La oración de “guerra espiritual” es
una manera de entender y abordar, entre los evangélicos, el conflicto con los seres
espirituales malignos. La propuesta básicamente es actuar con agresividad ante
el enemigo, no ser pasivo ante las “asechanzas del diablo”. La manera de ser
agresivo es involucrarse en un estudio exhaustivo del enemigo, identificarlo
con exactitud y desarrollar una estrategia para derrotarlo. Los propulsores de
esta propuesta sustentan sus concepciones, más que pasajes bíblicos, en
experiencias vividas. El presente estudio pretende mostrar la cosmovisión, la
teología, y la influencia de este movimiento en la Iglesia Adventista.
Cosmovisión de
la oración de guerra espiritual
Peter Wagner, uno de los más
acuciosos exponentes de este énfasis[1],
sostiene que el mundo de las tinieblas actúa en el marco de una organización
jerárquica[2].
Existen tres categorías de demonios: los que operan “a ras del suelo”, los que
operan en el ámbito del “ocultismo” y los que gobiernan territorios,
localidades, culturas. A estos demonios
selectos se les asignan sectores topográficos como valles, ríos, montañas,
barrios, ciudades, naciones[3];
se los llama “espíritus territoriales”, son los más poderosos y ejercen ese
poder sobre jurisdicciones de tal manera que no permiten que la gente de su
territorio responda al mensaje de Jesucristo.
Este accionar del mundo espiritual
requiere de parte del pueblo de Dios una estrategia. Y la propuesta es “la
oración de guerra a nivel estratégico”. Lo que caracteriza a este estilo de
oración es la agresividad. Consideran que el cristiano tiene el derecho y la
autoridad para tomar la iniciativa y ser agresivo contra los demonios selectos.
Ser pasivo en esta cosmovisión de guerra es peligroso; por lo tanto es
imprescindible optar una actitud de
ataque contra los espíritus territoriales. La metodología a seguir es,
en primer lugar, identificar el
territorio y nombrar al demonio que ejerce dominio sobre dicho territorio. De
ser posible, es aconsejable descubrir el nombre propio del demonio. Si esto no
se logra, se intenta identificar al demonio con un nombre funcional como “espíritu
de duda”, “espíritu de engaño” etc. En segundo
lugar, preparar espiritualmente a los ministros y dirigentes mediante la
confesión, el arrepentimiento y la remisión de pecados de su jurisdicción, pues
ellos son las “puertas de entrada de una ciudad, nación o territorio”. En tercer lugar, organizar equipos de
intercesores especialmente dotados y llamados para la guerra espiritual. La
característica de los intercesores es orar de dos a cinco horas diarias. Mucho
de su tiempo lo pasan escuchando a Dios y profetizando victoria contra los
demonios ya identificados. En breve, la oración de guerra a nivel estratégico
allana el camino para que la evangelización de determinada localidad se pueda
llevar a cabo con éxito.
Teología de la
oración de guerra a nivel estratégico
Ante esta percepción del mundo de
las tinieblas se levanta una pregunta ¿existe sustento bíblico para apoyar el
concepto y práctica de la oración de guerra a nivel estratégico? Peter Wagner,
admite que no hay en todo el Nuevo Testamento ni una prueba fehaciente, ni un
incidente claramente indicador de que se lleva a cabo una “guerra espiritual
estratégica”. Wagner admite que cada uno de los ejemplos que él ofrece puede interpretarse
de otra manera. Por eso él dice ofrecer cierta evidencia, pero ninguna prueba[4].
Un pasaje que merece especial atención es el de Daniel 10:13-14,20-21:
“El príncipe del reino de Persia se me
opuso durante veintiún días; pero he aquí que Miguel, uno de los principales
príncipes, vino para ayudarme; y quedé allí con los reyes de Persia. He venido,
pues, para hacerte entender lo que ha de acontecer a tu pueblo en los últimos
días; porque la visión es aún para días. Y dijo: -¿Sabes por qué he venido a
ti? Pues ahora tengo que volver para combatir con el príncipe de Persia. Y
cuando yo haya concluido, he aquí que viene el príncipe de Grecia. Pero te voy
a declarar lo que está registrado en el libro de la verdad. Ninguno hay que me
apoye contra éstos, sino sólo Miguel, vuestro príncipe” (RVA).
