jueves, 20 de abril de 2017

“Jesuitas infiltrados en el adventismo”, otra propuesta sin base, Parte I


Desde hace tiempo, nuestros críticos están proponiendo la infiltración jesuita en el adventismo. Basándose en Elena de White, incorrectamente interpretada, ellos indican que esta propuesta ya estaba profetizada y que es evidente, por la serie de errores en nuestra iglesia.
Increíblemente, han señalado con nombre propio quiénes serían los infiltrados. Por ejemplo, entre ellos estarían el ya fenecido Dr. Samuele Bacchiocchi (quien recibió su doctorado en la Universidad Gregoriana, en Roma), el Pr. Jon Paulsen (ex presidente de la Asociación General), Dr. John Graz (director actual del Dpto. de Libertad religiosa de la iglesia mundial), Dr. Bert Beach (ex director del Dpto. de Libertad Religiosa de la AG), Dr. Ángel Manuel Rodríguez (ex director del Instituto de investigaciones bíblicas de la AG), etc.
Para esta primera parte, se intenta responder las siguientes preguntas: ¿la perspectiva nuestros críticos sobre la infiltración jesuita, es confiable? ¿Realmente los líderes mencionados en el párrafo anterior, fueron y son jesuitas infiltrados? Para la segunda parte de este artículo, se tratará de responder lo siguiente: ¿Qué es lo que quiso decir la sra. White sobre aquella infiltración? ¿Cuál debiera ser la actitud de un adventista coherente, frente a las acusaciones de los disidentes y reformistas?
 
¿Es confiable la propuesta de los disidentes y reformistas?
 
He dialogado con aquellas personas que proponen la infiltración jesuita en el adventismo hoy. Sin embargo, percibo que sus argumentos y actitudes no son confiables, por las siguientes razones:

1. No muestran prueba alguna. Antes de iniciar, es bueno considerar lo siguiente: no es lo mismo una idea que un hecho. Una "idea" es solo una propuesta, una sugerencia, que no siempre está en base a un hecho. Por el contrario, un "hecho" es algo certero, una verdad, algo que sí sucedió; para confirmarlo, son necesarias las pruebas. Mientras ellas no existan, seguirán siendo únicamente ideas, propuestas; algo no sustentable.
En el caso de los críticos, ellos señalan que hay infiltrados jesuitas en nuestra iglesia, y que el adventismo tiene un pacto secreto con el catolicismo y evangelicalismo; sin embargo, no dan a conocer evidencia alguna para sustentar su propuesta. No hay vídeos ni grabaciones, tampoco correos electrónicos o mensajes secretos de jesuitas dentro adventismo. Ellos solo dicen: “aquella personas son jesuitas”; y si alguno les pide pruebas, ellos responden: “estás yendo en contra de Dios”. Claramente, en vez de recurrir a las pruebas, acuden al fanatismo; a tal punto que etiquetan de “jesuita” a todo aquel que está en contra de su idea.
Este tipo de acusaciones, sin prueba alguna, es riesgoso. Uno no puede acusar de “asesino” a alguien sin las pruebas respectivas. A esto, la Biblia le llama “falso testimonio”, el cual es un pecado (ver Éxodo 20:16). Por ello, para que sean confiables sus propuestas, ellos necesitan presentar las evidencias. Por ejemplo, alguna grabación entre un infiltrado y un adventista. Quizá, podría ser la declaración abierta (o por una conversación vía e-mail) de uno de los supuestos infiltrados con algún administrador, etc.
Uno de los argumentos que nuestros críticos atesoran, es que el ex jesuita Alberto Rivera, había señalado que los jesuitas están infiltrados en muchas religiones protestantes, incluso en el adventismo. Esto le trajo popularidad en el cristianismo.[1]
¿Cuán cierto puede ser lo que él declaró, de que en el adventismo hay jesuitas infiltrados? No lo sé; creo que ninguna iglesia, incluyendo la nuestra, está libre de alguna posible infiltración jesuita o de alguna otra religión. Pero, el problema de nuestros críticos no es la posible infiltración, sino el hecho de ir en contra de líderes y predicadores del adventismo mundial.
Lo observable de esta teoría, es que no hay pruebas. ¿Qué nos asegura que "X" líder adventista, sería un infiltrado jesuita? ¿Exactamente “jesuita”? ¿Por qué no "mormón" o "luterano"? En fin, no hay hecho que demuestre que lo planteado por nuestros críticos, sea correcto; pero, sí hay ideas, acusaciones. Al no haber, no es bueno confiar en lo que ellos presentan.

2. Mal interpretan acciones y eventos.  El adventismo es una Iglesia que vive en medio de relaciones. Así como un adventista se relaciona con su vecino no adventista, nuestra iglesia dialoga con distintas confesiones religiosas –ya sea protestante o católica (o no cristiana). ¿Hay algún problema en esto? Creo que no. Cristo se relacionaba con prostitutas, fariseos, sacerdotes, cobradores de impuestos, samaritanos, etc., y nunca fue un problema (salvo para algunos fanáticos que se escandalizaban al ver al Mesías juntándose “con prostitutas y cobradores de impuestos”). El hecho que uno se vincule con alguien que crea o viva diferente, no lo convierte en la misma condición.
El problema, sin embargo, es que nuestros críticos presuponen lo contrario. Por ejemplo, ellos indican que la IASD forma parte del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), y que se tiene un pacto secreto con estas iglesias, especialmente, con el catolicismo.
¿El adventismo tiene alguna relación con el CMI? Por supuesto que sí; y también con las iglesias (no adventistas) que apoyan la libertad religiosa y con instituciones que promueven la paz mundial. No obstante, esto no quiere decir que nuestra iglesia sea miembro del CMI. Prueba de ello, es lo mencionado en la web del mismo CMI, que reza así:
 
“La Iglesia Adventista del Séptimo Día no es miembro del Consejo Mundial de Iglesias”.[2]

No solo eso, en la misma página, el CMI describe a nuestra iglesia de la siguiente manera:

“[Los adventistas] creen que, en cierto modo, son un movimiento profético con un mensaje del tiempo del fin que se centra en el "Evangelio eterno" para proclamar al mundo. Aunque los adventistas del Séptimo Día celebran las oportunidades de dialogar y llegar a un mejor entendimiento, no se han unido formalmente al movimiento ecuménico organizado haciéndose miembros de los consejos de iglesias. En muchas ocasiones, sin embargo, tienen estatus de observador, consultor o asesor. Los adventistas desean conservar y proteger su identidad única y dar vida a la misión evangelística y de servicio que Dios les ha encomendado”.[3]
 
