viernes, 28 de enero de 2011

EL REMANENTE ¿VISIBLE O INVISIBLE?


Desde sus inicios los Adventistas del Séptimo Día, se han considerado el remanente del tiempo del fin. Sus pioneros estuvieron convencidos de ello; José Bates, Ellen White, Jaime White, entre otros. En la actualidad esa interpretación común de los adventistas ha cambiado, pues existen muchas interpretaciones en el mundo adventista, siendo el tema del remanente una de las más discutidas.

El tema del remanente es uno de los más apasionantes de la teología bíblica, y de vital importancia su comprensión, pues tiene connotaciones salvíficas y escatológicas de gran valor para la humanidad en estos últimos tiempos. El mensaje del remanente es urgente y es el último de Dios para el mundo, no hay más oportunidades después de este mensaje, el fin y la instauración del reino de Dios le siguen. Este mensaje tiene que ver con verdades eternas, olvidadas por el hombre, pero cuya obediencia o desobediencia nos ubican nuestra parte en el gran conflicto.

Para muchos la IASD es exclusivista y sectarista, porque creen que son los únicos hijos de Dios y los únicos que serán salvos. Conoceremos en el presente estudio la posición oficial de los Adventistas del Séptimo Día acerca del remanente, su rol profético y su concepto de misión hacia el mundo.

En el presente estudio se identificara el remanente de Apoc. 12:17, a la luz de la Palabra de Dios y de la historia. Estudiaremos su mensaje especial, y las repercusiones en el mundo.

Finalmente, en el presente estudio responderemos a la pregunta si el remanente es ¿visible o invisible?, si es ¿exclusivista y marginativo? o si es que hay un remanente, una organización visible, que invita a los hijos de Dios de todas las denominaciones cristianas a unirse, para formar el gran pueblo espiritual de Dios.

EL REMANENTE ¿VISIBLE O INVISIBLE?

La palabra remanente etimológicamente significa residuo o resto. A lo largo de la historia Dios siempre ha tenido un remanente, con una misión especial y una “verdad presente” que proclamar, y un pueblo fiel, aun en las peores épocas de apostasía y de tinieblas espirituales.

El Remanente en la Biblia

El tema del remanente escribe Gerhard Hasel, se halla entretejido como una hebra escarlata a través de la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis.

La familia de Noe formó el primer remanente que registra la Sagrada Escritura. Todos fueron destruidos, excepto Noe y su familia. Se salvaron porque aceptaron la “verdad presente”, que en ese tiempo era construir el arca para no morir en el diluvio, y por su fidelidad-obediencia a Dios. Noe el victorioso líder del remanente cayó en pecado, se embriagó con vino, pero se arrepintió y Dios le perdono. Sus hijos apostataron y eran miembros del remanente. Los miembros que componen el remanente pueden apostatar, pero el remanente prosigue, tiene vida porque Dios la conduce.

Abraham comenzó un nuevo remanente, continuo en Isaac, en Jacob, José, Moisés.

El pueblo de Israel, un remanente entre las naciones, que no conocían al Dios verdadero, ni a su doctrina, ni mantenía una relación con él. Su verdad presente era el monoteísmo, Jehová uno es y la verdadera forma de culto (contra la idolatría y la observancia sabática).

Los escritores del Nuevo Testamento consideraban que la naciente comunidad cristiana era la continuación de Israel, habiendo adquirido por fe en Cristo las promesas del remanente hechas a Israel en el Antiguo Testamento.

Posiciones entre los Adventistas sobre el Remanente

Entre los Adventistas del Séptimo Día existen diversas interpretaciones acerca del remanente, aunque la posición oficial de la iglesia sea una y muy clara.

El profesor Fernando Canale, profesor de Andrews University señala que “hace un siglo todo adventista se consideraba miembro de la iglesia remanente, es decir, de la única iglesia verdadera”. Sin embargo, ese panorama no es tal hoy, existen posiciones divergentes, por lo que la doctrina del remanente se ha convertido en una de las más discutidas.

La diversidad de interpretaciones surge de diferentes opciones hermenéuticas que están en la IASD actualmente. El método de interpretación oficial de la IASD es el historicista de interpretación profética (La Verdad Progresiva: 157).

Los que no consideran que la IASD sea el remanente, ponen como principal objeción el sentido de exclusividad y el mensaje que se trasmite a los otros grupos cristianos. También no aceptan porque un grupo de adventistas han aceptado premisas de otros grupos cristianos.