De este texto ellos infieren que el “príncipe de Persia” y
“el príncipe de Grecia” son “espíritus territoriales” que tienen dominio sobre
un territorio específico y que la oración de Daniel, de tres semanas, era una
actitud de guerra estratégica.
Algunos otros textos que usan para
respaldar su tesis son:
Juec. 9:22-25. Habla de “un espíritu
de discordia” entre Abimelec y los habitantes de Siquem.
1Sam. 16:14. Un espíritu malo estaba
sobre Saúl.
1Rey 22:21-23. Un espíritu de mentira estaba sobre Acab.
Is 24:21-22. El Señor castigará al ejército de lo alto en lo
alto.
Daniel
10:13-14,20-21. Los príncipes de Persia y de Grecia se oponen al ángel que vino
a ayudar a Daniel.
Ez 28:12-19. El Rey de Tiro, encarna a un espíritu.
Hech. 19. Diana, diosa de los efesios.
Una revisión de la literatura de este movimiento evidencia que muchos de
los pasajes que utilizan para buscar respaldo bíblico a “la oración de guerra a
nivel estratégico” son sacados fuera de su contexto histórico, exegético y
teológico. Por ejemplo el pasaje de Daniel
10:13-14,20-21, ya citado, ha sido tomada fuera de su contexto. Lo que el texto
afirma de manera inequívoca es que sí existen seres espirituales que son
enemigos de Dios, y que en el ámbito de lo invisible se libra un conflicto
cósmico que afecta la realidad visible de la creación. Sin embargo, el texto no
tiene interés alguno en proponer una clasificación jerárquica de seres
espirituales ni establecer límites geográficos específicos para estos seres que
se oponen a la voluntad de Dios. Daniel no intenta identificar ni nombrar a los
demonios selectos, tampoco los menciona en su oración. Es evidente en este
texto que la preocupación del profeta es el bienestar de Israel y la
intervención de Dios en la realidad de Israel. Alomía[5],
comentando estos pasajes admite que existe un conflicto cósmico real entre las
huestes del bien y del mal señalando el liderazgo victorioso del Mesías. Daniel
es partícipe en el conflicto pues había asuntos cruciales que debían cumplirse
a favor del pueblo del pacto. El decreto liberador de Ciro cumplido en un
inicio estaba siendo contrarrestado en Judea y los informes negativos de los
gobernadores encarados de esa región se esforzaban por anular las facilidades
con que fueron favorecidos los repatriados. La gravedad de la situación es
puesta en su dimensión real revelando que los sucesos del pueblo de Dios
estaban marchando en medio de un gran conflicto o savah gadol. El conflicto sin embargo no era simplemente humano
pues Gabriel habla de una lucha de alcances cósmicos que involucra al mismo
Mesías quien viene en auxilio de Gabriel para que las cosas pudieran prosperar
a favor del pueblo de Dios.
Implicancias del movimiento de oración
de guerra en la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
La cosmovisión que la Iglesia Adventista tiene del conflicto cósmico está sostenida por una
consistente hermenéutica bíblica. Por un lado, el texto bíblico es claro que
Dios es el soberano absoluto y no hay nada ni nadie que pueda comprometer esa
soberanía. Asimismo, nos plantea que Satanás, como enemigo de Dios y de la
creación, ha sido categóricamente derrotado, que la batalla cósmica ha sido ganada
por el Dios creador (Col 2:15, Ap 12:7-8). Sin embargo, el enemigo derrotado,
se nos presenta como alguien que continúa destruyendo y causando desastres en
todos los ámbitos de la vida. Satanás se nos presenta como el león rugiente
listo para devorar (1 Pe 5:8) y como quien engaña con herejías y produce
ceguera espiritual (1 Jn 4: 1-4). Es el dueño de reinos (Lu 4:5-6); controla el
mundo (1 Jn 5:19) está detrás de los reinos de este mundo (Rm 15:15), es el
dios de este siglo (1 Co 4:4), es el que gobierna las tinieblas y ejerce el
poder en los que viven en desobediencia (Ef 2:2), entre otros rasgos.