Como el mismo CMI declara, los adventistas son solo “observadores” y ellos aceptan nuestra posición de querer conservar y proteger nuestra identidad única (como que dan a entender que sería un riesgo que el adventismo sea miembro de su concilio).
Como observadores y consultores —principalmente, en el tema de la libertad religiosa— no nos debe sorprender que nuestra iglesia esté en eventos que se celebre la “Libertad religiosa” o se promueva la paz. Esto es normal y no va en contra de nuestro mensaje profético; al contrario, es de gran ayuda para la predicación de los mensajes de los tres ángeles. Al fin y al cabo, hemos sido llamados a predicar a todo el mundo; parte de ese mundo, es el CMI. Si no nos relacionamos con ellos, ¿de qué manera les podríamos evangelizar?
El problema, sin embargo, es que las personas que abogan por una “infiltración jesuita” actual, han mal interpretado los eventos y han presentado un mensaje distorsionado. Por ejemplo, esto es notorio en el Internet, donde se comparte varios vídeos de diálogos de adventistas con otras confesiones religiosas. Puede visitar a adventistaw.blogspot.pe/.
Para nuestros críticos, está mal que un adventista dialogue con un líder religioso no adventista. No lo ven correcto que conversemos sobre “libertad religiosa”. No es sano que nos acerquemos a ellos, ¡sin poner en bandeja la verdad! Simplemente, ellos quieren que nos mantengamos al margen, distantes. Según su manera de pensar, “no debemos juntarnos con los pecadores”. Y si lo hacemos, “estaremos rebajando la sana doctrina”. ¿Es que se vende la verdad o rebaja la sana doctrina, cuando nos relacionamos con personas de otras religiones? Para ellos, sí. “Que como tal líder adventista estrechó la mano a un papa, este se contaminó y se unió a Babilonia”. ¿Será objetiva esta interpretación?
Sea cual fuere la acusación contra nuestra iglesia, el adventismo, a pesar de relacionarse con otras denominaciones cristianas —así sea el catolicismo—, continúa creyendo en el reposo sabático, en los diez mandamientos, en el santuario, en el creacionismo, en la identidad profética del anticristo y cumplida en el papado, etc. Basta mirar los documentos oficiales al respecto. Por tanto, un rechazo a la verdad presente, por el solo hecho de conversar con otros entes religiosos, no es real en nuestra iglesia.

3. Las intenciones. Las intenciones de nuestros críticos son notorias. Ellos, en el fondo, no desean la reforma en la vida del creyente ni en la iglesia; todo lo contrario, anhelan el retiro total de los adventistas del adventismo, o que los adventistas terminen detestando a la Iglesia. Por eso, usan términos agresivos y sin fundamentos; por ejemplo: “el adventismo se convirtió en Babilonia”, “la iglesia es apóstata”, “salgan de Babilonia (la organización) para no seguir en el pecado”, etc.
Un claro ejemplo de lo que puede producir la disidencia, es el caso de Hugo Gambetta. Hoy en día, él ya no es pastor ni adventista. Pero, como se sospechaba, ya tiene su propio centro de estudio teológico[4] (donde tiene algunos docentes que andan diciendo por todos los medios que la Iglesia Adventista es Babilonia), ha fundado su propia iglesia (con su templo respectivo)[5] y está pidiendo los diezmos a sus seguidores, con el objetivo de tener su propia “organización”.[6]
Una segunda intención es rebajar el liderazgo adventista; tienen cierta aversión contra la administración. Según ellos, los dirigentes tienen un pacto secreto con los católicos y evangélicos; por tanto, no debemos seguir la línea de la organización. Según su idea, los adventistas no deben seguir al adventismo (nadie nieva que nuestro líder máximo es Cristo), sino únicamente a ellos.
También, alegan que los líderes prohíben a los pastores predicar los mensajes de los tres ángeles, la identidad profética del anticristo (¡que es el papado!), etc. (por supuesto, ellos dicen así, porque el adventismo ha disciplinado a disidentes que han causado y causan mucho daño a los adventistas; pero, no solo por su disidencia, sino también por sus malas interpretaciones de la Biblia).
La tercera intención, como todo parece indicar, es el celo hacia el liderazgo adventista. Muchos de nuestros críticos pareciera que quieren estar en la misma posición; pero, como no se les permitió por su actitud anticristiana, arremeten contra la organización.
Una cuarta intención, que es más notoria, es la de aparentar la actitud de un profeta o mesías, salvador de la iglesia. Ellos están en lo correcto, la organización y los pastores no lo están. La organización adventista ha contaminado a la iglesia; ellos están para purificarla —ellos declaran. Así, estas personas son los héroes del siglo XXI, enviados por Dios. Los mesías del adventismo (aquí, el problema de la baja autoestima, es latente).
Cada uno evaluará las acciones y las intenciones de nuestros críticos; hacerlo no es fácil. Pero, cualquier acto que promueva la división o la disidencia en nuestra iglesia, debiera ser rechazado. No se percibe intenciones sanas o espirituales por parte de aquellos que insisten de una infiltración jesuita actual.
 
¿Infiltrados con nombre propio en el adventismo contemporáneo?
En esta parte, solo mencionaremos algunos nombres que, según nuestros críticos, son jesuitas infiltrados en nuestra iglesia.

1. Samuele Bacchiocchi. Teólogo ya fallecido. Penosamente, ha sido muy criticado por haber realizado sus estudios en la Universidad Gregoriana en Roma. Según los críticos, él fue un jesuita infiltrado.
¿Los críticos han mostrado las pruebas necesarias para dar fe de su teoría? Por supuesto que no. Por el solo hecho de estudiar en una universidad católica, haría de él un jesuita infiltrado.
Pero, ¿para qué fue Bacchiocchi a Roma? ¿De qué trató su tesis? Fue interesante su actitud desafiante, digna de admirar. Él fue a Roma para argumentar a favor del reposo sabático; pero, desde una perspectiva científica, histórica. En su tesis, terminó argumentando que no existe evidencia histórica del primer siglo, para guardar el día domingo; y concluyó que, con fuentes en mano, la razón del cambio del sábado al domingo no fue bíblica, sino política.
Su investigación le valió algunos problemas, como él lo comentó. No obstante, logró el doctorado y, también, que su tesis haya sido publicada por la Publicadora de la misma Universidad Gregoriana.
En base a esto, es bueno preguntarnos: ¿Podemos etiquetar a un adventista como “jesuita”, solo porque fue a una universidad católica a defender al sábado como día de reposo? Saque usted sus propias conclusiones.