Un grupo de adventistas han aceptado premisas católicas y también protestantes de que la búsqueda de la verdad teológica debe basarse no solamente en la Biblia sino también en las ciencias y la experiencia. Este paradigma se basa no en la Biblia ni en el evangelio, sino en la cultura. De esta forma, para este sector, la noción del remanente, simplemente debe ser abandonada porque no armoniza con la comprensión de lo humano que requiere pluralismo y no exclusivismo.

Desde los inicios del adventismo el concepto “remanente” ha estado en el centro de la teología, misión y sentido de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

¿Porqué hay diferentes interpretaciones entre los adventistas?

1. Por contacto con otros cristianos. Por la cercanía de eruditos adventistas con evangélicos. Muchas congregaciones protestantes tienen una actitud negativa frente a la IASD. El énfasis dado al concepto remanente hace que muchos evangélicos nos perciban “los hijos exclusivos de Dios, los únicos cristianos verdaderos”.

2. La aparente demora de la segunda venida. Esto implica que existe una gran necesidad de hacer que el concepto de remanente sea más relevante para la iglesia de hoy. El sentido de urgencia de la predicación.

3. Formación Teológica. El número de teólogos adventistas formados con postgrados en universidades no adventistas ha aumentado considerablemente en los últimos años. Eso ha significado la exposición a otras ideas y a metodologías de interpretación diferentes a la tradicional del adventismo.

4. Cosmovisiones actuales. Teólogos y miembros de la IASD se han visto influenciados por otras cosmovisiones, como el pluralismo y el postmodernismo, que hacen concebir nuestras enseñanzas como sectarias, rechazando cualquier tipo de exclusivismo o elemento distintivo único.

5. Espiritualidad y remanente. Algunos ven que muchos líderes, pastores y miembros de la IASD se han apartado de los ideales originales de la iglesia apostatando de la fe de los pioneros (Movimientos Independientes, como Hope Internacional). Alegan que la espiritualidad de muchos adventistas es muy superficial. Se niegan a aceptar que la iglesia se denomine a si misma remanente con el pecado que hay en ella (La Verdad Progresiva: 154, 155).

Principales interpretaciones

1. Steve Daily. Es actualmente el pastor principal de la iglesia Celebration. Pastor adventista ordenado. Obtuvo una maestría en Teología en Andrews University. El sostiene que debemos cesar de pensar o hablar de nosotros mismos como la iglesia remanente y vernos como parte del gran remanente de Dios. Esto significa dejar de mirarnos a nosotros mismos como el pueblo elegido por Dios y reconocer la existencia de un ministerio de pueblos elegidos por Dios.

2. Jack W. Provonsha. Fue profesor de filosofía de la religión y ética cristiana en la Facultad de Religión de la Loma Linda University. Sostiene que el remanente de Apocalipsis aún no se ha manifestado. El considera que no es bueno para la IASD llamarse a si misma “la iglesia remanente” puesto que el remanente es mucho más que una institución establecida. Eso implica que el remanente ha de ser definido más bien en relación a vida y fe y no en términos de membresía a una organización eclesiástica. La iglesia Adventista solo tendría el rol de minoría profética. Provonsha afirma que la expresión “pueblo elegido” o “remanente” tiende a olvidar que Dios no puede ser una posesión exclusiva de un individuo o grupo.

3. Charles Scriven. Es presidente de la junta directiva de la Asociación de Foros Adventistas que pública la revista Spectrun. Sostiene que en la Biblia el remanente se direcciona hacía asuntos sociales y políticos. No niega que la misión se concentra en evangelizar, pero, sostiene que de acuerdo al Apocalipsis el remanente se involucra en asuntos políticos.

4. Charles W. Teel. Sostiene que la función del remanente es de transformación social

y de oposición al abuso y la opresión. La IASD debe oponerse a la Babilonia actual y

actuar en contra de “las bestias del racismo, sexismo, nacionalismo, consumismo, y

otros, es lo que corresponde al remanente”.

Posición Oficial de la IASD sobre el Remanente

Desde su comienzo los adventistas del séptimo día se han autodenominado el remanente. Aún antes de organizarse formalmente como iglesia, los pioneros se consideraban el remanente. Quizás el uso más temprano del término haya sido en 1846, en un folleto titulado “Al pequeño remanente esparcido”. En 1849, José Bates usó Apocalipsis 12:17 que apunta a “los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús”, para describir a los adventistas como “el remanente”.

En 1853, Elena de White se refirió a los Adventistas que guardaban el sábado usando el término “el pueblo remanente de Dios”.

En 1857, Jaime White escribió que el mensaje a Laodisea era “un llamamiento especial al remanente”, y urgió a los adventistas a que siguieran sus consejos.