Esta paradoja es característica en la Biblia. Por un lado es
claro que el enemigo ha sido derrotado y no tiene posibilidad de imponer su
reino eternamente. Por otro, el derrotado sigue ejerciendo poder sobre la
creación (hasta su final destrucción luego del milenio). Estas dos realidades
mantienen el conflicto cósmico. La actitud del creyente, en este conflicto, es
darle mayor relevancia a lo que Cristo logró en la Cruz en términos de
redención. Asimilar para sí la victoria y los méritos logrados por Cristo en el
calvario. La guerra se debe librar en el marco de la oración que nos enseñó
Jesús: “Hágase tu voluntad y no la nuestra”. Al orar “hágase tu voluntad” uno
clama que se haga presente en forma real y concreta el reino de Dios. A través
de la oración de fe, el dominio de Satanás es invadido por el dominio de Dios.
Sin embargo, cuando el creyente orienta su accionar a “una guerra espiritual
estratégica” magnificando el poder de Satanás, está retornando a una
cosmovisión animista peligrosa. El modelo de “guerra espiritual estratégica” ha
inaugurado, pues, un cristianismo animista que tan sólo representa otro extremo
de la fe. Esta perspectiva hace que los creyentes teman cruzar por zonas de la
ciudad supuestamente tomadas por espíritus malignos; adquirir reliquias
antiguas, cultivar ciertas plantas tradicionales, etc. Vuelven a vivir en
esclavitud de los denominados “espíritus territoriales”.
A pesar de una concepción bíblica de la IASD, hay un
influencia tangencial del movimiento “guerra espiritual estratégico” en algunos
programas que la Iglesia Adventista está impulsando en estos últimos años, a
nivel latinoamericano. Aunque no ha sido absorbida la filosofía ni la
cosmovisión de esta propuesta sí se ha recogido algunos elementos de la nomenclatura
propia del accionar de este movimiento. Entre ellos podemos mencionar: “La ventana
10/40”, “Intercesores”, “Las caminatas de oración”, “cuarenta
madrugadas de oración”. Una contrastación de estos programas utilizados por el
movimiento de guerra espiritual y la Iglesia adventista permite advertir sus
semejanzas y diferencias.
La ventana
10/40
El concepto de “la ventana 10/40”, en el movimiento de
guerra espiritual, es parte de una estrategia denominada “cartografía
espiritual” consistente en identificar en el mundo los territorios donde Satanás
tiene mayor dominio. David Barrett, editó la Word Christian Enciclopedia y posee la base de datos estadísticos más
amplia del cristianismo mundial. Allí identifica un área que abarcaba desde el
Norte de África, pasando por el Oriente Medio y algunos sectores de Asia, hasta
Japón. Sus cálculos asistidos por el ordenador, mostraban que por lo menos el
95% de la población sin alcanzar y el número mayor de no cristianos residen en
esta área. Luis Bush, por su parte, observó que esta zona estaba situada entre
las latitudes 10° y 40° norte, y trazó un rectángulo en el mapa que llamó
“Ventana 10/40”. Ellos creen que esta zona es un área donde el enemigo tiene
mayor dominio, prueba de ello es la presencia de los centros del budismo,
confucionismo, hinduismo, Islam, sintoísmo y taoísmo. Y que los epicentros de
esta ventana lo constituyen los países de Irán e Irak, donde Satanás posee sus
más grandes fortalezas. Esta información les ayuda orientar su esfuerzo
intercesor a fin de preparar dicho territorio para una acción evangelística
agresiva.