2. Ted Wilson. En marzo del año pasado, el presidente de la Iglesia mundial ha declarado que la teoría, de que hay infiltrados jesuitas en nuestra iglesia, carece de fundamento. Ante esto, como reacción, nuestros críticos terminaron declarando: el jesuita mayor nunca va a aceptar tal verdad. ¿Fundamento para determinar que Wilson es infiltrado? No hay.

3. Ángel Manuel Rodríguez. Hay un vídeo en Youtube, donde aparece el Dr. Ángel M. Rodríguez describiendo cómo son las relaciones entre adventistas y líderes de otros grupos religiosos. El vídeo dura aproximadamente una hora con 46 minutos. Ver ​www.youtube.com/watch?v=7qemKGHepOU
Es penoso que, con el fin de hacer quedar mal al doctor Rodríguez, los críticos han extraído partes del vídeo completo para hacer uno solo, con una duración de, aproximadamente, doce minutos (ver www.youtube.com/watch?v=Jmv_og-QjsU). En base a este extracto, el Dr. Rodríguez estaría contando las relaciones ecuménicas de la IASD con el catolicismo. Así, para ellos, él sería un jesuita infiltrado más.
No voy a detallar en este asunto, porque es suficiente hacer lo siguiente: ver el vídeo completo. ¿Por qué? Porque hacerlo, permitirá darnos cuenta que nuestros críticos no están en lo correcto.
Para comenzar, sí hubo diálogos informales entre teólogos adventistas y teólogos católicos entre los años 2000 y 2002. Estas reuniones se dieron con el fin de discutir asuntos doctrinales, ¡no para unirnos con el catolicismo ni tener algún pacto secreto! Por ejemplo, en uno de ellos, Rodríguez narra cómo fueron a defender la doctrina del sábado en una de las reuniones con el Vaticano. El documento que presentó Rodríguez en ese debate, está publicado en la web del Biblical Research Institute.[7] En el vídeo, él cuenta que a los teólogos católicos se les dijo: “ustedes están mal (en cuanto al reposo dominical); la Biblia está bien (en defensa al reposo sabático)”. Además, se aseguró que “nosotros, los adventistas, hemos decidido mantenernos sobre lo que las Sagradas Escrituras enseñan” (55:35). Rodríguez recalca que el objetivo de ellos, como teólogos, era testificar a “favor de su ley –la de Dios– frente a aquellos que la cambiaron” (1:01:10).
También, Rodríguez narró brevemente, cómo se produjo un momento tenso, cuando uno de los eruditos católicos indicó que la perspectiva adventista sobre Apocalipsis 13, era errada y sectaria. Ante tal “golpe bajo”, quienes nos estaban representando, declararon que, como adventistas, “no íbamos a cambiar nuestra postura sobre Apocalipsis 13”, y que el lente católico sobre María, era sectario.
Después de ver el vídeo y los argumentos de nuestros críticos, permítame plantear las siguientes preguntas: ¿Es pecaminoso sentarse y dialogar asuntos doctrinales y proféticos con personas de otra religión? ¿Cristo no se sentaba y discutía temas bíblicos con los fariseos y saduceos? ¿El hecho de conversar y/o testificar temas bíblicos con un católico, convierte a un adventista en católico? El Señor Jesús, por el solo hecho de dialogar temas doctrinales con fariseos, ¿se convirtió en un fariseo?
Antes de terminar esta parte, es bueno saber que los que abogan que el Dr. Rodríguez sería un infiltrado, no han demostrado prueba alguna sobre su propuesta. Por el solo hecho de argumentar a favor de la fe adventista, ante teólogos católicos, ya se le catalogó como “jesuitas”.
Si el argumento de nuestros críticos es lo correcto; entonces, no hablemos ni testifiquemos a personas de otras religiones. Claramente, la perspectiva de ellos es una amenaza para el cumplimiento de la misión profética del adventismo; misión que también es dirigida a las religiones mundiales.

4. Bert Beach. El Dr. Beach fue director del departamento de Libertad religiosa de la iglesia mundial; y también, él ha sido blanco de los ataques de nuestros críticos, señalando que sería un jesuita infiltrado. ¿Cuál es la base para esta acusación? El momento cuando Beach le entregó una medalla al papa Pío VI.
Según nuestros críticos, el error del Dr. Beach fue estar en ese evento —pro libertad religiosa— y haberle regalado una medalla a Pío VI. Así, él sería un jesuita en la IASD. ¿Cuán objetivas son estas críticas?
En primer lugar, es necesario ver el contenido de aquella medalla; que, a decir verdad, no tenía nada herético. En ella, estaba escrito el cuarto mandamiento —ratificando el reposo sabático— y la imagen de Cristo sobre las nubes, apuntando a la segunda venida de Cristo. El mensaje es claro: se le estaba testificando sobre el verdadero día de reposo y la segunda venida.
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El problema, no obstante, es que los críticos no lo ven con buenos ojos. Para ellos, Beach no le debió dar la mano al papa ni haberle entregado una medalla. Algunos, hasta han mencionado que lo de la medalla fue únicamente un “pretexto”.[8] Pero, ¿hasta qué límite vamos a realizar una crítica? Si Beach le regaló una medalla con el mensaje del reposo sabático, ¿le vamos a criticar porqué lo hizo? ¿Es condenable este tipo de acciones? Pero, ¿qué hubiera sucedido si no le daba nada? También, podría ser criticado. ¡Si hasta se le ha condenado al Dr. Beach solo por estrechar la mano al papa!
Creo que sería condenable, siempre y cuando en la medalla se hubiera escrito “acuérdate del día domingo”. Pero, eso no se hizo. Por tanto, no sería condenable tal actitud.