En 1860 cuando los pioneros buscaban un nombre para su nueva iglesia, se consideró “el remanente”, porque indicaba el lugar exclusivo de los adventistas como el remanente del pueblo de Dios.

A través de los años y hasta hoy la iglesia adventista se considera la iglesia remanente de Dios. En el certificado bautismal, que se imprimió por primera vez poco después de 1940, la pregunta número 13 del voto bautismal decía: “Cree usted que la Iglesia Adventista del Séptimo Día constituye la iglesia remanente, y desea usted ser aceptado en su feligresía. En la actualidad, el certificado pregunta si el candidato al bautismo cree que La Iglesia Adventista del Séptimo Día es “la iglesia remanente que describen las profecías de la Biblia”.

La denominación estableció oficialmente el concepto de remanente como doctrina cuando el Congreso de la Asociación General de 1980, celebrado en Dallas, proclamó que el adventismo era el “remanente que ha sido llamado a salir para guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Es la duodécima doctrina.

En el libro, las 27 Creencias fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, elaborado por la Asociación General de los Adventistas se dice lo siguiente:

“La iglesia universal está compuesta de todos los que creen verdaderamente en Cristo, pero en los últimos días, que son una época de extensa apostasía, hay un remanente que ha sido llamado para guardar los mandamientos de Dios y la fe

de Jesús. Este remanente anuncia la llegada de la hora de juicio, proclama salvación por medio de Cristo, y levanta una voz para anunciar la proximidad de su segundo advenimiento. Esta proclamación esta simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14; coincide con la obra de juicio en el cielo y resulta en una obra de arrepentimiento y reforma en la tierra. A todo creyente se lo llama para que tenga una parte individual en el testimonio mundial de la iglesia” (Creencias Fundamentales: 174).

El Remanente, es un pueblo especial, particular y único en Apoc. 14, porque tiene una misión especial, y nacería en el tiempo del fin. El tiempo del fin comienza en el año 1798, cuando termina la Edad Media, de supremacía papal, cuando Pío VI es tomado preso por el General Berthier. Este pueblo especial es la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que nace a inicios del siglo XIX y como organización en el año 1863. Una característica básica del remanente es que tiene una verdad presente que proclamar.

La iglesia adventista es el único remanente, aunque no somos los únicos verdaderos hijos de Dios. La iglesia adventista reconoce que hay verdaderos cristianos e hijos de Dios en otras denominaciones.

La obra Questions on Doctrine (Preguntas sobre doctrina) expresa con claridad la doctrina adventista:

“Creemos que la profecía de Apoc. 12:17 apunta a la experiencia y obra de la Iglesia Adventista, pero no creemos que nosotros solos seamos los verdaderos hijos de Dios-que somos los únicos verdaderos cristianos- en el mundo hoy. Creemos que Dios tiene multitud de seguidores fervientes, fieles y sinceros en todas las comuniones cristianas” (Questions on Doctrine: 187)

“Aplicamos este versículo (Ap. 12:17) no implica de ninguna forma que nosotros creemos que somos los únicos cristianos verdaderos en el mundo, o que somos los únicos que serán salvos. Mientras que creemos que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es la organización visible a través de la cual Dios esta proclamando este último mensaje especial para el mundo, nosotros recordamos el principio que Cristo anunció cuando él dijo: “Tengo otras ovejas, que no están en este redil”(Jn 10:16). Los Adventistas del Séptimo Día creen que Dios tiene un precioso remanente, una multitud de honestos, sinceros creyentes, en cada iglesia, no exceptuando la comunión Católica Romana, que están viviendo toda la luz que Dios les ha dado a ellos” (Ibíd, 192).

Elena de White creía lo mismo: “¿Y en qué comunidades religiosas se encuentra actualmente la mayoría de los discípulos de Cristo? Sin duda alguna, en las varias iglesias que profesan la fe protestante” (El conflicto de los siglos, Pág. 433).

Las otras denominaciones cristianas se hallan en cierto grado de apostasía teológica, solo los adventistas poseemos “la verdad presente” y la misión del remanente es proclamar un mensaje de restauración del verdadero culto y llamar a su pueblo a salir de la apostasía y prepararse para el regreso de Cristo.

Bíblicamente se señala que hay un remanente que es visible y que posee una organización. La iglesia adventista es el remanente de las profecías bíblicas. Somos la iglesia de Laodisea. Somos la iglesia remanente y Laodisea a la vez. Tal vez las características de esta última describan mejor nuestra condición actual “Yo soy rico, estoy enriquecido y nada necesito” y que en realidad es “miserable, pobre, ciego y desnudo”.