Al parecer los Adventistas del Séptimo Día recogen el
concepto de “La ventana 10/40” limitándolo al contexto geográfico y estadístico
pero no toma la carga animista que conlleva este concepto. Además identifican
esta zona como prioritaria para desplegar sus esfuerzos evangelísticos,
utilizando una variedad de estrategias, generalmente, tradicionales. Y en una
aplicación para la iglesia local, consideran la ventana 10/40 a zonas, barrios
o pueblos no evangelizados, donde se deben direccionar los esfuerzos
misioneros.
La oración
intercesora
El concepto de intercesores, como un don espiritual, surge
en los años setenta pero se afianza la década del ochenta y se consolida en la
década de los noventa. Charles Spurgeon fue pionero en implementar en su
iglesia un sótano lleno de intercesores debajo de la plataforma como su “sala
motor”[6].
“El don de intercesión -en este contexto- es la capacidad especial que Dios
concede a ciertos miembros del cuerpo de Cristo para que oren durante largos
períodos de tiempo en forma regular y vean contestaciones frecuentes y
específicas a sus oraciones en un grado mucho mayor que el que se espera del
cristiano medio”[7]. El
concepto de cartografía espiritual alimenta la actividad de los intercesores,
éstos desarrollan el don espiritual de discernimiento de espíritus que le
permiten identificar espíritus malignos y atarlos espiritualmente.
La Iglesia Adventista, concibe la oración de intercesión,
como parte de un ministerio promovido por el Departamento de los Ministerios de
la Mujer. En este contexto la oración intercesora “Es un tipo
especial de oración. Es cuando oramos por los otros. A través de ella pedimos
cosas específicas a Dios, basados en sus promesas”[8].
Esto puede realizarse en momentos específicos, como después o antes de los
servicios sabáticos, en los grupos pequeños o em lugares y momentos predeterminados por conceso. Los
motivos de oración son necesidades de la feligresía, entre las que se destacan
la oración por la conservación de los recién convertidos, por las familias, por
enfermedades, por el cumplimiento de la misión, etc.
Las caminatas
de oración
Las caminatas de oración fueron ideadas, entre otros, por
John Huffman para el programa Misión Latinoamericana “Cristo para la Ciudad”.[9]
Entre otras acciones, los intercesores, organizados en equipos, oran caminando
por el vecindario, por lo menos, en un período de dos semanas, luego de cual
evalúan sus impresiones espirituales sobre el lugar, esto les provee los temas
de oración para direccionar su intercesión.
En el contexto adventista, las caminatas de oración, han
sido incluidas en el programa de oración intercesora de los Ministerios de la
Mujer. La caminata de oración consiste en “Orar
mientras se camina. La caminata de oración es simplemente orar con
entendimiento”[10]. Esto
se puede realizar los viernes de noche, los sábados de tarde o los fines de
semana.
Conclusión
Luego de un análisis mesurado del
tema podemos concluir con las siguientes reflexiones:
a. El movimiento “Oración de
guerra espiritual a nivel estratégico” liga la misiología a la demonología.
Para cumplir la misión se requiere hacer una expulsión de demonios de los
territorios elegidos. Esta conducta explicaría, en parte, las manifestaciones sobrenaturales
en sus servicios. Y se me ha mostrado también que no debemos entrar en controversias con
las teorías espiritistas, porque tal controversia tan sólo confundirá las
mentes. Estas cosas no debieran ser introducidas en nuestras reuniones. No
debiéramos esforzarnos por refutarlas. Si nuestros ministros y maestros se
dedican al estudio de esas teorías erróneas, algunos se apartarán de la fe al
prestar oídos a espíritus seductores y a doctrinas de los demonios. No es la
obra del ministro evangélico proclamar las teorías de Satanás
(Ev 453).
b. La Palabra de Dios
evidencia el desarrollo de un conflicto cósmico entre las fuerzas del bien y
del mal donde el hombre se ve involucrado: Las huestes de Satanás son numerosas, y por eso el pueblo de Dios
debe extenderse por todo el mundo para plantar el estandarte de a verdad en los
lugares oscuros del planeta, y para realizar sus esfuerzos más fervorosos a fin
de destruir el reino de Satanás (Carta 91,
1900). (Ev.17:5).