5. Lección de Escuela sabática. Con el objetivo de desprestigiar a los líderes de la Iglesia, han llegado a criticar hasta la Lección de Escuela Sabática. He aquí la imagen:
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​¿Cuál es el problema con esto? De acuerdo a nuestros críticos, como en la lección aparece en la bibliografía algunos nombres de eruditos no adventistas; entonces, la lección habría sido escrita por jesuitas y sacerdotes católicos. ¿Por el solo hecho de colocar en la bibliografía fuentes no adventistas, convierte al autor en miembro de otra religión? Dicho de otro modo, si en un trabajo de investigación, cito alguna declaración de Mahatma Gandhi, ¿eso me convierte en budista o un infiltrado del budismo?  ¿Es que un adventista no puede citar ideas de personas no adventistas, porque automáticamente se “contaminaría”; aunque lo citado presente una verdad o un hecho?
¿Quién sería el supuesto jesuita citado e infiltrado en la lección de Esc. sabática? Como ven en la imagen, uno de ellos es Robert Spitzer. Para los críticos, por el solo hecho de citar una idea de Spitzer, los autores de la lección serían jesuitas.
Pero, ¿cuál es la declaración de Spitzer que convertiría a la lección en algo elaborado, aparentemente, por los jesuitas? La siguiente (puede revisar la página 11 de la lección en mención):
 
“De este modo, si Dios quiere crear criaturas amantes (a imitación de su amor perfecto), él tiene que crear seres libres, que puedan causar sufrimiento y mal en el mundo de su elección. La dinámica del amor y la libertad requieren que Dios nos deje espacio para crecer en amor, mediante nuestra libertad humana. El único modo que tiene Dios de permitir que seres libres actúen sin amor es abstenerse completamente de crear criaturas amantes”.[9]
 
Sobre esto, ¿hay alguna herejía en esta declaración? ¿Es pecaminoso citar líneas de un teólogo no adventista? ¿Solo por citar “si Dios quiere crear criaturas amantes (a imitación de su amor perfecto), él tiene que crear seres libres, que puedan causar sufrimiento y mal en el mundo de su elección”, hace que el autor de la lección sea un jesuita? Si alguien cita la siguiente declaración: “Estoy comprometido con la verdad, no con la consistencia”, declarada por Gandhi, ¿lo convierte en un budista infiltrado en el adventismo?[10]

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Referencias:
[3]Ibíd. La cursiva es para énfasis.
[8]No creo que Sthephen Bohr sea un disidente; pero, creo que usó el sensacionalismo y la generalización en una de sus exposiciones. Por ejemplo, él señaló que lo de Beach y la medalla, fue solo un “pretexto” y se cayó en ingenuidad.
[9]New Proofs for the Existence of God: Contributions of Contemporary Physics and Philosophy, p. 233

Fuente: PR. OSCAR MENDOZA.COM

sábado, 15 de abril de 2017

Antíguo Testamento Interlineal CLIE- Hebreo-Español Tomos I – IV / DESCARGAR


En esta oportunidad comparto con cada uno de ustedes 4 tomos del Antiguo Testamento Interlineal CLIE - Hebreo - Español para aquellos que gustan estudiar la Biblia desde el idioma original con el que fue escrito el AT. Será una herramienta útil para tu estudio.

A continuación, los enlaces para acceder y descargar:

Que Dios les bendiga!

viernes, 14 de abril de 2017

George Knight - Serie "El Legado Adventista"


Tres libros que muestran cómo Dios ha guiado al adventismo hacia una comprensión más amplia y profunda de la verdad eterna de su Palabra: 
✓ Nuestra iglesia. Momentos históricos, 
✓ Nuestra identidad. Origen y desarrollo. 
✓ Nuestra organización. ¿Aliada o enemiga de la gran comisión?

Lo más destacable de esta serie:

• Dirigida tanto a adventistas como a quienes deseen conocer nuestra historia. • George R. Knight presenta una descripción detallada de cómo hemos llegado a creer lo que creemos y a ser lo que somos.


Haz click en la imagen para descargar cada libro






lunes, 10 de abril de 2017

Joel 2:28: ¿Uno, dos o múltiples cumplimientos?