APOCALIPSIS 12

El texto presenta el gran conflicto entre Cristo y Satanás. En ningún otro lugar de la Sagrada Escritura se describe más breve y gráficamente el tema de la gran controversia, que en estos 17 versículos. De este modo, el remanente del pueblo de Dios que corresponde al tiempo del fin, aparece presentado en el contexto de la gran controversia.

“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (vers. 17).

¿Quiénes componen este resto de la descendencia de ella, contra quienes esta airado el dragón?

Un factor crucial para determinar la identidad de este grupo es la época en que surge el remanente. En Apocalipsis 12, el remanente aparece no sólo al fin de la visión misma, sino también al final de los sucesos cronológicos descritos en dicha visión.

En primer lugar se presenta la guerra en el cielo entre Miguel y sus ángeles, por una parte; y Satanás y sus ángeles, por la otra; una guerra en la cual Satanás y sus ángeles terminan siendo arrojados a la tierra.

A continuación la mujer da a luz un niño, evidentemente Cristo, a quien el dragón trata de matar (Herodes y la muerte de los niños). El dragón, “la serpiente antigua”, esperaba la oportunidad de devorar al niño varón, el Mesías largamente esperado, Jesucristo. Satanás, en su guerra contra Jesús, usó como su instrumento al Imperio Romano. Nada, ni siquiera la muerte en la cruz, pudo desviar a Jesús de su misión como Salvador de la humanidad. En la cruz, Cristo derrotó a Satanás.

Luego el dragón ataca a la mujer. Como resultado de este ataque, la mujer, la iglesia de Dios, huye al desierto, hecho que se menciona dos veces. Allí es sustentada por Dios por 1260 días o la correspondencia en tiempos que se menciona. La mujer sobrevive a los ataques de muerte del dragón, protegida por Dios.

Esto ocurrió en la Edad media, la profecía de los 1260 años, de supremacía papal que termina en el año de 1798. En el año 533 D.C, el emperador Justiniano declaró que el obispo de Roma era la cabeza de todas las iglesias. También reconoció la influencia del papa en la eliminación de herejes. La edad Media comienza en el año 538 D.C. (Creencias Fundamentales: 186)

A este periodo en la vida de la iglesia se la conoce como la iglesia en el desierto, donde se le trató de dar muerte a través de la inquisición y las cruzadas. Las zonas escasamente pobladas del mundo, el desierto, proveyeron refugio para los fieles de Dios durante los 1260 días proféticos o años literales (Creencias Fundamentales: 187).

El obispo de Roma surgió como el poder supremo de la cristiandad. Con el apoyo del emperador, este obispo o papa fue reconocido como la cabeza visible de la iglesia universal, y pasó a estar investido de suprema autoridad sobre todos los dirigentes eclesiástico del mundo. La iglesia y el estado se unieron en una alianza profana.

La iglesia asistida por el estado, procuró imponer sus decretos y enseñanzas sobre todos los cristianos. Muchos abandonaron sus creencias por temor a la persecución, mientras los que decidieron permanecer fieles a las enseñanzas bíblicas experimentaron severa persecución. Muchos fueron aprisionados o ejecutados en el nombre de Dios.

Durante los 1260 años de persecución, millones de fieles creyentes experimentaron grandes sufrimientos y muchos debieron sellar con la muerte su lealtad a Cristo. Cada gota de sangre derramada pasó a ser una mancha en el nombre de Dios y de Jesucristo (Ibíd, 184).

Terminado los 1260 años, la Iglesia Católica romana recibió una herida mortal. El gobierno revolucionario francés, que consideraba a la religión romana el enemigo irreconciliable de la República, a través de Napoleón y más específicamente el General Berthier toma preso al papa Pio VI, llevándolo cautivo hasta su muerte. El papado humillado perdió su poder.

El avance de la reforma. Los reformadores habían logrado grandes avances, pero no habían descubierto toda la luz del evangelio que se había perdido o estaba oculto durante la apostasía. Habían sacado a la cristiandad de las profundas tinieblas, pero todavía habían sombras. No descubrieron verdades importantes como: El bautismo por inmersión, la inmortalidad como un don concedido por Cristo en la resurrección de los justos, el séptimo día(sábado) como día de descanso y otras verdades todavía se hallaban ocultas

Algunos años después de la gran reforma, esta entró en un pasivismo. La mayoría se negaron a avanzar mas allá de lo que habían creído los primeros reformadores. En consecuencia la fe protestante degeneró hasta caer en el formalismo y el escolasticismo, y ciertos errores que debían haber sido abandonados, fueron incorporados. La llama de la reforma gradualmente se fue apagando, y las iglesias protestantes llegaron a ser frías, formalistas y necesitadas de doctrina (El Remanente: 48).

