un marcado crecimiento desde su fundación hasta la actualidad, donde parece que la historia se repite en ciclos, pues al establecimiento de la organización le siguen tensiones que derivan en una redefinición de su función para el cumplimiento de la misión, y subsiguientemente ocurre otra etapa de tensiones que derivan en la reorganización de la misión.
Estas tensiones, provocadas por dudas, acusan a la estructura de no cumplir la misión, de ser muy burocrática, a la vez que costosa, surgiendo así la amenaza del congregacionalismo. Por otro lado las criticas tanto de los grupos independientes como de los mismos personajes de la iglesia minan la confianza en la organización. Estos problemas han dado como consecuencia diversas sugerencias de tipos de reestructuración, como la propuesta de Knight.
En torno a todo esto la administración central de la iglesia es conciente del refinamiento de la estructura para un mejor cumplimiento de la misión, lo cual produjo la creación de la Comisión de ministerios, servicios y estructura que favoreció la aceptación de la flexibilidad de la estructura y la formación de uniones de iglesias, para desempeñar mejor el papel de la iglesia.
Concordamos con estos planteamientos, sin embargo creemos que la solución radica en un mayor compromiso con la unidad de la fe y el cumplimiento de la misión en vez de, tan solo, mantener a la iglesia. Por lo tanto este no es un problema de la administración o de la estructura sino de los pastores como un todo.
BIBLIOGRAFÍA
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Knight, George R. Organizing to Beat the Devil: The Development of Adventist Church Structure. Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Associacion, 2001.
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Oliver, Barry. SDA Organizational Structure. Past, present, and future. Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1989.
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Revistas
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Knight, George R. “El adventismo: 150 años después”. Ministerio Adventista (Septiembre-diciembre, 250, 1994): 4-13.
Fuentes electrónicas
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17
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Comisión de ministerios, servicios y estructura. “Principles and Practices in Organizational Flexibility for Seventh-day Adventist Denominational Structure”. Consultado el 12 de febrero 2008. En linea: http://www.adventist.org/ world_church/commission-ministries-services-structures/report-on-flexibility.pdf.
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Cooper, Lowell C. Consultado el 12 de febrero 2008. En línea: http://www.adventist.org/world_church/commission-ministries-services-structures/introduction.html.
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Scholtus, Silvia C. “Reorganización para el avance de la misión”. s.p. Consultado el 10 de febrero 2008. En linea: http://centrowhite.uapar.edu/eventos/R-SCS1.htm.
[1] Mario Veloso, Teología de la administración eclesiástica (S.L.:SALT, 1982), 51.
[2] De ahora en adelante IASD.
[3] Veloso, 54, 55.
[4] División Norte Americana, “A Igreja Adventista do Sétimo Dia e algumas organizacoes particulares”, extraido de Adventist Review (5 de noviembre, 1992), 1-15 traducción Telma Witzig e Débora Siqueira, revisada por Alberto R. Timm. [consultado el 8 de Febrero 2008]. En línea: httpp://www.centrowhite.org.br/ministerios.html
[5] Matthew Bediako, [consultado el 10 de febrero 2008]. En linea: http://www.tagnet.org/iasdsc/news/03/03_oct.html.
[6] George R. Knight, Organizing to Beat the Devil: The Development of
[7] Ibid, 8.
[8] Ibid, 8
[9] Ibid, 8.
[10] Silvia C. Scholtus, “Reorganización para el avance de la misión”, s.p. [consultado el 10 de febrero 2008]. En linea: http://centrowhite.uapar.edu/eventos/R-SCS1.htm.
[11] Ibid, s.p.
[12] Ibid, s.p.
[13] George R. Knight, If I Were the Devil: Seeing Through the Enemy’s Smokescreen: Contemporary Challenges Facing Adventistm (
[14] Knight, Organizing to Beat the Devil, 169.
[15] George R. Knight, “El adventismo: 150 años después”, Ministerio Adventista (Septiembre-diciembre, 250, 1994): 4-13.
[16] Ibid, 4-13.
[17] Knight, Organizing to Beat the Devil, 168.
[18] José Barbosa, “Deixou a Igreja Adventista do Sétimo Dia de ser a igreja de Deus?” Revista Adventista Brasil (Diciembre, 2003): 8-11. Para una mayor información acerca del peligro del congregacionalismo ver: Knight, If I Were the Devil, 185 -198.
[19] División Norte Americana, “A Igreja Adventista do Sétimo Dia e algumas organizacoes particulares”, 1-15.
[20] “Informe de la comisión de primacía del evangelio” en Asuntos contemporáneos en la teología adventista compilado por Alberto R. Timm (Lima:SALT, 2008), s. p.
[21] Reinder Bruinsma, “La cultura y el adventismo: Europa y los Estados Unidos” (22 diciembre 2005), s.p. [consultado el 10 de febrero 2008]. En línea: http://old.spectrummagazine.org/cafehispano/features/051222bruinsma1.html#10.
[22] Russell Burrill, Revitalización de la iglesia en el siglo XXI (Colombia: Asociación publicadora interamericana, 2006), 117 -130.
[23] Ibid, 130.
[24] Barry Oliver, SDA Organizational Structure. Past, present, and future (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1989), 326-332; Knight, Organizing to Beat the Devil,, 171-178.
[25] Ibid, 178 – 181.
[26] Apuntes de clase
[27] [consultado el 12 de febrero 2008]. En línea: http://www.adventist.org/ world_church/commission-ministries-services-structures/oct-11-2005-action.pdf.
[28] Lowell C. Cooper [consultado el 12 de febrero 2008]. En línea: http://www.adventist.org/world_church/commission-ministries-services-structures/introduction.html.
[29] Comisión de ministerios, servicios y estructura, “Principles and Practices in Organizational Flexibility for Seventh-day Adventist Denominational Structure”, [consultado el 12 de febrero 2008). En linea: http://www.adventist.org/ world_church/commission-ministries-services-structures/report-on-flexibility.pdf.
[30] Comisión de ministerios, servicios y estructura, “Union of Churches Recommendations to the Commission on Ministries, Services and Structures” [consultado el 12 de febrero 2008]. En línea: http://www.adventist.org/ world_church/commission-ministries-services-structures/union-of-churches-final.pdf.
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