El versículo 28 del capítulo 2 de Joel es muy conocido por los predicadores bíblicos. Es citado muchas veces para mostrar los grandes dones que Dios derramará sobre su pueblo en el “Día de Yahweh”.[1] Entre el terreno adventista, es muy fácil escucharlo en los púlpitos o en los estudios bíblicos para probar los dones del Espíritu Santo, el don profético de Elena G. White y la lluvia tardía.[2]
Pero también ha formado base parar discusiones sobre los cumplimientos de las profecías clásicas de los profetas del Antiguo Testamento. ¿Acaso esta profecía clásica se cumplió en los días del profeta Joel? ¿Se cumplió en el tiempo del Pentecostés?[3] ¿Se cumplió a mediados del siglo 19 en la persona de Elena G. White? ¿Se cumplirá en el futuro, bajo el derramamiento del Espíritu Santo y la lluvia tardía? Estas son preguntas de suma importancia para el estudioso bíblico, y más aún para el intérprete adventista. Algunos han procurado resolver el problema proponiendo la teoría de los “cumplimientos múltiples” o el método apostelesmático de interpretar las profecías.[4] Pero tales métodos no resolvieron los problemas y causaron revuelo dentro del seno del adventismo.
El propósito de la presente breve investigación es examinar primeramente la paternidad literaria del libro de Joel. La autoría del libro, en la opinión del que escribe, sirve como “filtro” que afectará la interpretación y el cumplimiento de las profecías encontradas en el libro de Joel. En segundo lugar se examinará el texto en cuestión, Joel 2:28, dentro de su contexto mediato e inmediato. Por último, se debe revisar la cita y aplicación que el autor de Hechos adjudica a Pedro sobre el cumplimiento de Joel 2:28 y se realizará una propuesta de cómo interpretar Joel 2:28 y ver si existen profecías de “cumplimientos múltiples”, dobles cumplimientos o un solo cumplimiento. El mismo Espíritu que es prometido en el libro de Joel, es necesario a la hora de estudiar humildemente la Palabra de Dios para que la misma nos ilumine el camino a seguir.
Paternidad Literaria
La paternidad literaria del libro de Joel ha sido debatida por siglos. Solo basta ver la gran diferencia entre diversos comentarios en cuanto a su autoría.[5] Estas opiniones se pueden dividir básicamente en 4 posiciones: fecha pre-exílica temprana, pre-exílica tardía, pos-exílica temprana y pos-exílica tardía. En la presente investigación se adopta la fecha pos-exílica temprana.[6] Esto parece corresponder con el período del segundo templo en tiempos de Darío I Hístapes. Es necesario recordar que la fecha exacta del origen del libro de Joel es desconocida, y no se debe ser dogmático.
Esta paternidad literaria nos coloca cómodamente en un contexto adecuado para interpretar correctamente Joel 2:28. La postura liberal (pos-exílica tardía) de una composición más allá del año 400 a.C. tergiversaría la intención del profeta Joel al escribir su libro. Mientras el pueblo de Judá se encuentra arropado por una desastrosa plaga de langostas, Dios le ofrece consuelo a Judá y promete una futura restauración en el día de Yahweh.[7] Dentro de ese contexto se encuentra el verso en cuestión: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”.[8]
Joel 2:28
El verso comienza con una declaración importante: “Y después de esto”. ¿A que hace referencia el contexto? A la restauración de Judá, las bendiciones de Dios y el derramamiento de la lluvia temprana y tardía a su tiempo (Joel 2:12-27). Esto se confirma claramente al examinar la fórmula hebrea והיה ארחיןכ־, donde el adverbio כן (khēn) nos remonta a bâri’shōn[9] en el verso 23.[10] Esto muestra una correlación directa entre los eventos anteriores mencionados y el verso 28. La promesa es anterior al día de Yahweh mencionado en el verso 31. El derramamiento del Espíritu de Yahweh se ofrecerá en gran medida,[11] sobre “toda carne”, i.e., sobre todo tipo de personas y no solamente sobre judíos de quienes habla el contexto. Otro dato interesante es que se muestra las edades sobre quienes se derramará el Espíritu: sobre todas las edades, sean jóvenes o ancianos.
Los eventos descritos en este verso corresponden automáticamente a tiempos futuros, más allá del tiempo del profeta.[12] Estos eventos futuros están inmediatamente precedidos por la restauración de Judá como nación, el alejamiento y destrucción de “al del norte” (Joel 2:20) y la promesa de lluvia temprana y tardía (ver. 23). Estos eventos también son acompañados por fenómenos naturales característicos del día de Yahweh (ver. 30-31). Por lo tanto, se espera que el cumplimiento de esta predicción cumpla con todos los elementos dispuestos en el texto y no parcialmente. Pero ¿Cómo lo entendieron los escritores neotestamentarios? ¿De qué manera se puede interpretar la aplicación de Pedro en Hechos? ¿Se cumplió la promesa de la restauración?
Hechos 2:16-21
Luego del maravilloso milagro de hablar en diferentes lenguas conocidas, algunos burladores acusaron a los discípulos de estar “llenos de mosto” (ver. 13). En respuesta a esta acusación, Pedro apela a un discurso donde discute la muerte, resurrección y entronizamiento de Cristo ante el Padre.[13] Antes de apelar a la vida de Cristo, Pedro incluye una cita directa de Joel 2:28-32[14] para mostrar la ineficacia del argumento “del mosto” y el cumplimiento evidente en el don de lenguas. ¿De qué manera se puede entender la referencia a Joel mencionada por Pedro?
Algunos han sugerido que se trata de una profecía mesiánica (en el libro de Joel) que encuentra su cumplimiento en el tiempo del Pentecostés.[15] Otros mencionan que se trata del cumplimiento directo de la promesa de Jesús de enviar al Espíritu Santo citando a Joel como “evidencia” de los milagros realizados ante sus ojos.[16] También se reconoce que las señales descritas en la profecía de Joel no tuvieron su cumplimiento en el momento del discurso de Pedro ni en el Pentecostés.[17] Entonces, ¿se cumplió o no se cumplió la profecía de Joel? ¿Se cumplió parcialmente?
Antes de llegar a una sugerencia de cómo armonizar las referencias y su debido cumplimiento, se debe examinar lo que el libro de Hechos afirma sobre Joel 2:16-21. En respuesta a las acusaciones y burlas por el milagro del don de lenguas, Pedro responde:
“Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. Mas esto es lo dicho por el profeta Joel” (Hch 2:14-16, énfasis es nuestro).
En el griego, el versículo 16 dice: ἀλλὰ τοῦτό ἐστιν τὸ εἰρημένον διὰ τοῦ προφήτου Ἰωήλ· En la oración, ἀλλὰ funciona como una conjunción adversativa, i.e., muestra un contraste entre la cláusula inmediata y la anterior.[18] El contraste es claramente con la acusación de estar “borrachos” (μεθύουσιν) y el milagro de hablar en lenguas extranjeras. Pedro complementa el argumento apelando a “lo dicho” por Joel. El verbo “lo dicho” proviene de εἰρημένον, un participio perfecto pasivo. En el griego, el perfecto indica una acción completada y a veces el participio perfecto “puede describir el resultado de un proceso pasado, y así corresponde más bien a un pluscuamperfecto castellano”.[19] El verbo debería traducirse como “lo que ha sido dicho”. En otras palabras, el verso 16 se traduce literalmente: “Pero esto es lo que ha sido dicho por medio del profeta Joel”. Nótese lo que el verso no dice:
  1. No menciona la fórmula “del cumplimiento” (Mat 2:17, 23; Luc 1:45) encontrada en otras partes del Nuevo Testamento ni tampoco los verbos de “cumplir” (ἐπληρώθη).
  2. Pedro no menciona una explicación después de citar Joel 2:28-32 e inmediatamente después describe la vida de Jesús.
  3. El énfasis de Pedro está puesto en la acción del Espíritu Santo y no en las señales naturales del libro de Joel.
Al parecer, Pedro apela al libro de Joel no para mostrar el cumplimiento directo de esa profecía, sino para encontrar evidencias escriturales de la manifestación del Espíritu Santo en sus días. De esta manera Pedro neutralizó las viles acusaciones y encontró asidero escritural para la manifestación gloriosa del Espíritu Santo sobre todo tipo de personas, y no sobre unos selectos tal como lo señala el profeta Joel.
Algunos podrían argumentar que se trata de un “cumplimiento parcial” de la profecía de Joel. Sin embargo, no encontramos evidencias en el texto ni una explicación por el autor de Hechos (o el mismo Pedro) que muestre que fue un “cumplimiento” al igual que las profecías mesiánicas citadas en los evangelios. Tampoco hay indicios de que se trate de una profecía mesiánica con “doble cumplimiento” ya que Pedro alude a Joel 2:28-32 no para probar la “vida, muerte y resurrección” de Jesús, sino para refutar la acusación de estar “borrachos” y hablar en lenguas extranjeras. De igual forma, la teoría de los “cumplimientos múltiples” tampoco encuentra evidencia en Hechos 2:16-21 Y entonces, ¿Cuántos cumplimientos tiene la maravillosa profecía de Joel 2:28-32? Uno solo, y se cumplirá no el en pueblo de Judá ni su restauración, sino en el Israel espiritual y en la restauración final antes del día grande de Yahweh.
Conclusión
Muchas veces se llega a conclusiones erróneas porque no se permite que la Biblia se interprete a sí misma. La cita directa del libro de Joel encontrada en el discurso de Pedro en Hechos nos muestra que los apóstoles estaban muy familiarizados con las Escrituras y todas sus evidencias se basaban en algún verso bíblico. El derramamiento glorioso del Pentecostés fue una evidencia del cumplimiento directo de la promesa de Jesús en los evangelios y no una mera experiencia de “borrachera” como algunos osaron en acusar a los discípulos. Evidencias para contrarrestar esta acusación fue encontrada en Joel 2:28-32 donde el profeta Joel muestra que antes del día grande de Yahweh, la manifestación del Espíritu sería visible sobre todas las personas sin distinción alguna. Explicaciones no bíblicas como “cumplimientos dobles, múltiples o parciales” no tienen lugar en Hechos 2:18-21. Su cumplimiento es único, directo y lineal, y todavía apunta al futuro, donde el Espíritu será derramado de gran manera y sobre todos, no de manera local y limitada como en tiempos apostólicos.