c. La atención del cristiano
en este conflicto, en lugar de direccionarlo hacia el enemigo derrotado, debe
ser orientada hacia Cristo el vencedor El mejor ataque al enemigo es una
dependencia de Dios La oración sincera mueve el brazo del Omnipotente: La
oración mueve el brazo de la Omnipotencia. por
la oración, los hombres "sojuzgaron reinos,
obraron justicia, obtuvieron promesas, cerraron las bocas de los leones,
apagaron la violencia del fuego" -y llegamos a saber lo que esto significa
cuando oímos acerca de los mártires que murieron por su fe-, "pusieron en
fuga a ejércitos de gente extranjera" (Heb. 11: 33, 34). (Palabras de vida
del gran maestro, pp. 135, 136).
d. Ser creativos al diseñar
estrategias de trabajo para el cumplimiento de la misión. Aunque la creatividad
incluye la adaptación es mucho mejor ser originales.
BIBLIOGRAFÍA
Alomía Merling: Daniel,
el profeta mesiánico vol. 2. Lima: Ediciones Theológica, 2007.
Campos Bernardo. La
guerra espiritual, un desafío a la misiología actual.Lima: Vida
Nueva, 2006.
Departamento de los Ministerios de la Mujer de la División
Sudamericana, Sugerencias de Actividades
de oración para los viernes de noche. Sábados de tarde, o fines de semana. (Presentación
de Microsoft Oficce Power Point, 2003).
Departamento
de los Ministerios de la Mujer de la División Sudamericana, Cómo el Ministerio de la Mujer puede
trabajar en la iglesia local (Presentación de Microsoft Oficce Power Point,
2003).
Orme
John H. “Arrepentimiento identificacional y guerra espiritual estratégica: Un
estudio hermenéutico”, Kairós. 26
(Enero-Junio 2000).
Voth Esteban. “La guerra espiritual:
¿Realidad o ciencia-ficción” Kairós,
30 (enero-junio 2002).
Wagner C. Peter. Oración
de guerra. Nashville: Editorial Caribe, 1993.
Wagner C. Peter. Siete principios poderosos que no aprendí en
el seminario. Miamai, Florida: Editorial Vida, 2003.
Yonggi Cho. Mi compañero el Espíritu Santo. Deerfield, Florida: Editorial Vida,
1970.
[2] Bernardo
Campos. La guerra espiritual, un desafío
a la misiología actual. Sostiene que Ef 6:12 refiere un tipo de
jerarquización: Principados (gr.archai), Potestades (exousia), gobernadores (dunamis) y huestes espirituales (kosmokratoras).
Los archai son príncipes satánicos de alto rango que están sobre naciones y
regiones de la tierra. La palabra exousía tiene una connotación tanto de
gobierno natural como de gobierno sobrenatural. Según entendía el apóstol, había
fuerzas sobrenaturales que "estaban detrás" de las estructuras
humanas.
[3] Esteban Voth. “La guerra espiritual: ¿Realidad o ciencia-ficción”
Kairós, 30 (enero-junio 2002) 18, 19.
[5] Merling
Alomía, Daniel, el profeta mesiánico
vol. 2 (Lima: Ediciones Theológica, 2007), 381-398.
[6] C. Peter Wagner, Siete
principios poderosos que no aprendí en el seminario (Miamai, Florida:
Editorial Vida, 2003), 80.
[8] Departamento
de los Ministerios de la Mujer de la División Sudamericana, Cómo el Ministerio de la Mujer puede
trabajar en la iglesia local (Presentación de Microsoft Oficce Power Point,
2003).
[10] Departamento
de los Ministerios de la Mujer de la División Sudamericana, Sugerencias de Actividades de oración para
los viernes de noche. Sábados de tarde,
o fines de semana. (Presentación de
Microsoft
Oficce Power Point, 2003).
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