Ante esta situación, muchos miembros de las diferentes iglesias protestantes, al ver la falta de reavivamiento y reforma en sus iglesias, se reunían para estudiar la verdad del segundo advenimiento. Su propósito no era salirse de sus iglesias. .Mientras más estudiaban la Biblia, los creyentes se sentían más convencidos de que Dios estaba llamando a un remanente para que continuase la Reforma de la iglesia cristiana que se había detenido. Dios los había comisionado para continuar la Reforma que había traído tanto gozo y poder a la iglesia. Así surge la IASD, la iglesia remanente. El movimiento adventista constituyó un fenómeno verdaderamente bíblico e interconfesional, centrado en la Palabra de Dios y la esperanza del advenimiento. En cada iglesia, se podían hallar creyentes en el inminente regreso de Cristo, orando, trabajando y anticipando la culminación de la historia (Creencias Fundamentales: 187).

Apocalipsis 12:6 debe estudiarse en paralelo con Daniel 7. Ese mismo dragón que persigue a la mujer en Apocalipsis 12:6, es el de Daniel 7 con su cuerno pequeño. Se refiere a la Roma papal que persigue a la iglesia de Dios.

Finalmente, al terminarse este periodo en que la mujer huye al desierto, se introduce el remanente: “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer, y se fue hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”.

Es decir el remanente aparecería después de la Edad Media. A fines del siglo XVIII o a principios del XIX. Esto hace que todas las iglesias de la reforma de importancia queden eliminadas, pues surgieron en el siglo XVI o XVII. Los luteranos, metodistas, bautistas, bautistas del séptimo día, episcopales, presbiterianos, y congregacionalistas son demasiados antiguos como para ser en sentido corporativo el remanente de Apoc. 12

.

La identificación del remanente, sin embargo no puede terminar aquí. Muchos cuerpos eclesiásticos divergentes surgieron después del periodo de 1260 años. Se necesitan detalles adicionales para identificar al remanente y afortunadamente han sido provistos.

El objetivo es ahora el remanente. Descubrió el dragón que no necesita preocuparse por la iglesia cristiana en general. Ya la tiene bajo su control. Lo que si necesita es destruir al remanente, de lo contrario, su continua acusación contra la ley no tendrá valor alguno. (Apocalipsis y el Fin del Mundo: 34).

La segunda característica del “resto (remanente) de la descendencia de ella” es que “guardan los mandamientos de Dios”, es decir los diez mandamientos (1 Juan 2:4, Rom 3:31, Efe. 6:2, Apoc. 22:14). Esto incluye el sábado, el remanente guarda el sábado. Si trasgredes un mandamiento te haces culpable de todos (Santiago 2: 10-12). Al guardar el sábado se reconoce al Señor como creador del universo (Nuestra Herencia: Curso de historia denominaciónal, 35).

Esta segunda marca de identificación elimina, por lo tanto, la vasta mayoría de los que no fueron eliminados en la primera. Muchos grupos religiosos, como los pentecostales, los mormones, testigos de Jehová y otros, surgieron después del periodo de 1260 años, pero casi todos rechazan el cuarto mandamiento (El Remanente: 45).

La tercera característica del remanente es que “tienen el testimonio de Jesucristo”. Algunos creen que el “testimonio de Jesucristo”, es el testimonio general de la iglesia cristiana acerca de Jesús. Otra parte sostiene que se refiere al testimonio que el mismo Señor Jesús da al mundo a través del don de profecía. Hay un texto paralelo que ayuda a comprender que este último significado es el correcto. “Yo me postre a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas….porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía” (Apoc 19:10).

El “testimonio de Jesucristo”, se manifiesta como el don espiritual de profecía. Apocalipsis 22:8,9 es un texto paralelo que nos ayuda a una mejor comprensión; allí espíritu de profecía equivaldría a profetas. El espíritu de la profecía, es el don profético que se concede a los profetas. Los profetas tienen el don de la profecía (El permanente don de profecía: 28).

El remanente debe tener el don profético, es decir la profecía debe estar manifestada en su seno. Este don profético en la Iglesia Adventista se vio manifestado en la vida y ministerio de Elena White.

