miércoles, 18 de agosto de 2010

LA ADORACIÓN EN EL MARCO DEL GRAN CONFLICTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO - Parte I



Sin duda alguna el tema de la adoración es parte notable en el desarrollo de las Sagradas Escrituras, desde el Génesis mosaico hasta el Apocalipsis juanino.


La primera expresión explícita de adoración en la Biblia encuentra en las ofrendas de Caín y Abel, en las palabras de Moisés “Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no se agradó de Caín y de su ofrenda” (Gn.4: 4,5) y la última referencia es el mandato del ángel: “¡Adora a Dios!” (Ap. 22:9).[1]


Así, a lo largo de toda la Biblia, entre otros, existen “grandes textos”, según Plenc, que parecen ser los más importantes para el estudio de la adoración, él considera (Gn. 22:1-19; Ex. 20:3-11; Sal. 95-100; 145-150; Is. 6:1-8; Jn. 4:20-24; Ap. 4,5; 14:6-12). También considera que los escritos de Elena G. de White como un elemento que aporta al tema.[2] Sin duda, la adoración en la Biblia es expresa, en sus diferentes aspectos.


A continuación se analizará brevemente textos explícitos, que sugieren el tema de “el conflicto entre la verdadera y falsa adoración” a lo largo de las escritura veterotestamentaria. Se estudiará un caso por cada división bíblica según el manuscrito hebreo. Pues si de adoración se trata, hay muchos textos.



La adoración en el marco del Gran Conflicto en el Pentateuco mosaico



Adoración de Abel vs. Caín en Génesis 4:1-8:



“Y el hombre conoció a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He adquirido varón con la ayuda del Señor. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Caín trajo al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado. Y Caín se enojó mucho y su semblante se demudó. Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo. Y Caín dijo a su hermano Abel: vayamos al campo. Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.



En el libro de Génesis se presenta un caso de adoración,[3] un conflicto entre la verdadera y falsa adoración a Dios, adoración por medio de ofrendas (Gn. 4:1-5), se puede evidenciar algunos principios.



Los adoradores y su conocimiento


Caín y Abel, dos adoradores diferentes. Esto es visible nítidamente por el impacto que provocaron ante YHWH, debido a que uno aceptó y a otro no. Sin embargo, es preciso notar que, ambos fueron educados por los mismos padres y enseñados de manera similar en lo que concierne a cómo adorar a YHWH. No obstante la forma en qué ambos procedieron fue muy diferente.[4]


Es claro que ambos adoradores habían sido instruidos por sus padres, sobre la manera de cómo deberían adorar a YHWH, pero a parte de eso, está en juego: ¿cuál era la voluntad de YHWH frente a este asunto? No hay muchos detalles en la Biblia, sin embargo, aunque no se menciona qué es lo que quería YHWH, se puede inferir que el actuar de Abel estaba muy ligado o más cerca a lo que Dios quería, pues se dice: “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿por qué te has ensañado y porqué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? ” (Gn. 4:6,7).


Por lo expuesto, pareciera ser más probable que YHWH dio instrucciones del cómo debían proceder los adoradores, pero Caín por razones que no especifican las Escrituras optó por desobedecerlas, actuando simplemente a su manera.[5]


José Luís Santa Cruz asevera, “Consecuentemente, ambos hermanos se presentan a adorar a Dios en condiciones iguales en cuanto al conocimiento que tenían de los requerimientos divinos para el acto de adoración”.[6]



El medio de adoración


A diferencia de la interpretación común protestante[7] de que Dios se disgustó con Caín porque simplemente había egoísmos en el corazón del adorador, es claro que el asunto de fondo, no radica solo en eso, sino que, esa ofrenda debía anunciar la muerte de Cristo por los pecados de todos los hombres (Gn. 3:21 cf. Jn. 1:29).[8]


No obstante, es razonable inferir a la luz del texto bíblico que, Caín había ofrendado a Dios antes, ya que ambos parecen tener edad adulta. Esto lleva a pensar que YHWH había sido adorado antes por Caín y que lo había hecho bien.[9] De esta manera Caín era conocedor del cómo debía presentarse ofrenda y qué cosa a YHWH. Por lo tanto, se puede concluir que Dios se desagradó de Caín, simplemente porque como adorador era un desobediente y quiso adorar a Dios a su manera, lejos de la voluntad divina.



El Adorado frente a las adoraciones


YHWH, el fin de la adoración de estos hermanos, se pronuncia ante las acciones de sus adoradores. Eminentemente lo hace con mucha claridad. A uno acepta y otro rechaza, rechaza su adoración, y lo hace en el momento. Las Escrituras se encargan de adjetivar a Abel como “justo” (Mt. 23:35; Heb. 11:4), evidentemente por su adoración. En cambio a Caín no se lo cataloga igual.