Joel E. Lisboa

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Referencias
[1] El día de Yahweh es un tema común entre los profetas del Antiguo Testamento. Ver Carroll Gillis, El Antiguo Testamento: Un Comentario Sobre Su Historia Y Literatura, Tomos I-V (El Paso, TX: Casa Bautista De).
[2] Por ejemplo: “Los adventistas del séptimo día (ASD) creemos que el don profético continúa en vigencia y es más, será manifestado en masa antes del retorno de Cristo (Joel 2:28)” en Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel: ¿Vendrá el Fin el 2012? (Santiago de Chile, 2012), 47.
[3] Ver Hechos 2:16-21 (RVR60). Se usará esta versión a menos que se indique lo contrario.
[4] El característico expositor de este método fue el Dr. Desmond Ford en su libro Daniel (Nashville, Southern Publishing Association, 1978). La Iglesia Adventista rechazó rotundamente este método de “cumplimientos múltiples” para las profecías.
[5] Ver por ejemplo Carl Friedrich Keil and Franz Delitzsch, Commentary on the Old Testament. (Peabody, MA: Hendrickson, 2002), Joe.; John F. Walvoord, Roy B. Zuck and Dallas Theological Seminary, vol. 1, The Bible Knowledge Commentary : An Exposition of the Scriptures (Wheaton, IL: Victor Books, 1983-), 1408-09 y Carroll Gillis, El Antiguo Testamento: Un Comentario Sobre Su Historia Y Literatura, Tomos I-V (El Paso, TX: Casa Bautista De Publicaciones, 1991), Joe 1:1–3:21.
[6] Para esta posición existen varias evidencias internas que abogan por un período aproximadamente entre 520-500 a.C. Un resumen conciso de algunas de estas evidencias se pueden encontrar en Walvoord, 112.
[7] Cf. Joel 2:17-27.
[8] Joel 2:28.
[9] Carl Friedrich Keil y Franz Delitzsch, 139.
[10] “Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. (Joel 2:23)
[11] Esto está indicado por el verbo shaphach. Vease James E. Smith en The Minor Prophets (Joplin, Mo.: College Press, 1992), Joe 2:28–29.
[12] El que escribe asume la inspiración divina del profeta y el elemento de predicción y rechaza la teoría del vaticinium ex eventu.
[13] Andrews Study Bible Notes, ed. Jon L. Dybdahl (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2010), 1421.
[14] La cita es muy semejante a la Septuaginta (LXX), pero tiene también algunos rasgos diferentes y añadidos. Algunos sugieren una fuente “preliminar” de Hechos usada por Lucas diferente a las versiones posteriores. Otros apuntan a una decisión personal de Lucas de cambiar el texto de la LXX con propósitos teológicos, sin embargo, son meras suposiciones. Una excelente discusión sobre las alusiones, semejanzas y comparaciones entre el versículo de Hechos y el versículo de Joel en el Texto Masorético (TM) y LXX, ver G. K. Beale and D. A. Carson en Commentary on the New Testament Use of the Old Testament (Grand Rapids, MI; Nottingham, UK: Baker Academic; Apollos, 2007), 533-36.
[15] A. T. Robertson, Comentario Al Texto Griego Del Nuevo Testamento: Obra Completa (6 Tomos En 1) (Barcelona, España: Editorial Clie, 2003), 280.
[16] David Martyn Lloyd-Jones, Authentic Christianity, 1st U.S. ed. (Wheaton, Ill.: Crossway Books, 2000),39.
[17] Simon J. Kistemaker, Comentario Al Nuevo Testamento: Hechos (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2007), 95.
[18] Para un análisis más detallado de la sintaxis de Hechos 2, véase Albert L. Lukaszewski, Mark Dubis and J. Ted Blakley, The Lexham Syntactic Greek New Testament: Expansions and Annotations (Logos Research Systems, Inc., 2010; 2010), Ac 2:16
[19] Nancy Weber, Gramática Básica del Griego del Nuevo Testamento (Mexico: Editorial Universitaria Iberoamericana; 2010), 22.
Bibliografía
Andrews Study Bible Notes. Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2010.
Beale, G. K. and D. A. Carson. Commentary on the New Testament Use of the Old Testament. Grand Rapids, MI; Nottingham, UK: Baker Academic; Apollos, 2007.
E. Smith, James. The Minor Prophets. Joplin, Mo.: College Press, 1992.
Ford, Desmond. Daniel. Nashville, Southern Publishing Association, 1978.
Friedrich, Carl Keil and Franz Delitzsch. Commentary on the Old Testament. Peabody, MA: Hendrickson, 2002.
Gillis Carroll. El Antiguo Testamento: Un Comentario Sobre Su Historia Y Literatura, Tomos I- V . El Paso, TX: Casa Bautista De Publicaciones, 1991.
Kistemaker, Simon J. Comentario Al Nuevo Testamento: Hechos. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2007.
Lloyd-Jones, David Martyn. Vol. 1, Authentic Christianity. 1st U.S. ed. Studies in the Book of Acts. Wheaton, IL: Crossway Books, 2000.
Lukaszewski, Albert L. and Mark Dubis. The Lexham Syntactic Greek New Testament: Expansions and Annotations, Logos Bible Software, 2009.
Robertson, A. T. Comentario Al Texto Griego Del Nuevo Testamento: Obra Completa. Barcelona, España: Editorial Clie, 2003.
Urrutia, Héctor. Dios Es Mi Juez, Mi Rey Y Mi Sustituto: Profecías Apocalípticas De Daniel. Santiago de Chile, 2011.
Weber, Nancy. Gramática Básica del Griego del Nuevo Testamento. Mexico: Editorial Universitaria Iberoamericana; 2010.
Walvoord, John F., Roy B. Zuck and Dallas Theological Seminary, vol. 1. The Bible Knowledge Commentary : An Exposition of the Scriptures. Wheaton, IL: Victor Books, 1983.