La Verdad Presente del Remanente

La Iglesia Adventista, el remanente del tiempo del fin, tiene un mensaje que predicar, una verdad presente que proclamar:

1. La observancia del sábado como señal de reconocimiento al Señor como Creador, Redentor y Santificador. El sábado como sello de Dios en contraposición con la marca de la bestia. Como la prueba de lealtad final a Dios antes de la segunda venida de Cristo.

2. La observancia del decálogo como una barrera contra el pecado y su importancia en el panorama completo de la gran controversia entre Cristo y Satanás.

3. La Creación en seis días literales, en contraste con la evolución.

4. La doctrina del Santuario. El ministerio sumosacerdotal de Cristo en el Santuario Celestial. Las dos fases de su ministerio. El juicio investigador.

5 .El mensaje de salud.

6. La gran controversia entre Cristo y Satanás.

7 El Advenimiento de Jesús. La Segunda Venida, tal como esta escrita en la Biblia.

8. La Iglesia Adventista, el remanente del tiempo del fin, tiene un mensaje que predicar, una verdad presente que proclamar

La Misión del Remanente “El Mensaje de los tres Ángeles” (Apoc. 14:6-12).

Los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12 revelan la proclamación del remanente que producirá la restauración completa y final de la verdad evangélica. Estos tres mensajes constituyen las respuestas de Dios ante el avasallador engaño satánico que arrastra al mundo poco antes del regreso de Cristo (Apoc. 13:3,8, 14-16). En seguida después del último llamado de Dios al mundo, Cristo vuelve para recoger la cosecha (Apoc. 14:14-20).

Primer ángel. Simboliza al remanente de Dios que lleva el evangelio eterno a todo el mundo. El remanente no presenta un evangelio diferente. Es el mismo, el de siempre, el de los profetas y apóstoles.

“Temed”. Llama al mundo al arrepentimiento. Requiere de todos que teman o reverencien a Dios, y que le den gloria. El temor referido aquí no está relacionado con miedo, sino con reverencia y fidelidad (Apocalipsis y el fin del mundo: 174).

“Dadle gloria”. Nos habla de mayordomía de nuestra vida

.

“La hora de su juicio”. Le añade urgencia al llamado de arrepentimiento. Apunta en forma especial al momento cuando, en cumplimiento de la última fase de su ministerio como SumoSacerdote en el santuario celestial, Cristo entró en su obra de juicio. Inicio del juicio investigador.

“Adorad”. Este mensaje llama a que todos adoren al creador. Es un llamado a restaurar el verdadero culto a Dios. Al mandarnos adorar a “aquel que hizo el cielo, la tierra….”, nos exige que se le preste atención al cuarto mandamiento del decálogo. Presentad a Cristo como el creador y señor del sábado bíblico.

En forma providencial, la proclamación de este mensaje que llama la atención del mundo al Dios creador, comenzó en el momento de la historia cuando la filosofía evolucionista recibió un fuerte apoyo a través de la publicación de la obra “El origen de las especies de Carlos Darwin”. El mensaje es contra el evolucionismo.

Segundo Ángel. “Ha caído, ha caído Babilonia...”. En Apocalipsis, el término Babilonia se refiere a la mujer malvada, la madre de las prostitutas, y a sus hijas impuras (Apoc. 17:5). Simboliza todas las organizaciones religiosas apostatas y sus dirigentes, si bien se refiere especialmente a la gran alianza religiosa apóstata entre la bestia y su imagen que producirá la crisis final que se describe en Apoc. 13:15-17.

El mensaje del segundo ángel establece la naturaleza universal de la apostasía babilónica y su poder coercido, diciendo que ha hecho beber con el vino de su fornicación a las naciones, se refiere a las doctrinas basadas en tradiciones

Babilonia cae porque rechaza el mensaje el primer ángel. Esta profecía de la caída de Babilonia encuentra su cumplimiento especial en el apartamento del protestantismo en general de la pureza y sencillez del evangelio eterno de justicia por la fe, que en el pasado motivó tan poderosamente la reforma. El mensaje del segundo ángel se cumplirá a plenitud cuando suceda la alianza de las diversas organizaciones religiosas que hayan rechazado el mensaje del primer ángel. Se hace un llamado a los hijos de Dios que todavía integran esas denominaciones a que se separen de ella (Apocalipsis y el fin del Mundo: 176)

Tercer Ángel. “Si alguno adora a la bestia o a su imagen...”.Proclama la amonestación de Dios contra el acto de adorar a la bestia y a su imagen, lo cual harán inevitablemente todos los que rechacen el evangelio de la justificación por la fe.

El tercer mensaje dirige la atención del mundo a la consecuencia de rehusar aceptar el evangelio eterno y el mensaje divino de la restauración del verdadero culto (Creencias Fundamentales: 191).

