lunes, 10 de abril de 2017

Reglas hermenéuticas para la interpretación de la profecía clásica y apocalíptica


Introducción
Dentro del campo de la interpretación Bíblica nos encontramos con dos componentes indispensables para comprender las profecías y promesas pactuales que Dios había establecido y dado a su pueblo en el Antiguo Testamento, las cuales son interpretadas por lo general en el Nuevo Testamento. Estos dos focos de interpretación se dan para diferenciar y por ende explicar la profecía clásica y la Apocalíptica.
Al leer la profecía del Antiguo Testamento principalmente muchos se ven confrontados con textos interesantes que algunos los asocian con la tierra nueva, pero estos están en discordancia con la teología de la tierra nueva. Esto se debe precisamente al desconocimiento de la diferencia entre profecía clásica y apocalíptica.
Es cuestión de este artículo ayudarle al lector a buscar una solución de diferenciación entre la profecía clásica, mostrando sus características y focos interpretativos, y por ende dar el significado correcto al texto Bíblico. Teniendo en cuenta que el autor de la Biblia es Dios mismo, su verdadera interpretación nos llevara a conocer fielmente al rey de reyes y señor de señores.
A continuación se dará un repaso esencial sobre lo que es la profecía el cual nos introducirá para hablar acerca de sus ramas, a saber la clásica y la apocalíptica.
Profecía
Es interesante el abordaje de Amos 3:7, cuando dice: “porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele a sus siervos los profetas”. Nos deja ver un manantial de ideas como para decir que la profecía es la anticipación del cumplimiento histórico de la palabra divina, hablada por medio del profeta[1], los profetas son los portavoces, mensajeros de Dios[2] de modo que sus palabras tienen autoridad en sí mismas y su mensaje se da a cualquier clase de público que lo necesite.
Profecía Clásica
Las profecías clásicas se preocupan, o tienen su énfasis en los asuntos éticos, los cuales están encaminados hacia la búsqueda del arrepentimiento y el logro de la santificación. Además de esto sus mensajes fueron dados en voz alta[3], es decir llamando la atención a las personas o naciones al arrepentimiento, la profecía es local no prioriza en la universalidad, es decir “la profecía tiene hora y lugar, no siendo doctrinaria o eternizante, sino concreta y temporal”[4]. A esto, se le suma el principio de condicionalidad, el cual es explicado por el profeta Jeremías cuando dice: “En un momento yo puedo hablar contra una nación o contra un reino, de arrancar, de derribar y de destruir; pero si esa nación contra la que he hablado se vuelve de su maldad, me arrepentiré del mal que pensaba traer sobre ella. Y de pronto puedo hablar acerca de una nación o de un reino, de edificar y de plantar; pero si hace lo malo ante mis ojos, no obedeciendo mi voz, entonces me arrepentiré del bien con que había prometido bendecirlo”[5].
Este principio es bien interesante puesto que es dependiente de la respuesta humana como tal. Un ejemplo básico de esta clase de profecía es el que se encuentra en el libro de Jonás, donde este personaje pronuncia una profecía de destrucción sobre el pueblo de Nínive, pero dice la Biblia que Dios se “arrepiente” y no destruye a Nínive. Es por esto que se ha dicho que la profecía clásica depende del principio de libre albedrio[6] el cual es indispensable en la toma de decisiones principalmente de salvación en cuanto a se refiere a la esfera humana.
Uno de los temas con los cuales se puede dar un buen ejemplo acerca de las profecías clásicas y su forma de interpretarla es la referentes al reino de Dios y las profecías entorno a Israel.
Cuando Dios llamo a Abraham para crear un pueblo para su reino se les dictaron diferentes bendiciones y maldiciones (Lev. 26; Deut. 27, 28), las cuales estaban condicionadas definitivamente a la fidelidad del pueblo de Israel, el pueblo no cumplió con su fidelidad de modo que fue exiliado, pero aun así Dios después de su venida de Babilonia tenía un plan preparado para ellos el cual es descrito en los últimos capítulos del libro de Isaías. Mucho no se cumplió, y será materializado, en principio bajo las condiciones que revela en Nuevo Testamento (Israel espiritual/iglesia, Segunda Venida, cielo y tierra nueva). El plan no se ha alterado desde el punto de vista divino; no existe un plan para Israel y otro para la iglesia como enseña la teología dispensacionalista.