Reglas hermenéuticas para la interpretación de la profecía clásica y apocalíptica


Introducción
Dentro del campo de la interpretación Bíblica nos encontramos con dos componentes indispensables para comprender las profecías y promesas pactuales que Dios había establecido y dado a su pueblo en el Antiguo Testamento, las cuales son interpretadas por lo general en el Nuevo Testamento. Estos dos focos de interpretación se dan para diferenciar y por ende explicar la profecía clásica y la Apocalíptica.
Al leer la profecía del Antiguo Testamento principalmente muchos se ven confrontados con textos interesantes que algunos los asocian con la tierra nueva, pero estos están en discordancia con la teología de la tierra nueva. Esto se debe precisamente al desconocimiento de la diferencia entre profecía clásica y apocalíptica.
Es cuestión de este artículo ayudarle al lector a buscar una solución de diferenciación entre la profecía clásica, mostrando sus características y focos interpretativos, y por ende dar el significado correcto al texto Bíblico. Teniendo en cuenta que el autor de la Biblia es Dios mismo, su verdadera interpretación nos llevara a conocer fielmente al rey de reyes y señor de señores.
A continuación se dará un repaso esencial sobre lo que es la profecía el cual nos introducirá para hablar acerca de sus ramas, a saber la clásica y la apocalíptica.
Profecía
Es interesante el abordaje de Amos 3:7, cuando dice: “porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele a sus siervos los profetas”. Nos deja ver un manantial de ideas como para decir que la profecía es la anticipación del cumplimiento histórico de la palabra divina, hablada por medio del profeta[1], los profetas son los portavoces, mensajeros de Dios[2] de modo que sus palabras tienen autoridad en sí mismas y su mensaje se da a cualquier clase de público que lo necesite.
Profecía Clásica
Las profecías clásicas se preocupan, o tienen su énfasis en los asuntos éticos, los cuales están encaminados hacia la búsqueda del arrepentimiento y el logro de la santificación. Además de esto sus mensajes fueron dados en voz alta[3], es decir llamando la atención a las personas o naciones al arrepentimiento, la profecía es local no prioriza en la universalidad, es decir “la profecía tiene hora y lugar, no siendo doctrinaria o eternizante, sino concreta y temporal”[4]. A esto, se le suma el principio de condicionalidad, el cual es explicado por el profeta Jeremías cuando dice: “En un momento yo puedo hablar contra una nación o contra un reino, de arrancar, de derribar y de destruir; pero si esa nación contra la que he hablado se vuelve de su maldad, me arrepentiré del mal que pensaba traer sobre ella. Y de pronto puedo hablar acerca de una nación o de un reino, de edificar y de plantar; pero si hace lo malo ante mis ojos, no obedeciendo mi voz, entonces me arrepentiré del bien con que había prometido bendecirlo”[5].
Este principio es bien interesante puesto que es dependiente de la respuesta humana como tal. Un ejemplo básico de esta clase de profecía es el que se encuentra en el libro de Jonás, donde este personaje pronuncia una profecía de destrucción sobre el pueblo de Nínive, pero dice la Biblia que Dios se “arrepiente” y no destruye a Nínive. Es por esto que se ha dicho que la profecía clásica depende del principio de libre albedrio[6] el cual es indispensable en la toma de decisiones principalmente de salvación en cuanto a se refiere a la esfera humana.
Uno de los temas con los cuales se puede dar un buen ejemplo acerca de las profecías clásicas y su forma de interpretarla es la referentes al reino de Dios y las profecías entorno a Israel.
Cuando Dios llamo a Abraham para crear un pueblo para su reino se les dictaron diferentes bendiciones y maldiciones (Lev. 26; Deut. 27, 28), las cuales estaban condicionadas definitivamente a la fidelidad del pueblo de Israel, el pueblo no cumplió con su fidelidad de modo que fue exiliado, pero aun así Dios después de su venida de Babilonia tenía un plan preparado para ellos el cual es descrito en los últimos capítulos del libro de Isaías. Mucho no se cumplió, y será materializado, en principio bajo las condiciones que revela en Nuevo Testamento (Israel espiritual/iglesia, Segunda Venida, cielo y tierra nueva). El plan no se ha alterado desde el punto de vista divino; no existe un plan para Israel y otro para la iglesia como enseña la teología dispensacionalista.
Otras de las características de la profecía clásica es llamada la conexión tipológica, en la cual un evento local, geográfico y temporal como Isaías 13:6, 17 está conectada directamente con el juicio final, es más “el libro del Apocalipsis nos asegura que todas las profecías antiguas de condenación y liberación ocurrirán a escala mundial en ocasión de la segunda venida de Cristo”[7]. Es así como al estudiar las profecías clásicas y comprenderlas a raíz de interpretaciones nuevas dadas por los escritos apostólicos es preciso mirar los principios de universalidad y localidad en los cuales se verán raíces hermenéuticas, no solamente aplicable al Israel literal, sino también al Israel espiritual.
Es muy interesante que estas profecías fueron enviadas a personas y contextos iguales a nosotros hoy, sus amonestaciones y reprensiones procuran rescatar el pacto de Dios para toda la humanidad. Hoy es menester que aprendamos del pasado y nos podamos proyectar a raíz de esa base a un futuro glorioso al lado de Cristo Jesús. Este es precisamente el fin último de la profecía clásica.
Profecía Apocalíptica
Es preciso decir que el término apocalíptica viene del griego apokalupsis y tiende a designar los escritos proféticos relacionados o encausados hacia el género literario del apocalipsis de San Juan[8], es interesante porque el término griego tiene el sentido de correr el velo, desvelar de modo que algo se vea visible[9]. Los mensajes de los profetas no solo eran predicciones. Ellos eran responsables de amonestar al pueblo de Dios e incluso a otras naciones. Sin embargo, las profecías predictivas (que anticipan el futuro) ocupan hasta un 30%[10] del Antiguo Testamento[11].
Exploremos algunas características básicas de la apocalíptica Bíblica y cómo manejarla hermenéuticamente: *          *
  1. En esta profecía el uso de visiones y sueños se da en grandes proporciones, debido a que son los principales medios de comunicación divina. (1 Rey. 22:19).
  2. Se muestra una naturaleza incondicional y un determinismo de la profecía, de modo que estas descansa única y exclusivamente en la soberanía divina[12]. Es interesante que este punto determinista esta dado en los apocalipsis judíos, en los cuales se daba la idea de que los hechos estaban bajo la soberanía de Dios dentro de un plan redentor y enfocado hacia al reino de Dios[13].
  3. El gran uso de imágenes y lenguajes simbólico, con el fin de que al relacionarnos con estos en nuestro contexto y vida diaria, los podamos recordar, el señor utiliza una forma de comunicación humana con el fin de darnos a entender su mensaje. También lo hace con el fin de que razonemos en la búsqueda de la interpretación dentro de un marco conceptual bíblico y pasemos tiempo de investigación con su palabra.
  4. Además de estar centrada en el marco conceptual del Conflicto cósmico la profecía apocalíptica se expresa como mesiánica, ya que a través de ella Dios muestra el plan que ha establecido para su hijo, es decir el Mesías, quien como el cumplimiento profético encarnado vence y encamina a su pueblo hacia su reino sempiterno.
A raíz de estas particularidades de la apocalíptica Bíblica es importante que consideremos principios vitales para su interpretación, entre ellos podemos encontrar:
  1. Una preparación espiritual que aliente al estudiante Bíblico a identificar la interpretación correcta, dentro de la llamada lógica divina, dada por la sabiduría[14].
  2. Uso de la recapitulación y los círculos de visiones en los cuales se amplía lo que se ha dicho antes en los libros proféticos.
  3. Mirar el contexto simbólico de la visión y la utilización de los números[15], si el contexto inmediato no lo explica revisar el contexto testamentario, o bíblico general. Mirar el uso de metáforas, buscando un significado conciso y unificado bíblico[16].
  4. Tener en cuenta su cumplimiento histórico y el principio día por año en los diferentes fechamientos proféticos.
  5. Tener en Cristo el eje profético que mueva cualquier círculo hermenéutico.
Conclusión
El historicismo hunde sus bases en la fe de que Cristo es el principio y el fin[17], y que teniendo en cuenta su soberanía él ha de cumplir sus promesas a su pueblo y las profecías que él ha revelado a sus siervos los profetas. La profecía fue dada como una guía para la vida humana, nos orienta el camino por donde circundamos y nos lleva a Cristo. Más que algo simplemente teórico la investigación bíblica dentro del marco de la profecía nos orienta a una relación personal con Cristo, en la cual nuestras vidas puedan ser movidas y transformadas por el que es el principio y el fin, la profecía encarnad, Cristo Jesús.
Ismael Armando Mariana Manjarrez |Corporación Universitaria Adventista UNAC, Colombia