Los adoradores de la bestia y de su imagen reciben el pleno impacto de la ira de Dios, y perecen en presencia de los santos ángeles y del Cordero (Apoc. 14:9,10)

Tenemos que elegir a quien serviremos, nuestra posición en este gran conflicto.

La IASD ¿puede dejar de ser la iglesia remanente?

Una niña de doce años es violada repetidas veces por su padre, miembro de la iglesia remanente, mientras su madre, también miembro de la iglesia remanente, no hace nada para protegerla.

Una joven que ha leído publicaciones de la iglesia remanente asiste un sábado al culto. Nadie la saluda, no le preguntan su nombre, ni hablan con ella...excepto una santa anciana que crítica el collar de perlas que adorna el cuello de la visitante.

Un pastor de la iglesia remanente es acusado de haber tenido relaciones sexuales con una joven.

Un miembro de la iglesia remanente abre sus negocios en sábado.

La revista Vanity Fair (Feria de vanidades) publica un artículo sobre cierto médico de California que fue arrestado por asesinar a un paciente en su consultorio. La revista dice que el facultativo había sido un pilar de su comunidad y de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la iglesia remanente.

Como resultado de estas situaciones y otras muchos se preguntan: ¿Cómo pueden hallarse en la iglesia remanente todos estos pecados: Incesto, adulterio, y hasta asesinato? ¿O será, al fin de cuentas, la iglesia remanente?

No importa cuánta hipocresía, deslealtad, pecado y apostasía puedan existir en este movimiento, el hecho es que ha sido bendecido con una revelación más plena de Cristo y de la verdad presente que cualquier otro grupo religioso. No importa que muchos miembros no estén siguiendo esa luz. Lo crucial es que la Iglesia Adventista, como el antiguo Israel, ha recibido mucha más luz que cualquier otra iglesia, y es únicamente esa luz lo que le presta su calidad de pueblo remanente. El remanente del tiempo del fin se distingue por las verdades que posee. El pecado de sus miembros no invalida que sea el pueblo remanente. Es la iglesia remanente por su llamado profético (El Remanente: 12).

La Iglesia Adventista no puede perder su condición de remanente, como le paso a la nación de Israel, porque es la última iglesia. No puede ser arrojada por Dios en conjunto, no puede ser sustituida por otra. La iglesia de Laodisea es la última iglesia. El capítulo 3 termina en el versículo 22 con la iglesia de Laodisea. No hay un versículo 23 que describa otra identidad corporativa. Después de Laodisea, no sigue nada más.

En cada época, la característica distintiva del remanente organizado de Dios ha sido la verdad-verdad presente- y no la santidad.

Un remanente dentro del remanente

En estos últimos tiempos el Señor tiene un remanente corporativo, un pueblo “oficial” visible, a cuyos miembros les ha concedido la mayor luz relativa a si mismo y a sus verdades específicas para este tiempo. Además, Dios también tiene su pueblo espiritual, un remanente dentro del remanente, los integrantes del cuerpo organizado que son realmente salvados por la verdad que han aceptado. Hay gran diferencia entre ambos grupos.

El hecho de ser miembro del remanente organizado no es garantía de salvación, así como ser miembro de un club de ejercicio tampoco garantiza la buena salud. El antiguo Israel había sido el remanente organizado de Dios durante más de mil años, pero no todo israelita fue salvo. Hay algunos adventistas que con las justas siguen a Cristo y no siguen la verdad conocida ¿Cómo podrán entonces alcanzar la salvación?

Por la gran luz que tiene la Iglesia Adventista tiene una mayor responsabilidad. Deberíamos ser la gente más consagrada santa y semejante a Cristo que pisara la tierra Al pueblo de Laodisea no le hace falta verdad, sino santidad.

“Se me mostró la baja condición del pueblo de Dios; y que Dios no se había apartado de ellos, sino que ellos se habían apartado de Dios y se habían vuelto tibios. Tienen la teoría de la verdad, pero les falta su poder para salvar. A medida que nos acercamos al tiempo del fin, Satanás se deja caer con gran poder, sabiendo que su tiempo es corto. Su poder será ejercitado especialmente sobre el remanente” (Spiritual Gifts (Dones Espirituales) tomo 4B Pág., 45).

El Zarandeo

En la iglesia remanente se llevará a cabo una separación entre los fieles y los infieles. Esta separación se lleva a cabo en relación con la marca de la bestia y la persecución de los últimos días. Los que resulten ser infieles abandonarán la iglesia y se unirán a la oposición.

