lunes, 16 de enero de 2012

¿Qué es la apostasía?


He escuchado que algunos usan el término "apostasía". ¿Qué significa?

La palabra "apostasía" proviene del homónimo griego, que significa "rebelión". En las Escrituras posee una connotación religiosa que vale la pena analizar. En la teología cristiana, los reformadores la usaron para describir la condición de la iglesia durante la Edad Media. Pero también ha llegado a ser importante entre los que promueven la doble predestinación, la noción de que algunos han sido elegidos por Dios para la salvación y otros para la destrucción. Se afirma que los elegidos para la salvación jamás pueden perder la gracia; es imposible que apostaten. No puedo responder aquí en detalle a esas afirmaciones, pero describiré algunos aspectos del concepto de apostasía en las Escrituras.
       1. Apostasía y herejía: Es importante distinguir entre apostasía y herejía desde el punto de vista religioso. La herejía es una desviación o falsificación de la verdad bíblica. Presupone que un cuerpo de verdades bíblicas es válido para todos y que nadie tiene el derecho o la autoridad de alterarlo. Asume también que existe un criterio para distinguir la verdad de su falsificación o desviación.
       En la historia cristiana, dos instrumentos han sido acreditados con esa autoridad. El primero fue el ministerio docente de la iglesia cristiana. Es decir que a través de sus líderes religiosos, la iglesia interpreta y define la verdad para los creyentes. Esto fue rechazado por los reformadores.
       El segundo instrumento es la Escritura. La Biblia es el instrumento único y exclusivo por el cual se define la verdad e identifica el error. Los adventistas aceptamos esta última posición. La apostasía incorpora la idea que explicamos sobre la herejía, pero señala el momento cuando la presencia de la herejía es tan abundante y radical que se considera que los individuos quedan separados de la verdad bíblica, y de Cristo como la verdad. En ese caso la persona queda apartada de la verdad y de la gracia de Cristo. La apostasía es el resultado de un lento proceso de deserción espiritual de la verdad bíblica.
       2. Terminología asociada con la apostasía: La Biblia usa muchos verbos para expresar la idea de apostasía. Entre ellos, "apartarse" (Mat. 24:10, NVI), "salir" (1 Juan 2:19), "dejar" (Deut. 31:16) y "rebelarse" (Eze. 2:3). El término hebreo más cercano a esta idea es meshûbah. Se basa en el verbo shûb, que significa "volverse". Este verbo es usado por un lado para expresar la idea de arrepentimiento, como una manera de "volver" o "regresar al Señor. Por otro lado, la persona que "se aparta" del Señor comete meshûbah (apostasía). La apostasía puede ser el resultado de aceptar las creencias espurias de falsos maestros (1 Tim. 4:1) o de regresar al estilo de vida corrompido del mundo (2 Ped. 2:20-22). Podría ser resultado también de la persecución (Mat. 24:9, 10), de un corazón incrédulo (Heb. 3:12), de un compromiso superficial con Cristo (1 Juan 2:19), y de no prestar atención a la Palabra de Dios (Heb. 2:1).
       3. Manifestaciones de apostasía: En conexión con la herejía, la apostasía es un rechazo visible de la verdad. La Biblia enfatiza dos de sus expresiones más comunes. La primera es la práctica de la adoración falsa (Jer. 3:6). Se rechaza o adora al verdadero Dios como si fuera un dios pagano. Esta era una expresión común de apostasía en el Antiguo Testamento y era considerada una violación del pacto. La religión cananea imperante ejercía una poderosa influencia sobre muchos israelitas, y esto llevó a que se separaran del Señor. Para Dios este fue un caso de infidelidad marital espiritual que resultó en una separación permanente (Jer. 3:6-8).
       La segunda expresión de apostasía significaba depender del poder político de las demás naciones para su preservación, negando así el poder salvador de Dios (por ej. Oseas 8:9). Al hacerlo, la nación abandonó al Señor y actuó inicuamente, regresando a la esclavitud de Egipto y volviéndose contra él (Jer. 2:17-19). En ambos casos, el pueblo abandonó a Dios y abrazó a otros poderes. Lo sorprendente es que, debido probablemente al autoengaño, aún creían que estaban siendo leales al Señor (por ej., Jer. 3:23, 24). Estas son acaso dos de las expresiones más engañosas y desastrosas de apostasía. Promueven la falsedad en el nombre de Dios y, en consecuencia, muchos son engañados.
       Aunque la apostasía será cada vez mayor en el mundo cristiano (2 Tes. 2:3), mediante el poder del Cordero podemos permanecer leales a él.

Dr. Ángel Manuel Rodríguez

Fuente: BRA

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