Referencias
[1] Pfandl, Gerhard. Textos bíblicos controversiales: el instituto de investigación bíblica nos enseña a interpretarlos, (Mexico, Apia: 2013) 85.
[2] Del Hebreo Nabí que puede identificar a un mensajero. Horn, Siegfried H., and Aldo D. Orrego. Diccionario Biblico Adventista del Septimo Dia. Buenos Aires, Argentina: Asociacion Casa Editora Sudamericana, 1995.
[3] LaRondelle, Hans K. Las profecías del fin: enfoque contextual-bíblico. Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, (Argentina, APIA, 2009) 6.
[4] SCHWANTES, Milton. Profecia e estado: uma proposta para a hermenêutica profética. Estudos Teológicos, (2014) vol. 22, no 2, p. 105-145.
[5] Jeremías 18: 7-10.
[6] Pfandl, Gerhard. Textos bíblicos controversiales: el instituto de investigación bíblica nos enseña a interpretarlos, (Mexico, Apia: 2013) 86.
[7] LaRondelle, Hans K. Las profecías del fin: enfoque contextual-bíblico. (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, APIA, 2009) 9.
[8] Rodriguez, Angel M. Future Glory: The 8 Greatest End-Time Prophecies in the Bible. Hagerstown, (MD: Review and Herald, 2002): 9, 10.
[9] Millos, Samuel Pérez. Apocalipsis. (Barcelona: Editorial Clie, 2010): 51.
[10] J. Barton Payne, Encyclopedia of Biblical Prophecy: The Complete Guide to Scriptural Predictions and Their Fulfillment [Enciclopedia de profecía bíblica: Guía completa de las predicciones bíblicas y de su cumplimiento] (Grand Rapids, Míchigan: Baker, 1973), pp. 13,674-675.
[11] George Reíd, Entender las Sagradas Escrituras (Buenos Aires: ACES, 2010), p. 221.
[12] La irrupción de Dios en la historia humana para mostrar el futuro obedece a un propósito soberano suyo. Pérez Millos, Samuel. Mateo. (Barcelona: Editorial Clie, 2010). 95.
[13] Ladd, George Eldon, and Arnoldo Canclini. El apocalipsis de Juan: un comentario. (Miami, Fla: Editorial Caribe, 1985)
[14] Conocer la sabiduría significa e indica tener una experiencia de relación con Dios. Doukhan, Jacques. El libro de Proverbios: el temor de Dios es el principio de la sabduría. (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, APIA, 2014). 12.
[15] William H. Shea, Selected Studies on Prophetic Interpretation [Estudios selectos sobre la interpretación profética], ed. rev. Daniel and Revclation Committee Series, tomo 1 (Silver Spring, Maryland: Biblical Research Institute, 1992), pp. 67-11 O; ídem, Daniel 7-12 (Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 1996), pp. 40-44.
[16] G. K. Beale, The Book o( Revelation: A Commentary on the Greek Text [El libro de Apocalipsis: Comentario del texto griego! (Grand Rapids, Míchigan: William B. Eerdmans Publishing Company, 1999), pp. 55-58.
[17] George Reíd, Entender las Sagradas Escrituras (Buenos Aires: ACES, 2010), p. 328.

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