Otras de las características de la profecía clásica es llamada la conexión tipológica, en la cual un evento local, geográfico y temporal como Isaías 13:6, 17 está conectada directamente con el juicio final, es más “el libro del Apocalipsis nos asegura que todas las profecías antiguas de condenación y liberación ocurrirán a escala mundial en ocasión de la segunda venida de Cristo”[7]. Es así como al estudiar las profecías clásicas y comprenderlas a raíz de interpretaciones nuevas dadas por los escritos apostólicos es preciso mirar los principios de universalidad y localidad en los cuales se verán raíces hermenéuticas, no solamente aplicable al Israel literal, sino también al Israel espiritual.
Es muy interesante que estas profecías fueron enviadas a personas y contextos iguales a nosotros hoy, sus amonestaciones y reprensiones procuran rescatar el pacto de Dios para toda la humanidad. Hoy es menester que aprendamos del pasado y nos podamos proyectar a raíz de esa base a un futuro glorioso al lado de Cristo Jesús. Este es precisamente el fin último de la profecía clásica.
Profecía Apocalíptica
Es preciso decir que el término apocalíptica viene del griego apokalupsis y tiende a designar los escritos proféticos relacionados o encausados hacia el género literario del apocalipsis de San Juan[8], es interesante porque el término griego tiene el sentido de correr el velo, desvelar de modo que algo se vea visible[9]. Los mensajes de los profetas no solo eran predicciones. Ellos eran responsables de amonestar al pueblo de Dios e incluso a otras naciones. Sin embargo, las profecías predictivas (que anticipan el futuro) ocupan hasta un 30%[10] del Antiguo Testamento[11].
Exploremos algunas características básicas de la apocalíptica Bíblica y cómo manejarla hermenéuticamente: *          *
  1. En esta profecía el uso de visiones y sueños se da en grandes proporciones, debido a que son los principales medios de comunicación divina. (1 Rey. 22:19).
  2. Se muestra una naturaleza incondicional y un determinismo de la profecía, de modo que estas descansa única y exclusivamente en la soberanía divina[12]. Es interesante que este punto determinista esta dado en los apocalipsis judíos, en los cuales se daba la idea de que los hechos estaban bajo la soberanía de Dios dentro de un plan redentor y enfocado hacia al reino de Dios[13].
  3. El gran uso de imágenes y lenguajes simbólico, con el fin de que al relacionarnos con estos en nuestro contexto y vida diaria, los podamos recordar, el señor utiliza una forma de comunicación humana con el fin de darnos a entender su mensaje. También lo hace con el fin de que razonemos en la búsqueda de la interpretación dentro de un marco conceptual bíblico y pasemos tiempo de investigación con su palabra.
  4. Además de estar centrada en el marco conceptual del Conflicto cósmico la profecía apocalíptica se expresa como mesiánica, ya que a través de ella Dios muestra el plan que ha establecido para su hijo, es decir el Mesías, quien como el cumplimiento profético encarnado vence y encamina a su pueblo hacia su reino sempiterno.
A raíz de estas particularidades de la apocalíptica Bíblica es importante que consideremos principios vitales para su interpretación, entre ellos podemos encontrar:
  1. Una preparación espiritual que aliente al estudiante Bíblico a identificar la interpretación correcta, dentro de la llamada lógica divina, dada por la sabiduría[14].
  2. Uso de la recapitulación y los círculos de visiones en los cuales se amplía lo que se ha dicho antes en los libros proféticos.
  3. Mirar el contexto simbólico de la visión y la utilización de los números[15], si el contexto inmediato no lo explica revisar el contexto testamentario, o bíblico general. Mirar el uso de metáforas, buscando un significado conciso y unificado bíblico[16].