Conclusiones


Primero, la adoración teocéntrica. Los dos hijos de Adán y Eva no presentaron ofrendas a ningún ser, astro o cosa creada, sino solo a YHWH, lo que pone en manifiesto la religión monoteísta de los pioneros de la humanidad. Esta es la esencia de la adoración, la adoración debe ser dirigida y presentada a Dios, a esto le denominamos, adoración teocéntrica exclusiva.


Segundo, la adoración como obediencia a su voluntad. El segundo principio es evidente al ver la actitud de los adoradores al presentar sus ofrendas, es notable que los padres de estos hombres habían instruido de cómo debían adorar a Dios, así, el segundo principio es el de que no hay “maneras” de adorar a Dios sino una “manera” y esa es: en respuesta a la voluntad divina.


Tercero, el Adorado evalúa la adoración que recibe. Finalmente toda adoración es evaluada por YHWH. Les muestra su agrado y desagrado en respuesta de la adoración recibida y les comunica su veredicto. Así, es evidente un marcado cuadro de “conflicto entre la verdadera y falsa adoración”. La verdadera adoración representada por Abel y la falsa a través de los actos de Caín. De esta manera, existe un conflicto porque por adorar de manera adecuada a YHWH, Caín (que representa a los hijos de los hombres o de Satanás) actúa perversamente contra Abel. En el marco del Gran Conflicto los adoradores fieles de YHWH serán perseguidos y hasta sometidos a muerte (ej. Dn. 7:25 cf. Mt. 5: 10,11; 24: 9,10), se puede entonces ver un símil minúsculo del gran conflicto a través de la adoración de estos dos hijos de Adán.


Por lo tanto, ver el conflicto entre la verdadera y falsa adoración a través de las acciones de Abel y Caín. Es un asunto serio en el marco del Gran Conflicto, teniendo en cuenta que el centro de esta guerra es la adoración, pues “juega un papel central en la guerra entre el bien y el mal […] Satanás y sus aliados quieren ocupar el lugar de Dios en nuestro planeta y convertirse en los objetivos exclusivos de la adoración”.[10]


Autor
Ptr. Heyssen J. Cordero Maraví



[1]James W. Bertley, La adoración que agrada al altísimo, 7; Eduardo G. Nelson, Que mi pueblo adore, 34-5.



[2]Daniel O. Plenc, El culto que agrada a Dios, 54.




[3]En realidad existen más de un texto que presenta el tema de la adoración, entre varios: La adoración por la liberación y salvación (Gn.8:20,21), adoración como postración a YHWH (Gn.17:3), adoración como sinónimo de obediencia (Gn. 22:5), adoración motivada por dirección divina (Gn. 24:26, 48, 52), véase ampliamente en James W. Bertley, La adoración que agrada al altísimo, 11-16.




[4]H.D.M. Spence y Joseph S. Exell, editores, The Pulpit Commentary, 22 vols. (Grand Rapids, MI.: Eerdmans Publishing Company, 1950), 1:83.



[5]Henry M. Morris, The Genesis Record: A Scientific & Devotional Commentary on the Book of Beginnings (Grand Rapids, MI.: Baker Book House, 1976), 136, 137.



[6]José Luís Santa Cruz, El conflicto entre la verdadera y falsa adoración en el libro de Daniel y su relevancia escatológica, 14.



[7]Algunos proponen que Caín no ofreció a Dios los mejores frutos sino las sobras de su cosecha, así, toman la problemática del objeto como meollo del asunto, es decir que Dios quería lo mejor, y es por ello que no se agradó se la ofrenda de Caín. Otro grupo significativo considera que el problema no consistía en los frutos sino los sentimientos, es decir que Caín sí dio lo mejor que tenía, pero lo dio con cólera o con pena, y por ello desagradó a Dios, se infiere esto por la declaración de Pablo “Cada uno dé como propuso en su corazón” (1Co. 9:7), pues “del corazón vienen los malos pensamientos” (Mt.15:9).



[8]John M. Fowler, El conflicto entre Cristo y Satanás (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2001), 63.



[9]“Éxodo”, CBA, 1: 247.



[10]Ángel Manuel Rodríguez, Fulgores de gloria, 114.

2 comentarios:

  1. Muy bueno Jeissen muy sintactico y al grano, ves a eso me referia

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  2. Les visito desde El Salvador centroamerica, les invito a visitar mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
    MI TESTIMONIO DE SANIDAD PARA LA GLORIA DE DIOS.

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