Algunos críticos de la iglesia usan la analogía de que el Señor llamó a los reformadores protestantes a salir de Roma, o a la iglesia primitiva a salir de Israel, como ejemplo de lo que el Señor supuestamente hará al llamar a su pueblo fiel para que salga del adventismo, al convertirse la iglesia organizada en perseguidora de ellos.

Tenemos que recordar que esta separación tiene lugar durante la persecución de los últimos días, y no antes. Si bien desde los días de la señora White la iglesia ha estado siendo zarandeada, la verdadera prueba de fidelidad a Jesús viene cuando se procure imponer la marca de la bestia sobre la iglesia, habrá persecución y muerte al fin de los días, poco antes del retorno de Cristo. Son bienaventurados los miembros del remanente que permanecen fieles, como testigos que no claudican ni siquiera ante la muerte.

En esa ocasión, se hará la separación entre el trigo y la cizaña en la iglesia adventista y también en todas las denominaciones (Mateo 13:30). Solo que el trigo de estas se unirá a la iglesia que “guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesucristo” (Juan 10:16). Los infieles que haya dentro del adventismo abandonarán su fe, e irán a engrosar las filas de la oposición. No solo se apartarán de nosotros, sino que se volverán contra nosotros.

Sobre la iglesia remanente vendrá un terrible y doloroso zarandeo. El trigo y la cizaña serán separados. Pero nosotros no realizamos ese proceso, sino el Señor. Nuestro deber consiste en amar a Jesús y a las almas por las cuales el murió, tanto dentro como fuera de la iglesia, y ayudar a prepararlos, así como a nosotros mismos, para el gran día del Señor, cuando él preserve un remanente dentro del remanente. El remanente tendrá un poder superior. Un gran poder que alumbrará toda la tierra con su gloria. Este es el poder de la lluvia tardía del Espíritu Santo (Apocalipsis y el Fin del Mundo: 185).

COCLUSIÓN

Entre los Adventistas del Séptimo Día existen diferentes interpretaciones acerca del remanente. Esto se debe a las diferentes opciones hermenéuticas que hay en la actualidad entre los adventistas y el tomar premisas de otros grupos cristianos, tanto católicos como evangélicos.

Los que se oponen a que la iglesia adventista sea la iglesia remanente presentan como principal objeción: El sentido de exclusividad y como quedan los otros grupos religiosos.

Los pioneros tenían en claro que la IASD era la iglesia remanente. La posición oficial de la iglesia reconoce a la los adventistas, como el remanente.

La IASD es un pueblo especial con un mensaje especial para estos últimos días de apostasía generalizada. Su misión es proclamar el último mensaje de amonestación por parte de Dios a este mundo.

Los adventistas creen que no son los únicos verdaderos hijos de Dios en esta tierra. No creen que serán los únicos salvos. Dios tiene verdaderos hijos suyos en otras denominaciones religiosas y aun entre los católicos romanos. Sin embargo la IASD es el remanente del tiempo del fin. No todos los que forman parte del remanente serán salvos. Dios tiene a su pueblo espiritual dentro del remanente.

Cuando llegue el momento final, se de la persecución y el zarandeo, se realizará la separación del trigo de la cizaña. En aquel día los verdaderos hijos de Dios que están en otras denominaciones religiosas se unirán y formaran parte del remanente. Muchos miembros del remanente apostataran.

El mensaje especial del remanente del fin, es el mensaje de los tres ángeles de Apoc. 14. Mensaje de fidelidad a Dios, juicio, Mayordomía, Dios como creador, fidelidad en la observancia de la ley y especialmente el sábado. Condenación por parte de Dios del protestantismo apostata, que dejo los grandes principios de los reformadores, y un llamado a salir y unirse al remanente

En Apocalipsis 12 se presenta al remanente de Dios, y tiene 3 características principales y distintivas: 1. “guardan los mandamientos de Dios”. Todos, incluyendo de manera especial el sábado(Sant 2:10-12). 2. “Testimonio de Jesús”, que es el espíritu de profecía, un profeta que los guiará en este tiempo del fin. 3. Nacería después de la edad media.

BIBLIOGRAFIA

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Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día.

Creencias de los Adventistas del Séptimo Día (1t.). Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1998.

Cottrell, R. Crisis y Victoria: resumen de acontecimientos futuros anunciados en la Biblia y en los escritos del Espíritu de Profecía. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1974.

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White, E. El Conflicto de los Siglos. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1913.

-----------. Joyas de los Testimonios (1t). Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1864.

*POR

PR. MARTÍN MAMANI OCAÑA-UPeU

1 comentario:

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