  4. Tener en cuenta su cumplimiento histórico y el principio día por año en los diferentes fechamientos proféticos.
  5. Tener en Cristo el eje profético que mueva cualquier círculo hermenéutico.
Conclusión
El historicismo hunde sus bases en la fe de que Cristo es el principio y el fin[17], y que teniendo en cuenta su soberanía él ha de cumplir sus promesas a su pueblo y las profecías que él ha revelado a sus siervos los profetas. La profecía fue dada como una guía para la vida humana, nos orienta el camino por donde circundamos y nos lleva a Cristo. Más que algo simplemente teórico la investigación bíblica dentro del marco de la profecía nos orienta a una relación personal con Cristo, en la cual nuestras vidas puedan ser movidas y transformadas por el que es el principio y el fin, la profecía encarnad, Cristo Jesús.
Ismael Armando Mariana Manjarrez |Corporación Universitaria Adventista UNAC, Colombia

Referencias
[1] Pfandl, Gerhard. Textos bíblicos controversiales: el instituto de investigación bíblica nos enseña a interpretarlos, (Mexico, Apia: 2013) 85.
[2] Del Hebreo Nabí que puede identificar a un mensajero. Horn, Siegfried H., and Aldo D. Orrego. Diccionario Biblico Adventista del Septimo Dia. Buenos Aires, Argentina: Asociacion Casa Editora Sudamericana, 1995.
[3] LaRondelle, Hans K. Las profecías del fin: enfoque contextual-bíblico. Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, (Argentina, APIA, 2009) 6.
[4] SCHWANTES, Milton. Profecia e estado: uma proposta para a hermenêutica profética. Estudos Teológicos, (2014) vol. 22, no 2, p. 105-145.
[5] Jeremías 18: 7-10.
[6] Pfandl, Gerhard. Textos bíblicos controversiales: el instituto de investigación bíblica nos enseña a interpretarlos, (Mexico, Apia: 2013) 86.
[7] LaRondelle, Hans K. Las profecías del fin: enfoque contextual-bíblico. (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, APIA, 2009) 9.
[8] Rodriguez, Angel M. Future Glory: The 8 Greatest End-Time Prophecies in the Bible. Hagerstown, (MD: Review and Herald, 2002): 9, 10.
[9] Millos, Samuel Pérez. Apocalipsis. (Barcelona: Editorial Clie, 2010): 51.
[10] J. Barton Payne, Encyclopedia of Biblical Prophecy: The Complete Guide to Scriptural Predictions and Their Fulfillment [Enciclopedia de profecía bíblica: Guía completa de las predicciones bíblicas y de su cumplimiento] (Grand Rapids, Míchigan: Baker, 1973), pp. 13,674-675.
[11] George Reíd, Entender las Sagradas Escrituras (Buenos Aires: ACES, 2010), p. 221.
[12] La irrupción de Dios en la historia humana para mostrar el futuro obedece a un propósito soberano suyo. Pérez Millos, Samuel. Mateo. (Barcelona: Editorial Clie, 2010). 95.
[13] Ladd, George Eldon, and Arnoldo Canclini. El apocalipsis de Juan: un comentario. (Miami, Fla: Editorial Caribe, 1985)
[14] Conocer la sabiduría significa e indica tener una experiencia de relación con Dios. Doukhan, Jacques. El libro de Proverbios: el temor de Dios es el principio de la sabduría. (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, APIA, 2014). 12.
[15] William H. Shea, Selected Studies on Prophetic Interpretation [Estudios selectos sobre la interpretación profética], ed. rev. Daniel and Revclation Committee Series, tomo 1 (Silver Spring, Maryland: Biblical Research Institute, 1992), pp. 67-11 O; ídem, Daniel 7-12 (Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 1996), pp. 40-44.
[16] G. K. Beale, The Book o( Revelation: A Commentary on the Greek Text [El libro de Apocalipsis: Comentario del texto griego! (Grand Rapids, Míchigan: William B. Eerdmans Publishing Company, 1999), pp. 55-58.
[17] George Reíd, Entender las Sagradas Escrituras (Buenos Aires: ACES, 2010), p. 328.

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