La historia muestra que la cultura influye decididamente en la forma de cele- brar el culto de adoración. Si bien el pueblo de Dios no debe ser del mundo, la iglesia existe en el mundo y por lo tanto la adoración se desarrolla dentro del marco cultural. En ese contexto, podemos tener en cuenta estos cinco principios relacionados con la adoración y la cultura:
1. La adoración adventista es transcultural. Cristo y el evangelio eterno trascienden la cultura. Aunque el mensaje cristiano se predica dentro de un marco cultural, debe superar ese marco y trascender las limitaciones culturales. El evangelio es eterno, pero la cultura está ligada al tiempo. El evangelio es “ecuménico”; es decir, debe alcanzar a todo el mundo.
2. La adoración adventista es contextual. La adoración adoptada en un lugar particular incorporará componentes de la cultura local. Sin embargo, se debe ejercer gran cuidado para asegurarse de que esta contextualización no incluya elementos que sean incongruentes con el evangelio de salvación. Al mismo tiempo, es importante colocar el evangelio y la adoración cristiana en el contexto de la cultura local. Algunos teólogos utilizan el término encarnación para describir este proceso. Más allá del término, la adoración no se debería adaptar a la cultura, pero debería adoptar elementos culturales que ayuden a comunicar el evangelio.
3. La adoración adventista es “contracultural”. Esto significa que la adoración no se debe conformar al mundo, sino transformar a los adoradores y su cultura. Aunque la adoración no está necesariamente en contra de la cultura, se debe reconocer que existen componentes culturales que son contrarios a las normas cristianas, y deben por lo tanto ser rechazados. En tales casos, la iglesia debe hablar en contra de ciertas prácticas culturales y efectuar un llamado a “salir” de la Babilonia cultural.
4. La adoración adventista es intercultural. El cristianismo no puede limitarse a una cultura, nación, grupo étnico o idioma. Es contraproducente referirse a la iglesia como “norteamericana”, “suburbana”, “latina” o con cualquier otro adjetivo restrictivo. La cultura está limitada por el espacio, pero el evangelio de la adoración no conoce latitudes o longitudes.
5. La adoración adventista es multicultural. Aun en el marco local, la iglesia no necesita identificarse con una cultura, idioma, o estrato económico. La iglesia debe ser multicultural y proporcionar una adoración que sirva a las diversas culturas. Cuanto mejor lo haga, más eficaces serán su evangelismo y su servicio. Después de todo, el Señor de la iglesia enfatizó que su iglesia tiene que ser “una casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56:7).
Bert B. Beach (Ph.D., Université de Paris, Sorbonne) es el director de relaciones en tre iglesias de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Su dirección es: 12501 Old Columbia Pike; Silver Spring, Maryland 20904; EE. UU.
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